Mucho se habla del potencial del hidrógeno verde en la economía del futuro, pero pocos quizá conocen qué es exactamente el hidrógeno y qué usos tiene. Cristina Carvalho, directora del Negocio Institucional, Amundi Iberia, lo explica perfectamente en esta tribuna. "El hidrógeno es un gas ligero y el elemento químico más abundante del universo, aunque no se encuentra en la tierra en su forma pura. Produce tres veces más energía que el petróleo para la misma masa. Se puede almacenar de forma relativamente fácil durante largos períodos; pudiendo usarse como vector energético y como solución de almacenamiento de energías renovables intermitentes como la solar o eólica". ¿Es el hidrógeno verde una oportunidad de inversión? Vamos a analizarlo.
Lo primero que hay que saber distinguir son los tipos de hidrógeno ya que la huella de carbono generada por la producción de hidrógeno depende de la fuente y la energía utilizada.
Existen diferentes tipos de hidrógeno:
- El hidrógeno gris y marrón, que representan actualmente alrededor del 96,6% de la producción de hidrógeno. No son una solución de descarbonización ya que produce aproximadamente tanto dióxido de carbono como el uso del propio gas natural, pero sí es el más barato a la hora de producirlo. El hidrógeno gris se produce hoy a 1 $-2 $/kg.
- El hidrógeno azul es esencialmente hidrógeno gris con captura y almacenamiento de carbono. Su precio de referencia a largo plazo se sitúa en 2 $-3 $/kg y solo se captura entre el 80% y el 90% de las emisiones de carbono.
- Y el renombrado hidrógeno verde, que se obtiene por electrólisis. Tiene una eficiencia de alrededor del 80% y se produce actualmente a un precio aproximado de 3 $-7 $/kg.
Papel del hidrógeno verde dentro de las energías renovables
Actualmente, la producción de hidrógeno representa el 2,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, es decir, más que la industria de aviación. No obstante, se está preparando el terreno para la evolución del hidrógeno hacia una economía verde ya que el hidrógeno verde podría reducir el 20% de las emisiones mundiales de carbono. Sin embargo, para acelerar esta transición, es necesario que el hidrógeno verde sea más barato. Y el quid de la cuestión está en reducir el coste de los electrolizadores.
Según Bank of America Research, el coste de los electrolizadores se ha reducido hasta un 50% en los últimos cinco años y se prevé que se abarate otro 40-60% más de aquí a 2030. Una energía verde más barata podría abrir las puertas a la adopción del hidrógeno en una mayor variedad de aplicaciones. Es en este punto donde el hidrógeno verde se presentaría como la gran oportunidad de inversión.
Además, una gran ventaja del hidrógeno es el proceso de almacenaje, ya que como explica Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AEH2), en este post de BBVA, “Los excedentes de energía renovables que se pueden dar en algunos momentos pueden aprovecharse para producir hidrógeno. Y ese hidrógeno puede almacenarse para producir electricidad en invierno o en aquellos momentos del año en que las energías renovables no produzcan lo necesario”
¿Es el hidrógeno verde realmente una oportunidad de inversión?
Bank of America Research prevé que la economía del hidrógeno supondrá 2,5 billones de dólares de ingresos y 11 billones de dólares de potencial en infraestructuras de aquí a 2050. La economía del hidrógeno está a punto de entrar en una fase de crecimiento de varias décadas de duración, a medida que la economía, la innovación tecnológica y el apoyo político empiecen a converger.
Qué riesgos presenta la inversión en hidrógeno verde.
No obstante, el hidrógeno debe superar algunos obstáculos importantes para lograr su adopción generalizada.
El riesgo de adopción anticipada. La rápida curva de costes del hidrógeno verde representa un riesgo de inversión, debido a que cada aumento de capacidad producirá hidrógeno a un coste menor. La capacidad anterior quedará relegada a los márgenes de la curva de oferta, lo que la hará vulnerable a las perturbaciones de la demanda.
La incertidumbre sobre la demanda futura, la ausencia de estructura de mercado y de infraestructura de distribución y almacenamiento también plantean problemas de gran magnitud para el sector y los Gobiernos.
Y el elevado coste del hidrógeno en relación con los combustibles alternativos con elevadas emisiones carbono. La incertidumbre política y reglamentaria, incluido el establecimiento de normas sobre emisiones de hidrógeno para su adopción en todo el sistema conlleva que, aunque el hidrógeno gris y azul no son soluciones a largo plazo, constituyen fases necesarias para que el hidrógeno establezca una cadena de valor económico y logre su adopción por parte del usuario final.
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