¿Hay una burbuja en las sociedades de capital riesgo? Nunca antes se habían registrado tantas como en 2023

El año 2022 fue recordado como el que acabó con las sicav tal y como las conocíamos. Ese año desaparecieron más de 2.000, lo que representaba el 86% de las que había. Muchos decidieron liquidarlas y otros reconvertirlas en otras figuras. Y en ese tránsito, las sociedades de capital riesgo (SCR) emergieron como un producto estrella el año pasado: nunca antes se habían registrado tantas en un solo año.

De acuerdo con la información disponible en la CNMV, en 2023 se inscribieron 116 nuevas SCR. Supone un 38% más de las 84 que se registraron el año anterior. También su número es el más elevado: actualmente, hay registradas 432 SCR en España, por encima de las 310 que había a cierre de 2022. Una cifra en la que hay que tener en cuenta, además de las 116 que nacieron el año pasado (menos las que se liquidaron), las nueve que han visto la luz en lo que va de 2024. ¿Significa esto que ha habido un trasvase de quienes tenían sicav a SCR?

Ojo: las SCR y las sicav no son iguales

El atractivo de estas entidades radica en dos cuestiones: por un lado, en la búsqueda de nuevas alternativas de inversión que ofrezcan una rentabilidad más interesante que las opciones tradicionales; y por otro, también en su fiscalidad.

En el lado de las inversiones, hay que tener claro que las inversiones aptas para cada vehículo no son las mismas. Desde Baker Mckenzie explican que, mientras las sicav pueden invertir en toda clase de activos e instrumentos financieros, la SCR es un tipo de entidad de capital riesgo y, por lo tanto, de carácter cerrado. Por definición suelen tener activos ilíquidos, no puede invertir en empresas financieras ni cotizadas y normalmente se liquidan las posiciones entre 8 y 12 años después de la inversión inicial. Por tanto, cambiar de un vehículo a otro no significaría solo cambiar de carcasa, sino también el subyacente en el que invierte.

Paula De Biase, socia de Regulación financiera y Fondos, ratifica que a lo largo de 2023 han estado trabajando en varios proyectos, tanto de SCR autogestionadas como de acogimiento al régimen SCR con gestión delegada. “Efectivamente, es una tendencia que se ha ido consolidando a lo largo de los últimos años, marcada tanto por cuestiones macroeconómicas (búsqueda de mayores rentabilidades) como regulatorias. Por un lado, porque España ha traspuesto la directiva de fondos alternativos de forma más estricta, exigiendo el registro de ECR y constitución de gestoras con independencia de los umbrales de activos bajo gestión. A diferencia de otros países, esto obliga a que prácticamente cualquier proyecto que incluya captación de fondos/inversores con gestión delegada necesite utilizar una estructura regulada. Por otro lado, también es un vehículo atractivo para ciertos family offices o grupos empresariales que prevean un volumen importante de inversión en capital riesgo y quieran profesionalizar la gestión.”

Otras razones que apoyan su éxito

En el otro lado están los motivos fiscales. Y es que las SCR españolas tienen el régimen fiscal favorable para los dividendos y plusvalías de las inversiones que constituyen el objeto de su actividad, siempre que dichas inversiones estén estructuradas adecuadamente. Además, el accionista de la SCR va a poder aplicarse una exención total o parcial en el Impuesto de patrimonio, siembre que se posea al menos el 5% de la ECR, que se efectúen labores de dirección en la sociedad y que se perciban por dichas labores mas del 50% de los rendimientos empresariales y profesionales. 

Ignacio Velasco Jiménez, responsable de Asesoramiento Patrimonial de CaixaBank Banca Privada, explica que "se ha incrementado el apetito no solo por el capital riesgo como activo de inversión, sino también como una herramienta de planificación fiscal. Me empieza a generar cierta inquietud que pase lo mismo que ocurrió con las sicav”, alertaba recientemente durante el  II Meeting Point de Banca Privada organizado por FundsPeople. En ese sentido, continuaba el experto, "las entidades tenemos una responsabilidad respecto a las recomendaciones sobre la idoneidad o no para el cliente. La estructura tiene que llevar una due dilligence de un despacho", aconsejaba.

En la misma línea se situaba también Jesús Muñoz García, director de Planificación Patrimonial de BBVA Banca Privada: “El capital riesgo me parece un producto muy bueno, pero la inversión hay que hacerla con cabeza y no excederte. No hay que hacerlo exclusivamente por motivos fiscales”, aconseja.