Crear una gestora donde el inversor pueda sentir el impacto real, local y visible de su inversión y en el propio lugar donde reside. Es la filosofía detrás de la gestora belga Funds For Good, uno de los últimos aterrizajes en el mercado español. La firma nació en 2011 de la mano de Patrick Somerhausen y Nicolas Crochet, desde el principio con una filosofía de inversión socialmente responsable y de impacto. Su modelo de negocio se basa en emplear el 50% de los beneficios de la gestora FFG Invest y canalizarlo hacia proyectos sociales seleccionados por FFG Impact. Ahora la firma llega a España en ambas vertientes. Sus fondos UCITS ya están registrados para la venta y comenzarán a trabajar para ofrecer microfinanciación sin intereses a empresas y emprendedores españoles.
Quién es Funds For Good
La idea del negocio nació de la experiencia personal en ambos mundos de los fundadores. Crochet, co consejero delegado, empezó en el mundo financiero hace más de 20 años. Su carrera profesional le llevó a gestionar carteras para clientes privados en el Congo, ex colonia belga. “Por las mañanas hablaba de mucho dinero con inversores pudientes, pero por la noche pude ver la realidad de la pobreza y desigualdad en Kinshasa”, nos cuenta. De vuelta en Bélgica, Crochet se movió entre el mundo de la obra social, con un proyecto fallido en una ONG, y el de la inversión, donde fue responsable del mercado nórdico y español para State Street Global Advisors. Siempre buscando cerrar la conexión entre los mercados financieros y la economía real. “Quería conectar mis aspiraciones personales con mi vida profesional”, explica.
Uno de los temas recurrentes que surgía en conversaciones con obras sociales era que dedicaban más tiempo a buscar dinero que a la gestión de los proyectos en sí. El objetivo de Funds For Good es precisamente cortar ese círculo vicioso. “La idea era crear una compañía social totalmente financiada por una compañía financiera”, explica. “Crear una gestora de fondos de alta calidad, productos en los que la gente quiera invertir, pero destinar gran parte de nuestros beneficios a proyectos sociales propios”. Todos los proyectos financiados son préstamos de honor. Es decir, que no exigen aval ni cobran intereses. Lo que sí controlan es la viabilidad de las propuestas de negocio, que les llegan a través de las entidades de microcréditos con los que trabajan. “No queremos fomentar que las personas terminen con más deuda que con la que empezaron”, explica Crochet.
El negocio de Impact bebe directamente del de Invest, pero su financiación no viene en detrimento del inversor en los fondos sino de los ingresos propios de Funds For Good, insisten. Por ejemplo, de los 75 puntos básicos de comisión de la clase institucional del fondo, una parte significativa va dirigido a los proyectos sociales. “Simplemente hemos decidido ganar menos que la media del sector porque creemos que es nuestra responsabilidad corporativa”, remarca Crochet.
También insisten en la idea de crear un impacto positivo local. De ahí que la microfinanciación que ofrecen se da a empresas locales en los países donde comercializan sus estrategias. “Muchas veces las personas mandan su dinero a países muy lejanos y se olvidan de que en frente de su propia puerta hay personas que también necesitan ayuda”, apunta.
La propuesta comercial
Sus primeras dos propuestas para el mercado español son un fondo de multiactivos globales y un fondo de renta variable europeo. En ambos se delega la gestión: son réplicas de fondos ya consolidados de gestores con buen track record a los que FFG añade unos requisitos ASG propios (políticas de exclusión, huella de carbono, best-in-class). Así, el FFG Global Flexible Sustainable es la versión ASG del laureado BL Global Flexible de Banque de Luxembourg Investments, capitaneado por Guy Wagner. El FFG European Equities Sustainable se inspira en el Acadian European Equity de la gestora cuantitativa Acadian Asset Management. En todos los casos ninguno de los fondos de FFG puede tener una comisión superior a los fondos originales.
Junto con el factsheet del fondo de cada mes, el inversor recibirá un factsheet social detallando el impacto de los proyectos financiados. También tendrá la posibilidad de apuntarse como voluntario para dar apoyo a los nuevos negocios en múltiples áreas (coaching, marketing, planificación financiera, etc.); una red de profesionales de las finanzas que surgió de mantera espontánea en anteriores países y que esperan replicar en España.