Los ETF sintéticos están ganando cuota de mercado y una muestra de ello es que las gestoras van complementando el abanico de fondos cotizados con esta variante. Uno de los últimos ejemplos ha sido el lanzamiento por parte de BlackRock, la mayor gestora del mundo, de un ETF de réplica sintética sobre el S&P 500. Las ventajas que ofrecen los ETF son más que conocidas. Nos encontramos ante un vehículo de inversión que mezcla características propias de los fondos de inversión tradicionales con elementos propios de las acciones. La combinación hace que este producto de inversión ofrezca bajas comisiones, carteras diversificadas, liquidez intradiaria e inmediatez y transparencia en sus ejecuciones, ya que el inversor tiene mayor certeza que en los fondos tradicionales sobre el precio al que se va a realizar la compra o venta. Hasta aquí todo claro. Pero una vez que un inversor se decanta por los fondos cotizados, cuáles debe elegir: ¿ETF de réplica física o sintética?. Te explicamos en FundsPeople Learning las diferencias entre uno y otro.
Cuando nos referimos a ETF de réplica física son aquellos en los que el fondo cotizado invierte en los valores que componen el índice en su misma proporción. Se podría dar el caso de que el ETF incluyera todos los componentes del índice en las ponderaciones definidas por dicho índice, serían los ETF físicos de réplica total; o también se podría dar el caso de que se aplique una técnica de optimización lo que implicaría comprar una parte de los valores del índice, en este caso serían ETF físicos de réplica optimizada. La réplica física ofrece una mayor transparencia ya que en todo momento el inversor sabe exactamente qué poseen y no suponen ningún riesgo de contrapartida. ¿Qué es el riesgo de contrapartida? Los ETF de réplica sintética dan cuenta de esta variable.
Este tipo de ETF nacen de la necesidad de abaratar costes de transacción asociados a la réplica de índices mediante la adquisición de múltiples activos y minimizar el tracking error asociado a una correlación imperfecta entre la cartera del fondo y el índice. La principal característica de los ETF de réplica sintética es la utilización de instrumentos financieros derivados OTC que proporcionan la rentabilidad del índice de referencia. Tal como explica la CNMV, en este tipo de réplica la estrategia de inversión se fundamenta en un acuerdo de contrapartida. La gestora acuerda con una contraparte, habitualmente una entidad financiera, un contrato de permuta de activos (total return swap). Este derivado permite a la gestora recibir los rendimientos del índice referenciado a cambio del pago de una comisión periódica a la contraparte. El fondo mantiene una cesta de valores prescritos por la contrapartida del contrato de swap. La rentabilidad de la cesta de referencia se intercambia por la rentabilidad del índice (menos las comisiones) aportada por la contrapartida del contrato.
Por lo general, los fondos de swaps tendrán un perfil de riesgo mayor si los comparamos con sus equivalentes de réplica física debido a la exposición a la contrapartida. David Cano, socio de Afi, sin embargo, argumenta que el mecanismo ideal para un usuario de ETF sería el sintético. ¿Por qué? “Porque minimiza los costes y el riesgo de tracking error”, además él no ve que el riesgo de crédito que se asume al comprar swap pueda tener riesgos de solvencia. Recogemos las diferencias más importantes de los ETF de réplica física y sintética en el siguiente cuadro: