¿Están funcionando las estrategias long/short de renta variable en este fatídico arranque de año?

Herramientas
Zzpza, Flickr, Creative Commons

La renta variable europea está volviendo a niveles cercanos a los de principios de 2014. La corrección ha sido muy pronunciada en este inicio de año. En Europa, las pérdidas han sido cuantiosas y los retrocesos que acumulan las bolsas de Frankfurt, París, Milán, Londres, Lisboa y Madrid rondan ya el 10%. Con la excepción de la catarsis vivida en 2008, estamos ante el peor arranque de año que se recuerda en mucho tiempo. Este comportamiento no cogió por sorpresa a aquellos inversores europeos que, ante el primer susto del pasado mes de agosto, optaron por reenfocar sus estrategias otorgando un mayor peso en cartera a los fondos de gestión alternativa, entre ellos productos long/short, algunos de los cuales son las principales apuestas en renta variable de las gestoras internacionales para 2016. Por eso, tras la dura caída registrada en estas primeras semanas, son muchos los que estos días chequean cuál ha sido la evolución mostrada por los fondos de renta variable long/short en este arranque de año.

De media, la categoría Morningstar que aglutina a las estrategias de renta variable long short europeas acumulan una rentabilidad desde el 1 de enero del -3,1%. Se podría calificar de unos resultados relativamente satisfactorios teniendo en cuenta que es aproximadamente un tercio de la caída que registra el EuroStoxx 50 (-10,1%) y el MSCI Europe (-8,5%) en este periodo. El fondo que mejores resultados ha ofrecido en las dos primeras semanas del año ha sido el Schroder ISF European Alpha Absolute Return, con una rentabilidad positiva del 1,5% (en los últimos doce meses gana un 7,4%). El rasgo más característico de la filosofía de este fondo de Schroders es que, en lugar de construir posiciones por criterios de valoración, lo hacen en función de cuáles sean las expectativas de beneficios frente al consenso. Si creen que una compañía va a batir las expectativas del consenso de mercado a corto plazo, construyen una posición larga. Si estiman que los resultados defraudarán, corta.

“Seguir una estrategia de este tipo tiene una clara ventaja frente a las que se centran en las valoraciones. Cada tres meses las compañías reportan resultados al mercado y ese es un indicador objetivo que te dice si tu visión es la correcta o no. En caso de que yo estuviera equivocado, puedo rectificar mi posición rápidamente. En el supuesto contrario, sería el mercado y los analistas los que tendrían que reajustar sus estimaciones sobre la compañía. Si haces esto siguiendo criterios de valoración, basándote por ejemplo en el PER… ¿cuándo sabes realmente si tu visión es la correcta?”, se pregunta Lionel Rayon, gestor del fondo. Según explicaba el experto en una reciente visita a España, dependiendo del sector del que se trate, las ineficiencias en las estimaciones de beneficios son mayores o menores. "El optimismo antropológico que tienen los analistas es algo, por ejemplo, que tratamos de explotar en la estrategia".

En lo que respecta a las estrategias de renta variable long/short global, los resultados muestran que la media de la categoría de Morningstar cosecha una rentabilidad en lo que va de año del -4%, prácticamente la mitad de las pérdidas que registra el MSCI World. La estrategia que mejores resultados está ofreciendo es un fondo de Nordea, con una rentabilidad en 2016 del 4,2%. Se trata del Nordea-1 Stable Equity Long Short, producto gestionado por el mismo departamento que gestiona su fondo estrella, el Nordea 1 –Stable Return, entre ellos Claus Vorm, en este caso junto a Robert Næss. La filosofía que sigue pasa por un libro largo que apuesta por compañías con un sesgo defensivo, principalmente con negocios estables y que ofrecen una alta rentabilidad por dividendo, lo que les da como resultado una estrategia con una beta del 0,7 frente al MSCI World. Contrarrestan estas posiciones con una cesta de futuros que replican el índice global para así cubrir la beta y extraer de este modo el alfa de estas compañías.

El resultado es una estrategia con baja correlación con el mercado, descorrelacionada con la evolución de los principales índices de renta variable y una volatilidad esperada del -0,35% frente al MSCI World y del 0,35% frente al bono alemán a 10 años. La rentabilidad obtenida por la estrategia en el último año ha sido del 5,4%. A tres años, el retorno anualizado roza el 7%. Ocho de las diez principales posiciones de la cartera corresponden a empresas estadounidenses. Google, con un peso del 3,7%, la canadiense Bank of Novo Socotia, con una ponderación del 3,4%, y AT&T (3,2%) son las tres grandes apuestas del equipo gestor en estos momentos. En el libro largo también aparecen valores como Johnson & Johnson, Pfizer, Sap, Verizon o Wal-Mart, entre otras. Actualmente, la estrategia cuenta con algo más de 800 millones de euros en activos bajo gestión.