Los términos sostenibilidad y suficiencia se repiten en la agenda de cualquier coloquio, ponencia, estudio que se publique en relación al sistema público de pensiones. Asegurar un sistema en el que las personas que se jubilen no pierdan poder adquisitivo a la vez que se tiene en cuenta fenómenos demográficos y laborales pasa por considerar otros mecanismos que sirvan de apoyo efectivamente a los pilares de sostenibilidad y suficiencia. Es en este contexto cuando sale a la escena el término cuentas nocionales. ¿Qué son, cómo podrían apoyar al sistema de pensiones?
Las cuentas nocionales son un sistema de cuentas virtuales individuales en el que se va registrando las cotizaciones realizadas y se le añaden los rendimientos virtuales que se generan en función de la tasa nocional (equivalente al tipo de interés en un sistema de capitalización) aplicada en cada periodo. Se trata de un sistema financiero-actuarial de reparto y de aportación definida. No obstante, el sistema sigue siendo de reparto ya que las cotizaciones de los trabajadores financian las pensiones de los jubilados.
¿De qué manera se asegura el equilibrio del sistema?
El estudio ‘Pensiones del futuro’, editado por Instituto Santalucía, lo explica de esta manera. Dado que la pensión inicial se obtendría al dividir la cuantía del fondo nocional acumulado hasta el momento por un factor actuarial de conversión, este debe cumplir dos criterios:
Equilibrio actuarial: se tiene en cuenta la esperanza de vida en el momento de la jubilación. En este sentido, un aumento de la esperanza de vida reduciría la pensión inicial.
Equilibrio financiero: en este aspecto se analizan las proyecciones de crecimiento económico y demográfico que determinan los ingresos por cotizaciones con los que se financian las pensiones. Un menor crecimiento previsto de los ingresos del sistema desde el momento de jubilación al del fallecimiento de sus beneficiarios reduciría también la pensión inicial y viceversa.
¿De qué manera se establece la relación entre estos dos equilibrios?
El trasvase de información sería clave entre la parte actuarial y financiera para que la pensión inicial se fuera reajustando (ver gráfico).
Fuente: ‘Pensiones del futuro’. Editado por Instituto Santalucía
Ventajas del sistema de cuentas nocionales
La primera es la transparencia. El trabajador conoce en todo momento las cotizaciones realizadas durante un periodo de tiempo o durante su vida laboral. Además sabe el importe de su jubilación si se mantienen sus condiciones de cotización. Al permitir saber en cuánto se ve incrementada la pensión por retrasar la edad de jubilación durante algunos años, serviría de incentivo para que la edad real de jubilación se aproximase a la edad legal.
Los trabajadores internalizan sus cotizaciones como un salario diferido y no como un impuesto. Además, elimina la penalización que existe en la actualidad si no se cotiza los últimos años de edad laboral al perder el empleo, ya que la pensión es un cómputo del total. Los trabajadores pueden planificar mejor sus decisiones de trabajo, formación continua y ahorro a lo largo de su ciclo vital.
Todas ello bajo el prisma de la solidaridad intergeneracional. Sigue siendo un sistema de reparto y las prestaciones están vinculadas al nivel de aportación de los trabajadores actuales.
¿Tenemos ejemplos empíricos de cuentas nocionales?
Sí, un clásico es Suecia. El país aprobó en 1994 la reforma del sistema de pensiones y está basado en cuentas nocionales. Se considera uno de los más eficientes y transparentes.