Fidelity: China es candidata a una mejora de rating gracias al programa de reformas

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DanForys, Flickr, Creative Commons

El colosal paquete de reformas estructuradas aprobado durante la III Asamblea Plenaria del Partido Comunista de China (PCCh) ha supuesto el cierre definitivo del desarrollo del modelo económico creado por Deng Xiaoping. Un informe de Fidelity Worldwide Investment afirma que estas reformas con carácter global, pues tocarán muchos palos distintos de la economía china, “deberían fomentar una mayor transparencia en los ámbitos financiero y presupuestario a largo plazo, lo que mejorará el perfil crediticio de China y dará un impulso a la confianza de los inversores”.

Estas medidas deberían servir, pues, para paliar grandes preocupaciones de los inversores, como la deuda gubernamental – erca del 200% del PIB a finales de 2012-, el fuerte endeudamiento de las administraciones locales del país –2,95 billones de dólares a finales de junio de 2013 según los últimos datos de la Oficina Nacional de Auditoría- o la proliferación de la concesión de crédito, especialmente a través de la banca informal o “banca en la sombra”. En este sentido, uno de los propósitos del informe de la gestora americana es analizar la articulación de las reformas del sistema financiero y de la fiscalidad, y qué repercusiones tendrán sobre la economía del dragón asiático. 

La liberalización de la banca china

Desde Fidelity recuerdan que, en el contexto del régimen político existente en China, “a menudo se ha usado a los bancos como instrumentos de las políticas públicas”. Esto ha perjudicado a la gran banca del país al tener la obligación de prestar dinero a empresas y grupos estatales que no reunirían las condiciones necesarias en otro contexto, lo que les ha traído problemas estructurales, derivados de la expansión del crédito y de la presencia en los balances de préstamos potencialmente morosos. Así se explica que en los últimos años algunos inversores prefirieran no invertir en el sistema financiero del país. 

Las reformas en torno a la banca que desarrollará el gabinete de Xi Jinping relajará estas obligaciones de concesión de crédito, lo que “probablemente ayude a los bancos a mejorar su rentabilidad, ya que podrán seleccionar empresas de calidad a las que prestar y también podrán tener libertad para dejar de operar en áreas de la economía que son deficitarias y escasamente rentables”. “Además, gracias a un marco de tipos de interés y cambio más flexible, los bancos deberían ser capaces de reforzar sus productos y servicios y desarrollar una ventaja competitiva. Esto diversificará sus fuentes de ingresos y reducirá los riesgos asociados con los préstamos improductivos”, añaden los expertos. 

El riesgo a corto plazo es que los bancos pierdan rentabilidad, al caer los márgenes de intermediación como consecuencia de la liberalización de los tipos de interés. 
El informe también dedica unas líneas a analizar las implicaciones de las reformas sobre la banca alternativa o “en la sombra” (shadow banking), cuyo punto de partida es una directriz publicada a comienzos de enero por el Consejo de Estado en la que se establece un primer marco normativo para regular la banca informal. Desde la gestora estiman que las empresas fiduciarias han acumulado activos con un valor superior a los 10 billones de yuanes, a lo que se le debe sumar la proliferación de empresas de servicios financieros en internet, avalistas de crédito y fondos monetarios. Adicionalmente, los productos de gestión de patrimonios han recaudado unos 25 billones de yuanes en activos.

“El gobierno, aun reconociendo que la aparición de los bancos informales es un resultado inevitable del desarrollo financiero y la innovación que complementa el sistema bancario tradicional, pretende regularlos adecuadamente para contener los riesgos y mejorar la transparencia de los flujos crediticios”, explican desde Fidelity. Así, la nueva regulación obliga a la banca a abandonar sus actividades fuera de balance, para retornar al negocio tradicional (préstamos y depósitos), lo que a su vez obligará a los bancos a reforzar su capital, por lo que es probable que se ralentice la expansión de activos. 

Las reformas fiscales y de las administraciones locales

El informe oficial  sobre la deuda de la administración pública china se situó entre 2,5 y 4,9 billones de dólares (la parte baja de la horquilla de estimaciones del consenso). Aunque este dato aportó un poco de tranquilidad a los mercados, no empaña la obligación del Estado de controlar el riesgo de la deuda. En China, la mayor parte de la deuda pública procede de las administraciones locales; la parte que habría que devolver usando los ingresos fiscales de las administraciones públicas está creciendo un 20% al año. 

Para terminar de entender la situación de las arcas del país, los expertos de Fidelity indican que, en la actualidad, las administraciones locales gestionan más del 80% del gasto público, pero sólo reciben el 50% de los ingresos fiscales. “Esta distorsión ha contribuido a aumentar la deuda de las administraciones locales y a elevar su dependencia de las ventas de suelo”, señalan. Por ello, una consecuencia de las reformas sería permitir la transferencia de parte de las responsabilidades sobre el gasto de las administraciones locales al gobierno central. El informe de la gestora también interpreta en función de las reformas que se han propuesto que “la legislación presupuestaria actual se revisará para que varios niveles de la administración pública consoliden sus presupuestos, para que se indiquen las necesidades de gasto a largo plazo y los déficits de financiación y para que las administraciones locales puedan emitir deuda y responsabilizarse de ella en lugar de dar por sentado que el gobierno central acudirá en su ayuda”. 

Paralelamente, los gobiernos locales tendrán más autonomía para generar nuevas fuentes de ingresos. Ya se han dado algunos pasos al respecto, puesto que las fuentes de financiación local a través de la emisión de deuda vienen diversificándose desde 2010: según la Oficina Nacional de Auditoría de China, mientras que el porcentaje de préstamos bancarios cayó del 79% al 51%, las emisiones de bonos se incrementaron del 7% al 11%. También se están utilizando como vehículos para obtener ingresos la financiación de proyectos (construcción) y financiación a través de compañías fiduciarias, “lo que plantea nuevos retos a la hora de gestionar el riesgo”. Finalmente, “al reducir la dependencia insostenible de las ventas de suelo y las actividades de financiación inestables, las reformas deberían ayudar a reducir el lastre de deuda de las administraciones locales y, con ello, el riesgo de una crisis crediticia a gran escala”, explican desde Fidelity. 

“Si bien la deuda china es elevada, en su mayor parte la acumulan las empresas y las administraciones locales, mientras que los ciudadanos y el gobierno central apenas están endeudados. En eso difiere la situación frente a los países occidentales, lo que indica que es improbable que se produzca una crisis crediticia de estilo occidental” señala Jing Ning, gestor del fondo FF China Focus. “En cuanto al sector empresarial, muchas de las compañías más fuertes deberían ser capaces de crecer a tasas elevadas durante los próximos años y, con ello, de reducir su deuda”, concluye el gestor.