Eurizon Fund Azioni Strategia Flessibile: cómo comprar cuando el mercado está barato y venderlo cuando está caro

Corrado Gaudenzi (Eurizon)
Foto cedida

El Eurizon Fund Azioni Strategia Flessibile, fondo con Sello Funds People 2019, con la calificación de Consistente, es uno de los buques insignia de Eurizon. Por varios motivos. En primer lugar, porque se trata de una de las estrategias más grandes de la casa, con un volumen patrimonial muy cercano a los 9.000 millones de euros. En segundo, porque es un producto con una filosofía muy diferenciada de la que siguen el resto de fondos mixtos flexibles, categoría donde se engloba este producto que desde 2010, año de su lanzamiento, gestiona Corrado Gaudenzi. El gestor acaba de estar de visita en España para presentar a sus clientes los entresijos de una estrategia que tiene una gran aceptación entre las bancas privadas, como demuestra el hecho de que en torno al 80% de los activos correspondan a este tipo de inversores.

A la hora de construir la cartera, Gaudenzi sigue un proceso doble. Por un lado, se enfoca en un análisis fundamental para identificar compañías europeas y estadounidenses basándose en criterios de análisis muy volcados en la valoración. Para ello se fija especialmente en dos ratios: el dividendo –y que éste sea sostenible- y los flujos de caja libres de las compañías. Los valores sobre los que centra su universo son empresas de gran capitalización que forman parte del S&P 500 y del MSCI Europe. Generalmente, la mitad de las posiciones que mantiene en cartera son firmas estadounidenses y la otra mitad europeas, si bien en estos momentos mantiene un ligero sesgo hacia Europa al considerar que las valoraciones que ofrece este mercado son más interesantes.

En el proceso de análisis de compañías, Gaudenzi explica que uno de los aspectos más relevantes es estudiar cuál es la rentabilidad de la compañía en el actual punto del ciclo económico en el que nos encontramos. La valoración es la clave del proceso, si bien existe una diferencia muy notable entre la forma que ellos definen value y la métrica tradicional. “La definición estándar pasa por centrarse en ratios como el precio valor en libros o el beneficio por acción de una compañía. Esta estrategia puede no funcionar durante ciertas fases del mercado. Por ejemplo, en los últimos 10 años, ha causado pérdidas de aproximadamente un 15% de valor frente a los índices. Nuestra manera de ver el value es seleccionar empresas centrando el análisis en otras métricas, como el dividendo y el flujo de caja libre ajustado”, revela.

Por otro lado, en su proceso de inversión le da una gran relevancia al PER de Shiller. Esto le permite tener una visión de mercado. El indicador facilita la comparación de la capitalización de la bolsa de un país con el promedio de todos los beneficios netos reales generados por las empresas en esa región en concreto durante los últimos 10 años. A través de esta comparación con el promedio le resulta fácil entender si, en términos históricos, el mercado está caro o barato. La conclusión a la que ha llegado no deja lugar a dudas sobre su visión actual. “Hoy, lo que nos dice el PER de Shiller es que, dentro de la observación, la renta variable está en el 5% del mercado más caro de los últimos 130 años”, afirma.

Tal y como explica, esa es la razón por la que la exposición al mercado de renta variable está en estos momentos muy cerca de los mínimos históricos, concretamente en niveles muy próximos al 50%. “Desde un punto de vista de valoración, a medio plazo, es el momento de mantener una exposición baja a las acciones, lo que no significa que a corto plazo tengamos una visión negativa sobre la renta variable. Lo que quiero decir es que, a medio plazo, el PER de Shiller nos aconseja ser prudentes. La belleza de nuestro proceso es que, basándonos en esta ratio, nos permite aumentar exposición a renta variable cuando los mercados están baratos y reducirla cuando están caros”.

“Si los mercados siguen subiendo, recogeremos más de la mitad de la subida, pero si caen de manera abrupta, absorberíamos la mitad del golpe, teniendo además la oportunidad de comenzar a entrar en el mercado a precios más atractivos echando mano de nuestras posiciones en activos del mercado monetario y deuda a muy corto plazo, que es donde reservamos nuestra liquidez”. En este sentido, el gestor reconoce que la gestión de la liquidez se ha convertido en un gran dilema para los inversores porque muchos de los instrumentos de renta fija de menor riesgo están ofreciendo tires negativas. “El hecho de que la renta variable esté cara complica la situación. La única forma de escapar es adoptar un enfoque de medio-largo plazo y un proceso disciplinado basado en la valoración”, concluye.