Bonos convertibles: todo lo que debe saber sobre la estructura y las características de este mercado

Atomo
Andormix-Isaac Torrontera, Flickr, Creative Commons

El entorno actual de mercado nos ofrece un panorama con alta volatilidad e inflación en aumento con la posibilidad de una subida de tipos antes de lo esperado. Ante este escenario, una de las inversiones que pueden ofrecer un atractivo son los bonos convertibles.  ¿Conoces qué son y cómo funcionan? Rescatamos este artículo incluido en el apartado de Glosario de FundsPeople para actualizar y reorganizar todos los puntos que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de bonos convertibles.

Qué son los bonos convertibles

Se trata de un bono emitido por una empresa privada que incorpora una opción de compra (call) sobre una acción. Esta opción confiere al instrumento sensibilidad a las fluctuaciones de la acción subyacente (delta). Gracias al componente ‘bono’, en caso de fuerte caída de la acción, al vencimiento se le reembolsará el valor nominal del título (excepto en situación de insolvencia). Sin embargo, si la acción se aprecia, el precio del bono convertible también se incrementaría y la plusvalía obtenida podría ser sustancial.

Por qué las empresas emiten bonos convertibles

"Es una manera en la que la compañía reduce el coste de financiación con un cupón más bajo a la vez que controla la estructura de capital", explica Stephanie Zwick, responsable de bonos convertibles en Fish AM. Se trata de una manera flexible de obtener capital y, especialmente, para las empresas en crecimiento es uno de los mecanismos más atractivos para conseguir capital y financiar así el crecimiento. 

Qué ofrece a una cartera de inversión

Las gestoras apuestan por esta clase de activo por su componente diversificador dentro de una cartera equilibrada. 

Zwich opina en que esta clase de activo es una alternativa a carteras equilibradas y multiactivos tradicional siempre teniendo en mente una asignación a largo plazo.  Para la experta los bonos convertibles “son una estrategia de bonos con un mejor perfil de riesgo/rendimiento y una duración más corta” a la vez que son el complemento defensivo a la renta variable. De esta manera ofrecen “menor volatilidad y mejor perfil de caída con rendimientos a largo plazo similares a los de las carteras de renta variable”. En definitiva, “diversificación de los estilos de inversión”.

El siguiente gráfico muestra que, a pesar de su menor delta, la clase de activos convertibles ha seguido el ritmo de la renta variable durante 25 años. De hecho, los convertibles han sido más rentables que la renta variable en las principales caídas del mercado y en las últimas fases de debilidad. ¿La razón? Según explica Zwich, “los bonos convertibles se recuperan mucho más rápido que la renta variable debido al perfil asimétrico de riesgo-rentabilidad”. En definitiva, menor caída y una recuperación más rápida.

Perfil técnico de un bono convertible

Según explica Lara Azouri, ex-gestora de crédito en La Française AM, en una tribuna publicada en Funds People, el perfil técnico de un bono convertible varía en el tiempo. En el momento de su emisión, tiene una sensibilidad a la acción subyacente de en torno al 40%. Esto significa que para un incremento del 1% del valor de la acción subyacente, la obligación convertible se apreciaría un 1% * 40%, es decir un 0,4%. Cuanto más se aprecie la acción, mayor será la sensibilidad a la acción. Inversamente, cuanto más se deprecie la acción, menor será la sensibilidad a la acción. “Esta convexidad tiene un gran valor para el inversor”, afirma.

Cuando la delta es inferior al 30%, la obligación convertible se comporta como un bono clásico, con sensibilidad principalmente a los mercados de crédito y de tipos. Cuando la delta es superior al 70%, la obligación convertible reacciona como una acción (perfil de acción). “Los convertibles con un delta entre el 30% y el 70% se llaman mixtos y resultan especialmente interesantes para el inversor, ya que ofrecen una participación al alza mayor que a la baja para un movimiento simétrico de la acción. Es lo que llamamos convexidad. Este fenómeno se explica gracias a la delta: cuanto más suba la acción más se incrementará la delta (es decir que la convertible será cada vez más sensible a la acción), y más se apreciará la convertible”.

Mercado de bonos convertibles

Si nos fijamos en el mercado primario de bonos convertibles estamos ante una herramienta de financiación flexible con bajo coste y rápida ejecución y con importantes ventajas fiscales en EE.UU. De hecho, es el primer mercado y con una amplia ventaja donde más emisiones se realizan. Solo en 2020 se emitieron más de 160.000 millones de dólares. El universo de inversión en el mercado secundario se amplía sustancialmente. Según explica Stephanie Zwich, el universo de bonos convertibles es de 670.000 millones de dólares en algo menos de 1.800 emisiones.

El importante número de emisiones se debe según argumenta la experta a que nos encontramos en un contexto de confianza en el futuro y una renta variable en subida, unido a un aumento de la volatilidad, por lo que los bonos convertibles ofrecen protección en las caídas a la vez que participan de las subidas) en un contexto de posible subida de tipos y junto a cambios en la legislación de EE.UU. que ayudan a impulsar las nuevas emisiones. (Ver gráfico)

Los inversores en su mayoría 75% suelen ser a largo plazo, con una escasa presencia 25% de hedge funds. En cuanto a su rating se dividen prácticamente a partes iguales, investment grade (calificado o implícito) un 49%, y high yield un 51%. EE.UU. es el mercado más activo y el sector en el que se concentra la mayoría de las emisiones de bonos convertibles es el tecnológico, seguido de consumo discrecional y servicios de comunicación. (Ver gráfico)

Aspectos importantes a tener en cuenta

Philippe Muñoz, antiguo gestor de convertibles de Santander AM y ahora gestor en el family office de Francisco Riberas (Gestamp), considera que lo más importante a la hora de gestionar esta clase de activo es el análisis del riesgo crediticio. "No tener rating no significa que este sea malo, pero sí que tienes que hacer un trabajo muy profundo en el análisis de las empresas, sobre todo teniendo en cuenta que en este mercado hay muchas compañías de pequeña y mediana capitalización en busca de financiación”, afirma Muñoz.

Para que la emisión de una compañía sea evaluada por una agencia de calificación de riesgos, en primer lugar, debe existir una solicitud expresa por parte de la empresa. Una vez le ha sido asignado un rating, se puede dar la circunstancia de que los responsables de la empresa no estén de acuerdo con la nota. “Hemos visto casos de compañías que antes eran evaluadas y ahora ya no. No obstante, el hecho de dejar de ostentar rating no significa que la empresa vaya a dejar de emitir, ni que se vaya a encontrar en el futuro con serios problemas para colocar sus emisiones”, afirma el gestor de Santander AM.

En opinión de Muñoz, cada gestor tiene sus reglas. “La mía es muy clara: nunca invierto en una empresa en la que me gusta el subyacente, pero no el crédito”. 

En conclusión…

Teniendo en cuenta el entorno de volatilidad del mercado actual, Stephanie Zwich apunta a que los bonos convertibles ofrecen:

  • Protección en caso de caída de los mercados de renta variable
  • Ofrecen una temporización del mercado incorporada: la exposición a la renta variable de los bonos convertibles cambia en función del propio mercado de renta variable
  • Los bonos convertibles vuelven a ser más atractivos que los bonos corporativos para los emisores cuando los tipos suben
  • Son una fuente de rendimientos en un entorno de bajos tipos de interés / diferenciales ya que la exposición a la renta variable ofrece un potencial de rendimientos y protección contra la subida de los tipos de interés