La tesis principal del libro es que la inversión activa y la pasiva no son alternativas mutuamente excluyentes, sino que pueden integrarse en un modelo de inversión que las incluya a ambas. Toda inversión financiera debe entenderse como un medio de financiación de un flujo futuro de pasivos. Desde esta óptica la inversión pasiva debe asegurar a largo plazo los rendimientos de mercado y la inversión activa debe buscar rendimientos adicionales, o alfas, sin olvidar que son necesariamente un juego de suma cero. También hay distintos tipos de inversores: unos se contentarán con una inversión pasiva de bajo coste y otros optarán por una gestión más activa con contacto frecuente con los gestores que, necesariamente, tiene costes más altos.
Este es un artículo exclusivo para los usuarios registrados de FundsPeople. Si ya estás registrado, accede desde el botón Login. Si aún no tienes cuenta, te invitamos a registrarte y disfrutar de todo el universo que ofrece FundsPeople.