Hacia dónde se mueve la guerra Rusia-Ucrania: la visión de una gestora que sí lo vio venir

Artem Kniaz (Unsplash)

Un cisne negro como lo es una guerra en suelo europeo es casi imposible de predecir. Casi. Tim Ash, estratega senior de deuda soberana de mercados emergentes en BlueBay AM, lleva tiempo siendo muy vocal sobre el riesgo geopolítico que se estaba cocinando. En enero de este año, el experto asignó un 90% a una invasión completa de Ucrania por parte de Rusia. Por desgracia, su análisis resultó ser acertado. 

“Me resulta difícil ver algo más que una escalada de Rusia con Ucrania desde las posturas actuales”, insistía Ash en un análisis enviado a clientes en enero y recogido por algunos medios. El estratega citaba tres razones. Una, que no veía margen para el compromiso entre las grandes potencias. Segundo, que la dificultad de Putin para aceptar los resultados de la Revolución EuroMaidan en 2013-2014. “Creo que el primer ministro letón, Arturs Krišjānis Kariņš, resumió muy bien las cosas esta semana cuando bromeó diciendo que Moscú no teme a las fuerzas de la OTAN sino a la democracia ucraniana”, comentaba Ash. Y tercero, sentía que el momento era muy oportuno para Putin en términos de su deseo de cambiar fundamentalmente el estado/orientación geopolítica de Ucrania y la configuración de seguridad en Europa, a través del conflicto. “Es ahora o nunca”, argumentaba.

El análisis top-down, con la incorporación de investigación propia de movimientos políticos, es uno de los fuertes de BlueBay. Como nos han comentado sus gestores en anteriores entrevistas, las relaciones políticas son una parte esencial de su proceso. Así, entraron en el 24 de febrero (día de la invasión de Ucrania) con una posición corta sobre el rublo.

Hacia dónde se mueve la guerra Rusia-Ucrania

Dicho lo cual, el devenir actual del conflicto no entraba en los cálculos ni siquiera de Ash. “Nos sorprendió la fortaleza del ejército ucraniano”, reconoce Kaspar Hense, gestor sénior del BlueBay Investment Grade Euro Government Bond y el BlueBay Investment Grade Euro Aggregate Bond Fund. En sus análisis iniciales contemplaban un conflicto que duraría una o dos semanas.

Lo que ven ahora es que Europa se enfrenta a un importante riesgo de entrar en una recesión severa si se lleva a cabo el embargo de gas. Pero a su vez a Rusia le está costando mantener las fuerzas en esta guerra. Según cuenta Hense, estiman que al menos la mitad de su arsenal se ha evaporado. Y de ahí el escaso progreso en la invasión. En la región de Donbás, por ejemplo, calculan que hay unos 100.000 soldados rusos combatiendo contra 100.000 ucranianos. “Normalmente en un enfrentamiento el ejercito atacante necesita un ratio de ventaja de 3 a 1”, apunta el gestor.

Así, el análisis de Ash apunta a un posible estancamiento de la guerra. Ven que Putin quiere anunciar al menos una victoria simbólica antes del 9 de mayo. A partir de ahí no descartan una reducción del conflicto a partir de entonces. “Porque el ejército ruso está muy debilitado. La pregunta es hasta cuándo puede sostenerse”, explica Hense.

Inmersos en una guerra económica

Pero no se pueden descartar todos los factores. Por ejemplo, el uso de armas de destrucción masivas. En este conflicto la incertidumbre es alta. Por eso en sus carteras Hense está optando por una postura cauta. Ya estaban a la defensiva ante la previsión de mayor volatilidad en las tires, y ahora el riesgo económico del conflicto no invita a tomar riesgos. Así, siguen cortos en periféricos y favorecen algunos nombres en mercados emergentes como Rumanía y México.

“Es que estamos en una guerra económica”, sentencia el gestor. Uno de los asesores de Putin comentaba hace unas semanas que sería una locura que Europa implementase el embargo al gas ruso. Rusia no ve a la UE capaz de hacerlo porque eso implicaría llevar a la región a una recesión económica. Pero a su vez a Rusia le cuesta unos 7-20.000 millones de dólares al día mantener esta guerra. “Muy por encima de su cuenta corriente actual, de unos 40.000 millones mensuales”, señala Hense. Si Rusia cortase el suministro a Europa eso se evaporaría y estaría ante un déficit de 300.000 millones mensuales. Sin duda insostenible, en visión del experto.