Desde stop-loss hasta el arbitraje y la compraventa de la misma
La volatilidad está en niveles demasiado altos e insostenibles, dentro de un entorno en el que los principales problemas, como la crisis griega, se solucionarán y los mercados tenderán a normalizarse. Sin embargo, los inversores tendrán que hacer frente al riesgo continuo de correcciones agresivas que se producirán de forma esporádica cuando las noticias económicas decepcionen, lo que generará una fuerte volatilidad según José Antonio Blanco, responsable de soluciones globales de inversión de UBS Global AM. El experto propone tres alternativas no sólo para protegerse de estas potenciales sorpresas negativas que provocarán reacciones más intensas de lo normal, sino también para sacar partido de ellas, desde la fijación de stop-loss hasta el arbitraje y la compraventa de volatilidad, pasando por los bonos convertibles.
Aunque depende del perfil de riesgo del inversor, Blanco opta por una estrategia que recogen los dos fondos de volatilidad de la casa, UBS Volatility Plus EUR y UBS Volatility Arbitraje EUR, que utilizan opciones o swaps. Se trata de dos fondos lanzados hace apenas tres meses en Luxemburgo ante la necesidad de reaccionar ante el panorama previsto. Así, en periodos de normalidad, aprovechan las diferencias de volatilidad entre los diferentes activos y mercados con estrategias relativas, a través del arbitraje, lo que permite obtener retornos atractivos con una baja correlación con el mercado. “En periodos tranquilos las estrategias relativas siempre funcionan con muy pocas excepciones, como a finales de 2006 y principios de 2007, cuando el nivel era tan bajo que no se podía trabajar”, asegura Blanco.
En tiempos de crisis, cuando la volatilidad tiende a aumentar, las estrategias se vuelven direccionales, y la compraventa de volatilidad permite obtener una correlación negativa con los mercados. “La forma más barata de reducir los riesgos y protegerse es mediante un activo asset allocation, saliendo de la bolsa en los momentos justos, pero resulta muy difícil de prever y por eso estas fórmulas funcionan tan bien”, apostilla.
Blanco recomienda combinar estas estrategias con los bonos convertibles, un activo que, aunque no asegura un suelo de pérdidas, permite obtener retornos atractivos sin aumentar el riesgo excesivamente y ahorrando una parte del seguro que requiere la fijación de stop-loss. “La convexidad, es decir, la sensibilidad menor con respecto al mercado, no provoca reacciones inmediatas ante las caídas, pero sí ayuda a largo plazo”, razón por la que Blanco recomienda un horizonte de inversor mayor. El experto considera que, aunque ya se ha corregido en parte la infravaloración de los convertibles, aún están baratos, oportunidades que buscan los gestores de los fondos de la casa UBS Convert Europe y UBS Convert Global. “Con la combinación de las estrategias de volatilidad y estos activos, cuya correlación es baja, el inversor consigue diversificar su cartera y sacar partido sea cual sea el escenario que se presente”, apostilla Blanco.
La opción más conservadora… y cara
Con todo, si el perfil del inversor requiere un mayor control de riesgo, Blanco opta por hacer énfasis en la protección el capital a través de fondos defensa activa del mismo, con la fijación de stop-loss, en paralelo a una estrategia activa para captar las oportunidades del mercado. “Se trata de reducir el riesgo a costa de un retorno más bajo, algo que permite nuestro fondo UBS Active Defense 5”, con un suelo de pérdidas anuales del 5%. De esta forma, se lograría un retorno atractivo pero el hándicap sería el pago de un seguro, que ahora resulta muy caro ante problemas como el de Grecia.
Aunque no descarta que el país heleno se descontrole y contagie a otros países periféricos europeos, en UBS Global AM no se decantan por ese escenario. Creen que la situación se normalizará. Con todo, diversos factores provocarán picos de volatilidad, como las potenciales decepciones en el mercado, las dudas sobre la capacidad de las economías para sostenerse sin el apoyo de los estímulos fiscales y las políticas monetarias expansivas, el riesgo inflacionista, las consecuencias de los grandes déficit públicos y la necesidad de desapalancamiento de las economías, elementos que pondrán a prueba a los inversores. En este escenario, los activos seguros no presentan atractivo debido a la futura subida de tipos de interés, en contraste con los de mayor riesgo, si bien éstos deberán enfrentarse a esas correcciones esporádicas.