Francesco Sandrini (Amundi): “No es el momento de esconderse en el cash: pensemos en el futuro”

Francesco Sandrini (Amundi)
Foto cedida por Amundi

El entorno de mercado actual es el más complejo que ha vivido Francesco Sandrini en sus más de 25 años de carrera profesional. Así lo reconoce él mismo en una reciente presentación celebrada en Madrid, evento que el responsable de Estrategias Multiactivo en Amundi ha aprovechado para lanzar un importante mensaje a sus clientes en medio de todas las dudas e incertidumbres que están presentes actualmente en la cabeza de los inversores: “no es el momento de esconderse en el cash tras las correcciones de los mercados de renta variable y renta fija, sino más bien de mantenerse cautelosamente equilibrados y articular una estrategia para el rebote futuro, a partir de la extrema polarización del posicionamiento de los inversores que la situación ha creado”.

Según el también gestor del Amundi Funds Global Multi Asset Conservative, fondo con Rating FundsPeople en 2022, muchas de las malas noticias ya están puestas en precio. ¿Es momento de entrar? “No tenemos la bola de cristal, pero probablemente no estemos ahí todavía. Hay margen para correcciones moderadas, especialmente relacionadas con el deterioro de los beneficios, pero nuestra sensación es que nos estamos acercando a ese punto de inflexión”, afirma.

Lo más interesante, a su juicio, es que el mercado ha dejado al descubierto grandes oportunidades de inversión. “Las puedes encontrar en los bonos con grado de inversión; incluso el sector financiero en Europa no se encuentra tan mal como en anteriores correcciones, el oro volverá a ser una cobertura interesante; mientras que los tipos reales podrían alcanzar su punto máximo dentro de unos meses”.

Un entorno complicado

Sandrini considera que el entorno macro es complicado y muy diferente a lo que hemos visto en el pasado. “En las crisis anteriores, los bancos centrales fueron una parte importante de la solución a los problemas. Ahora los bancos centrales están ocupados luchando contra los efectos del exceso de políticas fiscales y monetarias, por lo que su actividad de ajuste está justo en el centro del problema para los mercados financieros. Es la primera vez en más de 40 años de carrera que asisto a un entorno de inflación sin crecimiento, con tales fuerzas de estanflación en acción”, observa.

En este entorno, el experto considera que la capacidad de las empresas europeas para trasladarle al cliente final los mayores costes es, en muchos casos, limitada. “Lo vimos en el sector energético, por ejemplo, cuando los gobiernos actuaron o consideran actuar para tratar de impedir que los mayores costes de generación terminasen por repercutírsele al consumidor”, recuerda. Pero, en su opinión, este entorno corporativo más complicado llevará, al menos en Europa, a una recesión de los beneficios y  el incremento de las quiebras corporativas dependerá en última instancia de la perseverancia de los bancos centrales para seguir endureciendo las políticas monetarias para combatir la inflación.

Riesgo de default

“El riesgo de default en el mercado de high yield está aumentado, pero en nuestro escenario central, la situación está bajo control por parte de los bancos centrales. En el pasado reciente, las empresas que no podían mantener su negocio, emitían deuda, absorbida rápidamente por los mercados debido a los tipos negativos de los gobiernos. La abundante liquidez provocó tasas de impago históricamente bajas. Esta fase ha terminado y el mercado corporativo de high yield ha alcanzado casi un nivel de cero emisiones de nuevos bonos desde hace unos meses debido a los elevados tipos y diferenciales”, explica.

Además, el responsable de Estrategias Multiactivo en Amundi tampoco prevé un escenario de endurecimiento de política monetaria durante mucho más tiempo, los bancos centrales tarde o temprano tendrán que hacer frente a la montaña de deuda aún pendiente a nivel global.

“Si aceptamos la idea de que estamos sentados sobre mucha deuda pendiente, también tenemos que aceptar la idea de que. La montaña se va a hacer todavía más alta debido a las políticas fiscales expansivas que muchos gobiernos contemplan por el régimen inflacionario actual. Basta pensar en el coste que le supondrá a Europa llevar a cabo la transición energética para darse cuenta de que el nivel de endeudamiento aumentará. En un escenario como este, es difícil pensar en un entorno en el que el BCE vaya a seguir endureciendo los tipos de manera prolongada”, indica.

Optimista con China

De cara al futuro, Sandrini se muestra muy optimista con respecto a China. “Un entorno de política monetaria más relajado gracias a su ciclo económico único, junto con la reapertura tras los cierres, combina una valoración atractiva para las acciones chinas y un posicionamiento extranjero muy ligero al dar la posibilidad de un alivio bursátil liderado por los flujos nacionales y, en menor medida, por los flujos internacionales. A medio plazo, los riesgos geopolíticos deberían prevalecer. La probabilidad de una escalada de la tensión en torno a Taiwán ya es tangible, con sectores como los semiconductores y la biotecnología a la cabeza de las empresas que repatrian su producción a EE. UU. Así que China es algo que mirar con especial cuidado para el futuro”, concluye.