Inversis enfoca su estrategia de inversión para 2022 en cautela para la bolsa y buscar el benchmark en renta fija

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Firma: Daniel Lerman (Unsplash).

La entidad ha ofrecido su visión global y regional del actual escenario macroeconómico en base al cual prepara su estrategia de inversión para el cuarto trimestre de 2022. Un contexto que Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de Inversis, considera complejo, ya que la economía mundial se enfrenta a un nuevo freno en las expectativas de crecimiento debido a la suma de varios factores, principalmente la guerra en Ucrania, la inflación y el alza de tipos de interés, a los que se unen un desabastecimiento global en muchos sectores productivos y la debilidad de la economía china que sigue arrastrando las restricciones COVID. Así, la entidad prevé un recorte de 0,5 puntos del PIB global para cerrar el año en el 2,4%.

Desde Inversis entienden que la acumulación de todos estos factores, muchos de ellos inéditos, pero todos interrelacionados, están generando un entorno de "gran incertidumbre económica que aumenta de manera significativa el riesgo de recesión a corto plazo". Un escenario que podría producirse en los primeros trimestres de 2023 tanto en EEUU como en Europa.

Posicionamiento

Con la incertidumbre actual, la estrategia de Asset Allocation de Inversis para el cuarto trimestre de 2022 pasa por la cautela en renta variable y recuperar el benchmark en renta fija, aunque no esté exento de turbulencias.

En este sentido, la renta fija continúa corrigiendo desde principio de año, aunque la inversión de las curvas ofrece una ventana de seguridad para inversores conservadores. La toma de posiciones con duraciones cortas puede ya empezar a ofrecer alternativas a los inversores con liquidez que opten por reducir riesgos en las circunstancias actuales.  Se posicionan cautos sobre el efecto de los tipos sobre crédito corporativo a medio plazo por el impacto de la desaceleración sobre ingresos corporativos y el endurecimiento de las condiciones financieras. En esta línea, Inversis se decanta por los bonos de mayor calidad crediticia en Europa y en los de EEUU y por las empresas con poco apalancamiento y balances sólidos.

En cuanto a la renta variable, las acciones continúan sufriendo el castigo de la incertidumbre y en un entorno muy volátil marcado por los tipos de interés, el riesgo de recesión, la rotación de las carteras a renta fija y las mayores tasas de descuento. Aún así, puede ser una buena opción. Se propone esperar a tener más visibilidad sobre crecimiento e ingresos corporativos antes de retomar posiciones neutrales en renta variable.  

Freno al crecimiento

En EEUU pronostican que el PIB se resienta de manera notable en 2022, con una rebaja de su PIB de 1,5% con respecto a las previsiones de mitad de año para cerrarlo con apenas dos décimas en positivo. Según la entidad, "la solidez de varios sectores y la tensión del mercado laboral están evitando que, de momento, su economía entre en recesión, pero las decisiones de la Fed podrían provocar que este escenario se materialice a lo largo de 2023". En caso de producirse, "esperamos que la recesión que se avecina sea relativamente corta y leve", ha dicho Muñoz-Alonso.

En Europa, aunque mejora las previsiones de crecimiento un 0,2% hasta el 2,8%, tampoco se puede descartar una recesión con la llegada de 2023. Según la entidad, "la economía de la zona euro comienza a dar síntomas de agotamiento después de dos trimestres en los que ha registrado crecimientos por encima de lo esperado. El impulso que supuso hasta mitad de año la contribución de los flujos comerciales, la relajación de los cuellos de botella y el levantamiento de las restricciones COVID se frena ahora con la presión inflacionista, la subida de tipos y, sobre todo, la incertidumbre del suministro de gas y la evolución de la guerra en Ucrania".

Espiral inflacionista

Creen que la espiral de precios del último año, lejos de ser un episodio temporal, tendrá carácter global y más pronunciada de lo inicialmente previsto. Sin embargo, las causas de esta inflación son distintas dependiendo de cada región. En el caso de EE.UU. tiene un origen más endógeno, provocado por la tensión entre oferta y demanda agregadas, resultado de las políticas expansivas implementadas durante la pandemia y el consecuente estrechamiento de los canales de oferta. Aunque la tendencia desde junio muestra una normalización de las cadenas productivas, el continuo aumento de la inflación subyacente se ha convertido en el principal motivo de preocupación de la Fed.

En el caso de la zona euro, la inflación sigue dominada por factores de oferta. Especialmente el desplome del suministro de gas que ha disparado hasta 10 veces su precio y un verano especialmente seco que está afectando al transporte, la agricultura y la refrigeración de las centrales nucleares. Este escenario hace prever una inflación alta, en el entorno del 9%, cifra que podría superarse si se complica el acceso a fuentes alternativas de energía durante el invierno.