Coincidiendo con el lanzamiento de un fondo de renta fija a vencimiento, Fidelity hace un esfuerzo informativo para explicar las oportunidades y los riesgos que van aparejados a estos productos.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los inversores que buscan rentas periódicas es que los tipos de interés están muy bajos. Eso es debido a la relajación monetaria sin precedentes aplicada por los bancos centrales. En este entorno, lograr un nivel de renta razonable asumiendo únicamente una cantidad gestionable de riesgo resulta difícil de conseguir. Una de las soluciones que pondrá encima de la mesa Fidelity Worldwide Investment será el Fidelity Funds–Fixed Term 2018, fondo que se lanzará el 14 de abril, y que pretende ofrecer a los inversores un nivel razonable de rentabilidad con un grado de certidumbre relativamente alto (leer más).
Este producto tiene un objetivo de dividendo anual del 3% (después de comisiones) y su estructura diversificada de riesgos controlados, puede perfilarse como una propuesta atractiva para los inversores. “La razón por la que las rentabilidades del fondo deberían ser relativamente predecibles es su estructura de duración determinada y, en concreto, su sensibilidad a los tipos de interés, que se reduce a medida que la cartera se acerca a su fecha de vencimiento. Eso es debido al efecto de acercamiento al valor nominal que experimentan los bonos que forman la cartera”, afirma Kris Atkinson, gestor de carteras en la firma.
¿Cuáles son los riesgos principales del fondo?
Una de las principales cuestiones que se plantea el inversor es conocer los riesgos a los que se expone. Según explica Atkinson, una cartera de bonos corporativos de alta calidad crediticia y alto rendimiento conlleva riesgos crediticios que deben ser controlados cuidadosamente. “Los analistas internos de deuda corporativa de Fidelity son expertos en analizar estos riesgos diariamente y se esforzarán por gestionar activamente el riesgo allí donde consideramos que el riesgo de impago ha aumentado”, asegura el experto. Pero hay más factores a tener presente, como por ejemplo la liquidez.
“La liquidez es otro factor a tener en cuenta, ya que alrededor del 30% de las posiciones del fondo previsiblemente vencerán más allá de la fecha de vencimiento del producto. Estos activos tendrán que liquidarse de forma expeditiva. En el lado negativo, el fondo también está expuesto al riesgo de reinversión relacionado con los pagos de cupones y los bonos que vencen antes, incluidos los bonos amortizables anticipadamente. El dinero que se obtenga con estos bonos tendrá que reinvertirse a tipos de interés que fluctuarán con el mercado”, explica.
Como ocurre con todos los instrumentos de renta fija, las variaciones de los tipos de interés son un riesgo clave. “Los inversores deben esperar que el valor del fondo fluctúe a medida que los rendimientos suban o bajen en el mercado de bonos. Sin embargo, la sensibilidad del fondo a los tipos de interés debería descender a medida que se acerque a su vencimiento, cuando los bonos subyacentes experimenten un efecto de aproximación a su valor nominal. Por último, el riesgo cambiario está cubierto. Sin embargo, el coste de las coberturas cambiarias variará en función de los diferenciales de tipos de interés entre divisas en cada momento”.
¿Dónde aprecia las mejores oportunidades en deuda corporativa?
“A medida que nos acercamos a la fecha de lanzamiento, mantengo una cartera modelo que espero que refleje los bonos que se comprarán para la cartera. Sin embargo, debo hacer hincapié en que esta cartera "orientativa" cambiará con las fluctuaciones de las valoraciones y la liquidez. Por lo tanto, cabe esperar que haya diferencias entre las posiciones de la cartera orientativa y la real. En cuanto a sectores, he restringido el peso del sector financiero en la cartera orientativa hasta más o menos el 20%, y prácticamente la totalidad de este segmento se concentra en la parte senior de la estructura de capital y está diversificada en varios emisores y regiones. Otros sectores con gran peso en la cartera son telecomunicaciones, servicios públicos, industria, energía, consumo e inmuebles”.
En cuanto a emisiones individuales, la cartera está formada por muchos nombres muy conocidos, como Telefónica, Marks & Spencer (grupo británico de distribución), Gazprom (energética rusa), Time Warner (grupo estadounidense de comunicación), Pemex (petrolera y gasista mexicana), Macquarie (banco australiano), Heidelberg Cement (grupo industrial alemán) y Toys R Us (grupo de estadounidense de distribución). Estas emisiones las complementan con otros emisores menos conocidos que han sido identificados por los analistas de deuda corporativa que la firma tiene distribuidos por todo el mundo, incluyendo por ejemplo algunos bonos del sector inmobiliario chino y otras emisiones corporativas de los mercados emergentes para mejorar el rendimiento. Los emergentes ocupan el 37% de la cartera.
En su opinión, ampliar el universo de inversión a la renta fija mundial multiplica las oportunidades para mejorar las rentabilidades y va en pro de la diversificación, lo que contribuye a la gestión del riesgo.
Perspectivas para los mercados de deuda corporativa
En un contexto en el que los bancos centrales siguen aplicando políticas monetarias no convencionales, el gestor considera que encontrar valor en los mercados de deuda corporativa es cada vez más difícil cuando se enfoca con un horizonte a largo plazo. “Sí que apreciamos oportunidades que puede explotar nuestro equipo internacional de analistas con el fin de ofrecer rentabilidades ajustadas al riesgo más atractivas a los inversores. Las tasas de impago son bajas y se espera que sigan siendo bajas, ya que las empresas han aprovechado el entorno de tipos bajos para adelantar los vencimientos de deuda y reducir el riesgo de refinanciación”.