Estampida brutal hacia fondos low cost (tanto activos como pasivos)

Tazas
Rawpixelcom, Unsplash

A lo largo de los últimos años, Morningstar ha venido insistiendo en la importancia de fijarse en el coste a la hora de elegir un fondo de inversión. Según la firma de análisis, el fracaso tiende a estar positivamente correlacionado con las comisiones. O, dicho de otro modo: es más probable que los fondos de gestión activa de mayor coste registren peores rentabilidades que las estrategias pasivas. Esta aseveración está basada en un estudio realizado por la firma hace un par de años en Estados Unidos, donde se analizaba el comportamiento que habían registrado distintas categorías de renta variable frente a los productos indexados.

Por ejemplo, en la categoría de renta variable americana de gran capitalización con estilo blend, a diez años el 20% de los fondos low cost de gestión activa logran batir a los productos indexados, porcentaje que se reduce a la mitad en el caso de las estrategias situadas en el primer cuartil en términos de coste (10,7%). En las categorías value y growth los porcentajes son diferentes, pero también reflejan que existe prácticamente el doble de probabilidad de acierto si se selecciona un fondo activo del cuartil más barato que si elige uno del cuartil más caro. En otras categorías ocurre lo mismo… o incluso de manera más pronunciada.

Las probabilidades de éxito más bajas se producen dentro de las categorías US Mid Blend y US Large Growh, donde sólo el 5,6% y el 8,9% de los fondos de mayor coste conseguían en los últimos diez años batir a los productos indexados. “Los inversores habrían mejorado sustancialmente sus probabilidades de éxito favoreciendo aquellos fondos de bajo coste, como demuestran unos porcentajes de éxito más altos de los fondos de gestión activa más baratos. Elegir los productos que estuviesen en el cuartil más alto por coste reducen las posibilidades de acertar”, afirman desde Morningstar. La noticia está en que los inversores americanos están empezando a hacer caso de este consejo.

Desde el año 2000, los flujos netos hacia el 20% de los fondos incluidos en el primer quintil por precio (los más baratos) se han mostrado muy fuertes. El año pasado, estos productos se anotaron captaciones netas por valor de 949.000 millones de dólares, lo que supone el nivel más elevado registrado hasta ahora y un crecimiento del 60% con respecto al 2016. El 70% de los productos más económicos eran estrategias de gestión pasiva, mientras que el 30% correspondían a fondos activos. En lo que respecta a los flujos hacia el 80% de productos restantes, éstos fueron negativos. Sufren salidas netas desde 2014. En 2017 se les fueron 251.000 millones, frente a los 414.000 que se les esfumaron un año antes.

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Esta tendencia tan marcada que se ha vivido en Estados Unidos en los últimos años ha hecho que, actualmente, la mayoría de los inversores estén en productos que cobran una comisión por debajo de la media. De hecho, en estos momentos el 83% de los activos al otro lado del Atlántico están en fondos de gestión activa o productos de gestión pasiva con un TER por debajo de la media de comisiones que marca Morningstar, según un estudio realizado por la firma de análisis. El 11% del patrimonio está en estrategias que cobran comisiones sobre la media y únicamente un 6% en productos con un coste por encima de la media. Esto evidencia que el coste del producto es, para el inversor, un aspecto determinante a la hora de hacer su elección. Al menos, en Estados Unidos.

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