El 21 de julio, el Instituto Internacional de Finanzas confirmaba la participación de 30 entidades financieras en el segundo plan de rescate a Grecia, marcando así un momento clave en el proceso de reestructuración de la deuda soberana griega y en la lucha por superar la crisis, que padecen algunos de los países de la eurozona. John Greenwood, economista jefe de Invesco, hace un análisis de este acuerdo, destacando seis puntos a favor y cuatro en contra.
En su informe destaca como aspectos positivos el papel que juega el EFSF y el sector privado en este proceso, ampliando sus competencias el primero y asumiendo parte de la carga el segundo, así como la positiva reacción de los mercados ante la aportación de liquidez a Grecia. Gracias a esta aportación y a la posibilidad de restructurar sus obligaciones, Grecia ha conseguido evadir el riesgo de un impago desordenado.
Entre los aspectos que considera negativos, hace hincapié en la falta de medidas específicas para solventar los problemas subyacentes de competitividad griega y evitar el riesgo de contagio a otros países como España e Italia. De igual modo, hace referencia a la necesidad de aumentar el fondo del EFSF para poder hacer frente a sus nuevas competencias, así como destaca el coste financiero a largo plazo que estas medidas suponen para Grecia. John Greenwood finaliza su análisis reafirmándose en su opinión que Grecia no tendrá otra salida que abandonar la unión monetaria, quizás en dos a tres años.
