Invesco Japanese Equity Advantage: cómo invertir en bolsa japonesa evitando el tacticismo

Tadao Minaguchi (Invesco)
Foto cedida

Japón ha sido, históricamente, un mercado que juega un papel táctico en las carteras de los inversores europeos, que acostumbran a entrar y salir en función de las perspectivas macroeconómicas que ofrezca el país. Eso significa desperdiciar las oportunidades a largo plazo que un inversor paciente podría aprovechar porque haberlas las hay. Y muy interesantes. En identificarlas es a lo que se dedica Tadao Minaguchi, gestor del Invesco Japanese Equity Advantage, fondo cinco estrellas Morningstar y Sello Funds People 2019 por su calificación de Blockbuster y Consistente, que se asienta en una estrategia que ofrece a sus partícipes una rentabilidad anualizada del 10,2%, batiendo en 3,5 puntos porcentuales anuales al Topix.

Lo más llamativo de los datos que aparecen en la ficha del producto son, sin duda, sus resultados. “Si se analiza el track record de la estrategia se puede observar que, sin cambiar absolutamente nada en nuestra filosofía de inversión, en la mayoría de las ocasiones el fondo ha logrado batir al índice en años alcistas y también registrar un mejor comportamiento que el benchmark en años de caídas. Por rentabilidad ajustada al riesgo es primer decil, habiendo destacado especialmente en años como 2008, en el que superamos al Topix por 8,6 puntos porcentuales, o 2011 cuando lo batimos por 10”, explica el gestor. El secreto de su éxito: apostar por una cartera de alta convicción formada por compañías con negocios de calidad.

Manteniendo una conversación con Minaguchi se puede llegar a entender cómo de diferenciador es el proceso de inversión al que le ha jurado lealtad desde 2005, año en el que comenzó a rodar la estrategia. “Hacemos una selección de valores siguiendo una metodología 100% bottom-up sin adherirnos a ningún estilo concreto. Al contrario que muchos de nuestros competidores, que apuestan por carteras muy diversificadas, la nuestra se centra en 43 posiciones. Aunque podría parecer que esta concentración supone asumir más riesgo, en realidad es todo lo contrario. Son compañías que a largo plazo ofrecen una mayor rentabilidad con menor riesgo”, señala. Sin embargo, el gestor no solo busca calidad. La clave de su proceso está en algo que a menudo los inversores suelen pasar por alto.

La clave del proceso

Uno de los aspectos más relevantes que ponderan a la hora de incluir un valor en cartera es el hecho de que la empresa cuente con activos intangibles (marca, tecnología…) que le permitan disponer de una ventaja competitiva para generar flujos de caja elevados, estables y sostenibles. Esos factores inmateriales son la base sobre la que se fundamenta todo su proceso de selección.

“Japón tiene empresas que cuentan con activos intangibles muy poderosos que, si son utilizados adecuadamente por sus directivos, pueden suponer oportunidades de inversión muy atractivas a largo plazo. Esas cualidades inmateriales están ahí y no cambian de la noche a la mañana. Esa es la razón por la que solemos mantener los valores en cartera durante mucho tiempo. Más de la mitad de las empresas en las que estamos invertidos llevan en cartera desde el lanzamiento de la estrategia. El foco lo ponemos en la valoración. Cuando una compañía en la que confiamos corrige, incrementamos exposición. Cuando su valoración entra en precio, recogemos beneficios”, revela.

Sin embargo, el gestor reconoce que cada caso debe ser analizado de manera particular. “En general, las empresas de alta calidad tienden a no dar sorpresas negativas a los inversores pero, cuando la valoración alcanza un precio razonable, es importante analizar su capacidad para poder seguir generando buenos resultados de cara al futuro”.

Ejemplos concretos

Para entender mejor las características que busca Minaguchi en un valor resulta muy revelador analizar la que a día de hoy es la primera posición de la cartera, East Japan Railway, una de las compañías de transporte más importantes en Japón.

“Se trata de una empresa que basa su negocio en el área metropolitana de Tokio. En la capital del país más del 90% de la población se desplaza utilizando el transporte público. Es el modo más seguro, puntual, barato y confortable de llegar cada día al trabajo. La compañía gestiona muchas estaciones, las cuales están renovando a través de un plan que contempla la construcción de centros comerciales dentro de ellas o en lugares muy próximos. La ubicación de estos nuevos centros es privilegiada, ya que todos los días cientos de miles de personas pasan por ese lugar. Ese es su gran activo intangible”, ejemplifica.

Otro caso es el de ITO EN, la tercera posición en cartera, una multinacional de bebidas especializada en la producción, distribución y venta de té. De hecho, se trata del mayor distribuidor de té verde en Japón. “Cuenta con una cuota de mercado de aproximadamente el 30% y gradualmente se está expandiendo por el mundo ya que el consumo de esta bebida está creciendo con fuerza por sus propiedades saludables. El 10% de los beneficios ya proviene de fuera de Japón, un porcentaje que sigue aumentando. En este caso, su gran activo intangible es el poder de su marca, como le sucede a Coca-Cola”.

El gran cambio

En el plano corporativo, una de las grandes transformaciones que se han producido en el país a lo largo de la última década ha sido de mentalidad. “La gobernanza corporativa es un tema muy candente en Japón. La presión de los reguladores y los mercados ha hecho cambiar a muchas empresas, que ahora son más sensibles en el trato con el accionista (pagan más dividendos, llevan a cabo más programas de recompras de acciones…)”.

Esto también ha llevado a la entrada en los consejos de administración a consejeros independientes. “Hace años esta fi gura apenas existía. Con su incorporación, las empresas toman decisiones más racionales que les hacen ser más eficientes, como, por ejemplo, centrándose en aquellas áreas de negocio en las que cuentan con ventajas competitivas y que les permitirían mejorar fácilmente sus márgenes globales y el ROE”. Todo ello son también activos intangibles que Minaguchi sigue muy de cerca para identificar potenciales ideas de inversión para un fondo que, según el gestor, está diseñado para ocupar un lugar estratégico en las carteras de sus clientes.