Dominic Rossi, director mundial de inversiones en renta variable de Fidelity, cree que la mejora de resultados empresariales y la liquidez impulsarán al S&P 500 hasta los 2.300 puntos.
¿Pueden los “toros” seguir manteniendo en Wall Street el impulso alcista de los últimos cinco años? Esta pregunta está rondando cada vez a más inversores, y las gestoras internacionales están saliendo al paso. El último en pronunciarse al respecto ha sido Dominic Rossi, director mundial de inversiones en renta variable de Fidelity Worldwide Investment, y su respuesta es “un sí rotundo”. “Creo que la fortaleza y duración de la reactivación en Estados Unidos sorprenderán a los inversores”, ha añadido. A continuación, Rossi expone sus razones, no sin antes afirmar: “Un retorno del culto a las acciones puede propiciar un mercado alcista plurianual en la renta variable”.
El experto va más lejos, al afirmar que “el mercado estadounidense va a romper al alza con fuerza, dejando atrás su periodo actual de consolidación”. Además, al haber caído los rendimientos en la deuda corporativa de EE.UU. y la zona euro, cree que las acciones se postularán como una opción atractiva a medida que se vayan publicando resultados empresariales. “En mi opinión, el peligro es que la renta variable estadounidense tenga un año demasiado bueno, en lugar de demasiado malo, a la vista de las buenas perspectivas tanto de liquidez como de beneficios”, afirma Rossi. Haciéndose eco de los resultados de análisis técnico comentados recientemente por Jeff Hochman, director de análisis técnico de Fidelity, el director mundial de inversiones de renta variable afirma: “A mi juicio estamos en medio de un mercado alcista, y en un mercado alcista se compra con las caídas. Desde esta óptica, si se produce una corrección de mediados de ciclo por el comienzo previsto de las subidas de tipos en 2015, sería una oportunidad de compra”. Va más lejos en su pronóstico, al calcular que el S&P 500 podría subir hasta el nivel de los 2.000-2.300 puntos.
Los argumentos
Rossi comienza su análisis con un somero repaso a lo que han hecho las bolsas internacionales en el primer trimestre de 2014. Destaca la resistencia de los mercados a las malas noticias, conteniendo los niveles de volatilidad ante eventos como la crisis ucraniana. El experto cree que la estabilización de la volatilidad en niveles bajos se debe a “la confianza en las positivas perspectivas a largo plazo para la economía estadounidense”. Recuerda que cuando el índice de volatilidad implícita VIX cae por debajo de los 20 puntos, su media a largo plazo desde 1990, se crea un entorno favorable que propicia la expansión de las valoraciones. “El descenso de la volatilidad era una condición indispensable para que los mercados revisaran al alza las valoraciones en 2013 (desde ese momento, la volatilidad media ha sido del 14,3). Aunque muchos inversores se habituaron a unas cotas elevadas entre 2008 y 2012, creo que la volatilidad puede permanecer en niveles bajos durante un periodo prolongado, como ocurrió en la década de 1990”, explica Rossi.
El director mundial de inversiones de renta variable de Fidelity cree que, puestos a mencionar posibles catalizadores de volatilidad, “el ciclo de los tipos de interés se ha convertido en el punto clave”, y recuerda que en una de las últimas reuniones del FOMC la actual presidenta de la Reserva Federal sugirió que podrían empezar a subir tipos seis meses después del final del tapering. Después de estas palabras se produjo un pequeño repunte de la volatilidad que afectó principalmente a las bolsas, pero Rossi hace notar que los treasuries no experimentaron movimiento “lo que indica que los inversores no están en absoluto preocupados por el riesgo de inflación”, a pesar de estar extremadamente baja, con mínimas perspectivas de un repunte. El experto estima que “el grado de comprensión del tapering es bueno actualmente” y piensa que la Fed mantendrá su política expansiva porque “Yellen considera que el mercado laboral de EE.UU. todavía tiene que mejorar”.
El experto muestra una actitud muy positiva con respecto a la evolución futura de la economía estadounidense, de la que afirma que “se encuentra en un punto de inflexión”. “El mercado no está reconociendo totalmente la rapidez con que la economía estadounidense se está fortaleciendo”, amplía. Rossi realiza esta afirmación basándose en la mejora generalizada de los datos macro (PMIs, confianza del consumidor, concesión de crédito…), y por ello vaticina que “el crecimiento estadounidense va a sorprender al alza”, con tasas por encima del 3%.
Adicionalmente, Rossi piensa que “resulta plausible que el presidente Obama cierre su mandato con superávit en las cuentas públicas”, dada la rapidez con la que se está corrigiendo el déficit presupuestario (se han recortado 600.000 millones de 1,5 billones desde 2009). “Nos encontraremos con una bolsa estadounidense similar a la que vimos a finales de la década de 1990 (con el superávit presupuestario de Clinton) y apoyada por unas buenas condiciones de liquidez”, indica el experto. Éste recuerda que “cuando un estado tiene superávit, los ahorros de la población fluyen hacia la bolsa, lo que impulsa las valoraciones”, de ahí el ya citado retorno al “culto a las acciones”, que en última instancia podría encarecer algunos sectores y mercados bursátiles.
Hay potencial
En cuanto a las valoraciones, a priori Rossi cree que “las bolsas ya no están baratas, pero tampoco están caras”. El experto detecta que este año se está revirtiendo la tónica que había venido siendo habitual hasta ahora: si en ocasiones anteriores el año había comenzado con previsiones de beneficio elevadas y poco realistas que después se habían corregido a la baja, este año en cambio las expectativas de partida son bajas, y Rossi anticipa que “probablemente tengamos una buena temporada de beneficios”.
Sin embargo, el responsable de Fidelity adopta una postura prudente, confrontando los argumentos a favor de comprar acciones estadounidenses con el argumento de que el PER de la bolsa de EE.UU. está en 16 veces, pero como la rentabilidad empresarial está en máximos históricos, entonces si se ajusta el PER cíclicamente por los beneficios es de 22 veces… y esto sería una señal de venta. Rossi afirma que “esta visión peca de ingenua”, porque cree que los márgenes de beneficio pueden seguir subiendo. “La distribución de los beneficios entre capital y mano de obra está experimentando un cambio profundo en EE.UU. y no veo por qué los márgenes tendrían que retornar a la media; para que ocurriera, el peso de la mano de obra en los beneficios tendría que aumentar y a menos que volvamos a tener una mano de obra muy sindicalizada, lo que es improbable, los beneficios van a seguir siendo elevados”, pronostica.
Amén de la transformación del mercado laboral en EE.UU., Rossi aporta otras razones para explicar por qué los márgenes pueden seguir siendo altos: la globalización del mercado laboral, el menor grado de organización de la mano de obra, los cambios tecnológicos y “la capacidad de los mercados para presionar a las empresas para que se centren en los márgenes de beneficios de una forma que hace 30 años simplemente no existía”. La expectativa del director mundial de inversiones de renta variable es que las perspectivas de beneficios empresariales sigan siendo favorables y, sumadas a una liquidez amplia, deberían propiciar un mercado alcista plurianual en Wall Street.