"Alemania está esperando hasta el último momento para ceder en su postura de no permitir al BCE comprar deuda de países en dificultades, con el objetivo de pedir a cambio un mayor control fiscal en la eurozona". Esta es la opinión de Philippe-Henri Burlisson, director de la gestión fundamental de Groupama AM, quien centra su escenario principal de cara al próximo año en la hipótesis de que los jefes de Estado y de Gobierno europeos pongan finalmente en práctica los acuerdos alcanzados en las cumbres celebradas en julio y octubre. “Mientras tanto, la canciller alemana, Angela Merkel, juega al póker”, asegura. Y lo hace, a su juicio, en un entorno macroeconómico que se prevé muy desfavorable.
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