Una de las principales tasas de referencia de los tipos de interés utilizados en los mercados financieros desaparecerá a finales de 2021. Se trata del LIBOR, el London Interbank Offered Rate, que refleja el tipo de interés indicativo y promedio al que una selección de bancos se presta dinero sin cobertura en el mercado monetario. El LIBOR dice adiós y varios índices se postulan como los herederos. Una alternativa es el SOFR, el Secured Overnight Funding Rate, que es el tipo que los bancos utilizan para fijar el precio de los derivados y préstamos denominados en dólares. Pero comencemos por saber qué es el LIBOR para entender lo que viene después de su desaparición.
LIBOR: tasa de referencia
El LIBOR fue lanzado por la Asociación de Banqueros Británicos en 1986 y, además de decidir el precio de las transacciones, refleja la confianza que tienen los bancos entre sí. Según datos de Refinitiv sustenta alrededor 300 billones de dólares en contratos financieros, incluyendo derivados, bonos y préstamos.
Aunque se suele hablar del tipo de interés LIBOR, en realidad estamos hablando de muchos tipos de interés LIBOR con vencimientos diferentes. Es administrado por la ICE Benchmark Administration y su metodología, según explican en su página web, está diseñada para producir un tipo medio que sea representativo de los tipos a los que los grandes bancos internacionales con acceso al mercado mayorista de financiación no garantizada podrían financiarse en dicho mercado en determinadas divisas para ciertos plazos.
En la actualidad, el LIBOR se calcula para cinco divisas (dólares, libras, euros, francos suizos y yenes japoneses) y para siete plazos con respecto a cada divisa (desde un día, una semana, un mes, dos meses, tres meses, seis meses y 12 meses). Esto da lugar a la publicación de 35 tipos individuales (uno para cada combinación de divisa y tenor) cada día hábil aplicable en Londres.
¿Por qué desparece el LIBOR?
Según explica Selfbank en este post, el LIBOR desaparece porque la metodología se ha quedado obsoleta ante un mercado financiero en constante crecimiento y con mayor complejidad. La crisis financiera de 2008 tuvo su impacto. “Desde el punto de vista técnico, el panel de bancos que participaba con sus datos en la elaboración del LIBOR se redujo durante la crisis. A partir de entonces no solo hay menos bancos (ahora son entre 11 y 16 bancos), sino que hay muchas menos transacciones y, por tanto, ha perdido representatividad: el resultado ya no reflejaba la realidad del mercado”, añaden.
Asimismo, también se ha visto envuelto en algunos escándalos de manipulación y se han identificado ineficiencias que comprometían su integridad.
SOFR y SONIA: las alternativas
Ahora bien, qué lo va a sustituir. Pues por acrónimos no va a ser. Los que tienen más papeletas para erigirse como las tasas de referencia son el SOFR y SONIA. El Secured Overnight Financing Rate (SOFR) sustituirá al LIBOR en dólares. Se trata del tipo que los bancos utilizan para fijar el precio de los derivados y préstamos denominados en dólares estadounidenses. Mientras que el Sterling Overnight Index Average (SONIA) sustituirá al LIBOR en libras esterlinas, que viene a ser el tipo de interés a un día que pagan los bancos por las transacciones no garantizadas en el mercado de la libra esterlina. Sin embargo, tal como se observa en la tabla, las alternativas alcanzan las divisas que cubría el LIBOR.
Existen diferencias entre LIBOR y SOFR
Selfbank apunta a dos grandes diferencias. Si bien el SOFR es una alternativa al LIBOR en cuanto que ambos índices reflejan los costes de prestarse dinero a corto plazo, el SOFR se crea a partir de datos de transacciones realizadas, mientras que el LIBOR, antes de la modificación, lo hacía a través de transacciones esperadas.
Otro aspecto fundamental que conllevará ajustes en los contratos existentes es que los SOFR son exclusivamente tasas diarias basado en activos del Tesoro estadounidense y no incorporan un componente de riesgo corporativo como los LIBOR, que se basan en operaciones entre bancos.
Transición del LIBOR
Si bien entidades como PwC concluyen que las nuevas tasas de referencia son más sólidas que el LIBOR y están menos expuestas a abusos. El periodo de transición se vuelve clave. Federated Hermes, por su parte, argumenta que aunque se han seleccionado los tipos alternativos sigue habiendo un importante grado de incertidumbre ya que no está claro cómo se adoptarán en determinados mercados, lo que lleva al sector a enfrentarse a retos de gestión y adaptación en la operativa. No basta con cambiar uno por otros, se requiere de ajustes. Los expertos no se aventuran a medir las implicaciones que tendrá para los inversores.