Son superestrellas, pero ni sobresalen en el mundo del deporte, ni en el del espectáculo. Brillan en un ámbito algo menos glamuroso, al menos en principio, el de la economía. Hablamos de empresas, de compañías gigantescas, disruptoras, rentables y admiradas. Pero no solo eso, ser una empresa superestrella tiene muchas más implicaciones, y muy importantes para los inversores. Sobre este tema debaten responsables de gestoras y entidades en un desayuno organizado por Funds People y patrocinado por BNP Paribas Asset Management.
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