Goldman Sachs AM lanza un fondo temático que invierte en toda la cadena de valor de empresas vinculadas a la revolución del gas pizarra.
Las nuevas tecnologías extractivas han permitido que el shale gas (también conocido como gas pizarra o gas de esquisto) haya traído a EE.UU. lo que muchos no han dudado de calificar como una auténtica revolución energética. Es tanto el recorrido y afecta a tantos sectores distintos esta tendencia de inversión que Goldman Sachs AM (GSAM) ha decidido lanzar un fondo que invierte en esta temática, el Goldman Sachs North American Shale Revolution & Energy Infrastructure Portfolio. Este producto ya está a disposición del inversor español.
Los expertos de la gestora americana han señalado tres sectores que pueden beneficiarse potencialmente de esta nueva commodity. Los primeros son necesariamente los productores de energía, en particular las compañías especializadas en exploración y extracción, que se pueden beneficiar de la producción al alza. De hecho, esperan un crecimiento rápido en el desarrollo de la extracción de shale gas: “Norteamérica puede convertirse en el primer productor de petróleo en el mundo y podría superar a Arabia Saudí el próximo año”, afirman desde GSAM.
El segundo sector que puede verse favorecido es el vinculado a las infraestructuras energéticas: transporte (oleoductos), almacenamiento y procesamiento (para convertirlo en gas natural). “Se espera que tomen ventaja al incrementarse los flujos de caja y el gasto”, indican los expertos).
Finalmente, el tercer sector con más ventajas competitivas en esta revolución es el de usuarios de la energía, es decir, compañías petroquímicas, fabricantes de fertilizantes, refinerías, eléctricas y redes comerciales, al estar directamente expuestas al consumo energético en EE.UU.
Desde GSAM explican que el principal motor de crecimiento de la industria en torno al gas pizarra en la actualidad es el ajuste energético que se está produciendo en el país: los americanos están consumiendo actualmente más energía extraída y producida en territorio estadounidense, y al incrementarse la producción local EE.UU. ha reducido las importaciones de energía. La parte interesante es que desde la gestora señalan otros dos motores de crecimiento en el futuro: el repunte de las exportaciones de energía (incluyendo gas natural licuado) y la reindustrialización del país; compañías agrícolas, manufactureras y petroquímicas están incrementando su capacidad en EE.UU. para aprovechar el abaratamiento de los costes de la energía.
Los propósitos del fondo
El fondo de GSAM cuenta con tres propósitos definidos. El primero, claramente, es capturar los beneficios de la revolución del gas pizarra en Norteamérica. El segundo, vinculado al anterior, es invertir en las compañías y sectores mejor posicionadas, un espectro que incluye a los productores (upstream), a las infraestructuras (midstream) y a los usuarios finales (downstream), es decir, un acercamiento que abarca toda la cadena de valor. Para lograr resultados positivos para los partícipes, el tercer objetivo del fondo es lograr retornos gracias a la combinación del compromiso por generar rentabilidad y crecimiento, poniendo énfasis en el segundo punto. El fondo está gestionado por un equipo de expertos dirigidos por Kyri Loupis y que se beneficia a su vez de la red de analistas de GSAM.