Delegación del voto: qué es y cómo implica al inversor

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FutUndBeidl, flickr, creative commons

La democratización de la inversión no solo se observa en que cada vez es mayor el número de inversores minoristas que deciden invertir sus ahorros. Sino también en que cada vez son más los inversores que quieren ser activos en las inversiones que realizan.¿Qué es la delegación del voto? La delegación de voto, según explica la CNMV, es el procedimiento por el que un accionista que no pueda asistir personalmente a una Junta General de Accionistas o no posea el número mínimo de acciones requerido, designe a otros accionistas, terceras personas, consejeros para que le represente y ejerza en su lugar el derecho al voto. En definitiva, facilitar que los inversores puedan llevar a cabo su derecho de voto en las juntas de las empresas.

¿Qué implica?

Mayor compromiso por parte del inversor en los asuntos de gobierno corporativo de las empresas en las que invierten. Aunque es una obligación que las empresas que cotizan en bolsa informen de sus actividades a los accionistas a través de sus juntas anuales, “está claro que hay inversores que no quieren quedarse al margen; tienen una opinión sobre el gobierno corporativo, y quieren una forma significativa de expresar esas opiniones”, así lo argumentaba Larry Fink, CEO de BlackRock, en declaraciones a Pensions&Investments. La mayor gestora de activos del mundo está trabajando en la ampliación de su programa de voto delegado. A través de su plataforma de voto lo que se pretende es "transformar la relación entre los propietarios de activos y las empresas. Y, si se adopta de forma generalizada, puede mejorar el gobierno corporativo inyectando nuevas e importantes voces en la democracia de los accionistas", explicaba Fink.

No solo BlackRock está trabajando en esta línea. Vanguard Group anunció que ha empezado a "evaluar formas de ofrecer a los inversores individuales la oportunidad de participar más directamente en el proceso de votación por delegación". En octubre, la empresa de servicios financieros, Charles Schwab, anunció también que estaba probando la "votación por delegación".

¿Qué persigue Directiva de fomento de la implicación a largo plazo de los accionistas (SRD II)?

Sin embargo, también las gestoras se han visto empujadas a implicarse más en las inversiones que realizan desde la entrada en vigor en 2021 de la Directiva de fomento de la implicación a largo plazo de los accionistas (SRD II). Esta Directiva pretende armonizar las prácticas de voto de los inversores en Europa y persigue una mayor implicación de los accionistas en el gobierno de las empresas en las que invierten. El objetivo es contribuir a mejorar su rendimiento financiero y no financiero, incluyendo los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.

Cómo funciona el voto por delegación

Antes de las juntas generales, los accionistas reciben información sobre los temas que se votarán en la reunión, que puede ir desde temas relacionados con el gobierno corporativo a otras cuestiones que afectan a la empresa. Los inversores que posean acciones con derecho a voto en la empresa en la fecha de registro de la misma podrán votar sobre estos temas.

Para votar en la Junta General, la empresa puede poner a disposición los materiales de representación en línea y también enviarse por correo a los inversores que tienen derechos.

En lugar de asistir físicamente a la junta de accionistas, los inversores pueden elegir a otra persona para que vote en su lugar. Esta persona es designada como apoderado y emitirá el voto por delegación de acuerdo con las indicaciones del accionista que figuran en su tarjeta de representación. Los votos por delegación pueden emitirse por correo, teléfono u online antes de la hora límite. Esto suele ser 24 horas antes de la junta de accionistas. Las respuestas pueden incluir "A favor", "En contra", "Abstenerse" o "No votar".

Influencia en el voto

Como publicábamos en esta tribuna, la transposición de SRD II crea la figura del “asesor de voto”. Se trata de entidades de asesoramiento profesional a los inversores para ejercer sus derechos de voto en las juntas de las empresas en las que inviertan. No se requiere autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para el ejercicio de la actividad, pero sí comunicación previa. Estos nuevos pasos van en la dirección de involucrar a los inversores en la transformación sostenible de las empresas. Una primera parada que pretende impactar positivamente en la economía y en la sociedad en su conjunto.