ETF sostenibles a nivel de flujos: ¿en qué punto estamos?
Los flujos en Europa hacia ETF sostenibles siguen siendo positivos. Sin embargo, se han reducido significativamente. Ha habido una caída muy importante desde 2022 en flujos hacia estrategias sostenibles. El gráfico que presentó José García Zárate, director de Análisis de ETF en Morningstar, en el marco del ETF&Index Minds, evento celebrado en las oficinas del proveedor de datos en el que también han participado Domingo Barroso (Fidelity International), Pedro Santuy (BNP Paribas AM), Nina Petrini (UBS ETF), Lorena Martínez-Olivares (J.P.Morgan AM), Fernando Luque (Morningstar) y FundsPeople, es muy llamativo.
Muestra el porcentaje que representan las captaciones registradas por los ETF sostenibles sobre el total de entradas netas registrada por la industria de fondos cotizados en los últimos años. En 2022, el 65% de todos los flujos netos que fueron al mercado de ETF los absorbieron productos que seguían criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ASG). Desde entonces, esto colapsó. Hasta tal punto que, en el primer semestre de este año, el porcentaje de las captaciones que representan los ETF sostenibles sobre el total apenas alcanza el 10%. La cuestión es por qué. ¿Qué explica este fenómeno?
Pedro Santuy lo tiene muy claro. “La respuesta tiene un solo nombre: performance. Si analizas las rentabilidades generadas por los productos de renta variable, en 2022 supone un punto de inflexión. Durante una década se estuvo discutiendo sobre ASG. Todo el mundo quería empezar a adoptar esta filosofía de inversión. En 2018 se empezaba a ver algo más de interés. La pandemia supuso el espaldarazo definitivo. Y en 2022, con la invasión de Ucrania, el mercado empezó a funcionar de otra manera. Todo lo sostenible tiene muy poca exposición a energía y combustibles fósiles y eso hace que la rentabilidad de casi todos los productos sostenibles a uno y tres años se vea muy perjudicado”, recuerda.
Tal y como explica el director de Ventas de ETF e Indexados para Iberia en BNP Paribas AM, esto afectó especialmente a los productos SRI y Paris Alligned Benchmark, que tenían un tracking error del orden del 4% frente a sus índices tradicionales. La pregunta, por tanto, es… ¿han comprado los inversores estrategias ASG por el hecho de estar de moda a pesar de haberse vendido la sostenibilidad como un factor a incorporar en las carteras con una visión de medio-largo plazo? “A los gestores de fondos se les mide por la rentabilidad anual. Y, aunque lo normal sería esperar una reversión, les evalúan por los resultados generados a corto plazo”, señala Santuy.
1/4Para Domingo Barroso, hemos asistido a un nuevo ejemplo de la ley del péndulo. “Nos hemos ido al extremo. Esa demanda tan extrema es impresionante, pero en muchas ocasiones son movimientos anti-natura y posteriormente se produce la conocida regresión a la media. Es nuestra obligación demostrar que la ASG aporta valor. Y la sostenibilidad no hay que posicionarla únicamente como un factor que te va a aportar un extra de rentabilidad, sino también como una gestión del riesgo más eficiente. La rentabilidad no está garantizada. Hemos mantenido conversaciones con clientes en las que nos han preguntado cuánto le había afectado la ASG al performance del producto. Hay que cambiar la narrativa, quitando el foco del alfa y poniéndolo en los beneficios que aporta a nivel de riesgo”, indica.
2/4Lo apuntado por el responsable de ETF y Fondos índice de Fidelity International para Iberia y Latinoamérica lo complementa Lorena Martínez-Olivares con una visión sobre el cambio de paradigma al que ha sido sometido el cliente final. “El mensaje de que la sostenibilidad ha venido para quedarse y que era algo estratégico ha sido prácticamente unánime en la industria. Pero, con el giro que dio el mercado, este enfoque ha perdido algo de interés por el lado del cliente final”, comenta la responsable de ETF para España y Portugal en J.P.Morgan AM.
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Para Nina Petrini, estamos en un punto de inflexión muy importante para la industria financiera, no solo en lo que respecta al mundo de los ETF. “Hemos entrado todos de cabeza y ahora viene el trabajo duro, que es trabajar con todos los actores (el regulador, los inversores, los proveedores de ETF, los proveedores de índices, los proveedores de datos…) con el objetivo de llegar a una alineación porque, ahora mismo, una metodología SRI puede verse de una manera en una casa y de otra completamente distinta en otra. Eso crea confusión a los inversores, cuando de lo que se trata es de darles transparencia”, opina la responsable de Ventas de UBS ETF para Iberia.
Santuy está de acuerdo con Petrini. “La armonización es una tarea pendiente. Europa necesita un liderazgo fuerte y una dirección clara. Primero la Comisión Europea dijo que eran artículo 9. Luego, que no. Posteriormente, volvieron a repensar y lo dejaron en manos de las propias entidades. Eso ha dado lugar a mucha confusión y muchos proveedores han reclasificado nuevamente sus productos como artículo 9. Otro golpe de timón como este podría mermar la credibilidad de la industria frente a sus inversores finales”. A pesar de todo, y tratado de mirar el vaso medio lleno, los flujos hacia ETF sostenibles suponen este año el 10% del total. Fernando Luque, editor financiero en Morningstar, cree que “si la rentabilidad acompaña, los flujos hacia estos productos volverán independientemente de cualquier otro factor”.
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