Este es el posicionamiento de las 10 grandes gestoras españolas para la recta final del año

Más allá de pequeños ajustes tácticos para aprovechar el movimiento de mercado y matizar determinadas convicciones, no hemos hecho grandes cambios a lo largo del verano. En líneas generales, el desarrollo de los eventos de este verano ha sido favorable para nuestro posicionamiento, que se mantenía en una visión positiva para los activos de riesgo, tanto de renta variable como de renta fija (crédito y periferia). En la consecución del buen resultado ha sido clave, tanto el ajuste de expectativas de la política monetaria, como la mayor amplitud en participación del mercado de renta variable. Ante el entorno actual, mantenemos una visión favorable a los activos de riesgo, donde leemos los potenciales eventos de volatilidad en clave de oportunidad.

En el verano entramos en términos generales con posiciones en renta variable algo más moderadas que a final de junio y con diferentes estrategias de protección, ya no solo por el nivel en el que se encontraban los índices, sino también teniendo en cuenta el alto posicionamiento de los inversores y la menor liquidez en el periodo estival. Durante los primeros días de agosto, con las fuertes caídas, el mercado nos dio la oportunidad de incrementar de nuevo el posicionamiento en renta variable, que hicimos principalmente a través de compra del mercado americano. En cuanto a renta fija, la apuesta que teníamos en duración (principalmente europea) dio sus frutos en este último mes, con lo que aprovechamos para reducir deuda gubernamental hasta niveles más moderados. En el activo de divisas, ante la debilidad del dólar, aumentamos nuestra posición las últimas semanas de agosto.

Si bien el entorno económico y el ciclo de beneficios empresariales sigue siendo favorable para invertir en activos de riesgo, tácticamente hemos reducido las apuestas, tanto por activos (especialmente en renta variable) como por geografías, ante la volatilidad que podríamos llegar a ver por los datos económicos (especialmente ante el desarrollo del mercado laboral en EEUU) , la actuación de los bancos centrales y el ruido que las elecciones americanas puedan generar.

El principal cambio ha sido un aumento de la duración de las carteras, fruto de una mayor exposición a bonos de gobierno de la que teníamos en julio. El posicionamiento en renta variable sigue siendo favorable, implícitamente apostando por un soft-landing y, por tanto, no somos cautos.  No obstante, es cierto que alguno  de los indicadores macro que usamos para determinar nuestra asignación táctica de activos se ha tornado más neutral. Aunque en agregado pensamos que todavía no ha llegado el momento de la cautela, estamos más cerca de ese cambio que hace unos meses.

Tenemos una visión cauta de los mercados desde hace ya varios meses, tanto en renta variable como en renta fija de alto riesgo. Durante el verano, lo que hemos hecho principalmente es variar el nivel de las coberturas de renta variable de las carteras multiactivo. Las estrategias que implementamos durante junio las deshicimos los primeros días de agosto y las hemos vuelto a establecer a finales de mes. De cara a los próximos meses queremos mantener nuestras carteras por debajo de sus referencias, aunque intentando aprovechar la volatilidad del mercado en nuestro favor. Tras las elecciones, dependiendo de los resultados, posiblemente podamos subir niveles de riesgo para jugar el rally de fin de año.

En cuanto a renta fija, hace tres meses creíamos que el mercado estaba siendo pesimista acerca de la evolución de la inflación y las consiguientes bajadas de tipos; y ahora pensamos que está demasiado optimista, más de lo que estaba a principios de año. Somos más reservados en cuanto a tomar riesgo de duración y esperaríamos a momentos de más dudas entre los inversores para hacerlo.

Durante el verano no hemos realizado cambios significativos en la composición de las carteras. Los principales eventos, relacionados con las elecciones a la presidencia de EEUU, la bajada de la inflación americana o la subida de tipos por parte del Banco de Japón, aunque han provocado un repunte de la volatilidad, han sido puntuales y no afectan a nuestro escenario central: una suave desaceleración económica, que permite bajar los tipos de interés sin provocar una revisión a la baja de las estimaciones de beneficios de las empresas. En líneas generales, mantenemos el mismo posicionamiento cauto a nivel de asignación de activos y de riesgos.

A pesar de la volatilidad de los mercados durante el verano, creemos que estamos en el mismo escenario de ciclo tardío, con un crecimiento global resiliente y en ligera desaceleración y con las inflaciones convergiendo lentamente a los objetivos de los bancos centrales permitiéndoles recortar los tipos de interés. En este entorno, mantenemos una postura de riesgo ligeramente positiva, pero, atendiendo al tono más bajo de los datos macroeconómicos, hemos reducido ligeramente los niveles de exposición a la renta variable y, después de la caída de los tipos de interés, hemos ajustado a la baja ligeramente la duración de las carteras de renta fija.

Las correcciones que se produjeron durante el verano no justificaron alterar nuestro posicionamiento. No parecieron suficientemente claras y seguimos pensando que un elevado porcentaje de los resultados viene por una correcta distribución de activos. Y a este respecto, antes del verano habíamos definido una estrategia que aún hoy en día sigue estando plenamente vigente. Otro tema distinto es que a nivel de subyacente, nunca paramos y seguimos aprovechando las oportunidades que van surgiendo en sectores/valores.

Durante el verano no hemos realizado grandes cambios en nuestro posicionamiento estratégico, pero sí hemos aprovechado tácticamente la fuerte volatilidad observada tanto en renta variable como en renta fija durante los meses de julio y agosto. Aprovechamos el movimiento final en los primeros días de agosto de la corrección iniciada en las bolsas a mediados de julio para cerrar posiciones de cobertura que manteníamos abiertas desde la primavera. Tras la recuperación en la segunda mitad del mes de agosto y teniendo en cuenta las exigentes valoraciones actuales del mercado, especialmente en el sector tecnológico, que parece mostrar cierto agotamiento, volvemos a ser algo más cautos en el corto plazo. El mercado empieza a mostrar inquietud ante la posibilidad de una ralentización del crecimiento en EEUU, mayor de lo previsto tras los últimos datos de actividad y empleo un tanto confusos. A nuestro juicio, las perspectivas para la economía norteamericana siguen siendo razonablemente sólidas y, aunque la inflación parece seguir moderándose ligeramente, entendemos que quizá el movimiento observado en los tipos en las últimas semanas es un tanto exagerado, especialmente en los plazos medios y largos.

A lo largo del verano hemos ido aumentando la duración de tipos de las carteras de renta fija a medida que los datos macroeconómicos iban confirmando la desaceleración de la economía, anticipando así el movimiento de los bancos centrales. Por otro lado, hemos reducido la exposición a crédito privado, recortando aquellas posiciones en las que la prima de riesgo es más reducida y ofrece menor potencial. Esta combinación de mayor duración y menor riesgo de crédito hace que nuestras carteras tengan ahora un perfil de riesgo más defensivo.

En renta variable tampoco hemos hecho grandes cambios, aunque aprovechamos la volatilidad de principios de agosto para reforzar algunas posiciones. Nuestras carteras están estructuradas para beneficiarse de un contexto de menor crecimiento, pero también de menores tipos de interés. Combinan valores de alto crecimiento, en el sector tecnológico, por ejemplo, como ASML, con otras apuestas más “value”, en sectores poco cíclicos y que se verán beneficiados por las bajadas de tipos, como el inmobiliario.

No estamos especialmente cautos, porque el escenario central sigue siendo de aterrizaje suave, pero somos conscientes de que estamos en un punto de inflexión a nivel económico que además coincide con un proceso electoral en EE.UU. bastante impredecible.  Así que hay que estar muy atentos, por si surgen oportunidades.