Idea para descorrelacionar: high yield a corto plazo

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¿Dónde esconderse cuando caen incluso los refugios clásicos del inversor? En esta situación tan complicada se han encontrado los inversores durante octubre, cuando tanto la renta fija gubernamental como la renta variable ha corregido. En este mar de dudas, desde BNY Mellon IM ofrecen una idea para descorrelacionar: los bonos high yield a corto plazo.

Las condiciones técnicas de la clase de activos son “relativamente atractivas”, cuenta Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM Iberia y Latam. “No vemos grandes oportunidades, pero tampoco grandes riesgos de estrés”, añade. 

En su opinión, no hay “gangas”, pero es una alternativa para perfiles moderados en 2019. Principalmente por su capacidad de descorrelacionar. Aunque se tiende a pensar que el crédito es uno de los más damnificados por las subidas de tipos, el histórico de retornos de la clase de activos demuestra lo contrario. Así se muestra en el siguiente gráfico:

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En dos años distintos repuntaron los tipos de interés de referencia de la Fed significativamente, 1994 y 2005. Y en ambos el high yield estadounidense lo hizo mejor que la deuda de mercados emergentes (en dólares) y el crédito de grado de inversión estadounidense. 

En Europa, en cambio, jugaría duraciones más cortas ya que el riesgo de duración parece asimétrico a los niveles actuales. “Es la parte más atractiva de la curva en cuanto a retorno-riesgo”, comenta Evers. Como en la inversión en crédito es imprescindible calcular el cash flow de la compañía –ya que determina su capacidad de pago-, los tramos más cortos dan mayor visibilidad. 

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Además, la idiosincrasia de cómo asignan los ratings las agencias permite explotar ineficiencias. Tradicionalmente se asigna el mismo rating a para toda la curva de emisión, con independencia del vencimiento. Pero la probabilidad de impago no es la misma. 

Factores a tener en cuenta

Dicho todo esto, no hay que ignorar el riesgo que supone invertir en emisiones high yield. El crédito tradicionalmente ha sido el canario en la mina de las crisis económicas. Hay dos indicadores clave: el crecimiento económico y la tasa de impago anual. Y de momento, no se aprecia deterioro. Como se muestra en los dos gráficos a continuación, ambos factores están lejos de picos de estrés como los de principios del 2000 o 2008. 

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