Evaluar el riesgo en la selección de fondos: las claves cualitativas y cuantitativas de los asesores

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Parl, Flickr Creative Commons

Actualmente hay registrados en la CNMV más de 6.000 fondos de inversión para su comercialización en España, cifra que supera los 20.000 teniendo en cuenta las clases de acciones, lo que da una idea de la tarea a la que se enfrentan los asesores. “La selección de fondos es una ciencia y un arte”: así resumen algunas EAFI y bancas privadas la necesidad de valorar tanto factores cuantitativos como cualitativos a la hora de elegir en qué productos invertir. Y creen que ambos aspectos son igualmente importantes para hacer una buena due dilligence y reducir lo máximo posible, dentro del perfil de cada cliente, el riesgo.

“El más listo no es el que más gana, sino el que genera más rentabilidad con el mismo nivel de riesgo”, dice Carlos García Ciriza, socio de C2 Asesores Patrimoniales EAFI, en el marco del Funds Experts Forum 2012, organizado por iiR España. El experto cree que, para eliminar los riesgos, la clave es una combinación de activos que formen una cartera descorrelacionada, y lograr una verdadera diversificación en vez de una mera dispersión. “Hay riesgos que se pueden reducir pero hay que eliminar aquellos que están fuera de la política de inversión, aquellos derivados de lo que no está escrito”, añade Prosper Lamothe, presidente de LFC EAFI.

En general, todos coinciden en que para hacer esa due dilligence, se necesitan recursos, herramientas que permitan realizar esos análisis cualitativos y cuantitativos. Recursos que sólo tienen los más preparados pero a los que los asesores de menor tamaño también pueden acceder a través de su relación con los bancos o con otras entidades que se lo proporcionen.

El peso de los riesgos no numéricos

Entre los factores cualitativos a evaluar, los expertos destacan algunos relativos a los gestores, como sus antecedentes, la estabilidad o el modelo de remuneración, así como la filosofía de trabajo. El patrimonio que tengan invertido en el fondo también se valora, no siempre de forma positiva. "No me gusta que un gestor tenga invertido todo su patrimonio en su producto, porque demuestra una autoconfianza excesiva”, comenta Juan Manuel Vicente Casadevall, socio de Kessler & Casadevall AF. El conocimiento de la cartera es otra clave: habría que valorar las razones de un potencial desconocimiento, si debido a falta de profesionalidad o al apoyo de un equipo de brillantes analistas en los que el gestor confía.

En cuanto a la gestora, los expertos valoran su prestigio, su presencia geográfica, la jurisdicción en la que ofertan sus productos, los cambios en su estructura de capital o su independencia. “Aquellas que son propiedad de sus empleados tienen más posibilidades de lograr mejores retornos”, dice Pablo Martínez Alberola, director de Ventas en Barclays Wealth Investments. La coherencia con su fisolofía de inversión es otra clave, pues los expertos advierten sobre entidades que no siguen el estilo que predican. “Además del riesgo de mercado, hay un riesgo de gestión y estilo de inversión”, comenta Lamothe. Los expertos también prestan atención a su due dilligence operativa, como la relación con los auditores, abogados, depositarios o custodios.

Introspección en el fondo

Con respecto al fondo, se valora su juventud. Para Martínez, es importante invertir en su fase de crecimiento, aunque Casadevall recomienda entrar incluso antes si el producto es bueno. “Invertir en fondos con mínimo patrimonio de 100 millones y track record de tres años es un mantra, pero se ha demostrado que los gestores emergentes lo hacen mejor que los establecidos”. Con todo, para García Ciriza es importante que tenga esa antigüedad de tres años. Otro aspecto a considerar son los sesgos: según Casadevall, el logro de la rentabilidad ha de estar equilibrado y no deberse sólo a una fuerte concentración en un nombre, región o sector.

En cuanto a los factores más cuantitativos, los expertos valoran su liquidez y la forma de cálculo del valor liquidativo, sus rentabilidades, gastos o volumen gestionado. Para Lamothe, hay que asegurarse de si se bate o no al índice, “algo que la mayoría asegura pero no todos cumplen” y alertarse cuando las rentabilidades son desorbitadas, "porque podría ser síntoma de manipulación contable”. Según Martínez, hay que tener siempre presente que las rentabilidades pasadas no garantizan las futuras, pues “sólo hay el 25% de probabilidades de que los gestores que están en el primer cuartil en tres años permanezcan los tres siguientes”.

Para el experto, también es clave la flexibilidad del fondo y su capacidad de gestionar determinados volúmenes. “Rentabilidad y volumen están relacionados: a veces el éxito no lleva a más éxito, sino que complica la consecución de retornos porque un mayor patrimonio hace más difícil replicar el pasado”, dice.

Los asesores destacan también la importancia de las ratios. Casi todos mencionan aquellas que relacionan la rentabilidad y el riesgo, como la ratio de Sharpe o la de información, aunque reconocen que presentan problemas como su incapacidad de medir la consistencia de un fondo al a hora de lograr ganancias.