James McAlevey (BNP Paribas AM): "La amplia dispersión de rentabilidades brinda oportunidades de valor relativo long/short que un fondo direccional no siempre puede aprovechar"
La normalización de las curvas de tipos y la elevada dispersión de rentabilidades son vientos de cola para el mercado de renta fija que el gestor del BNP Paribas Global Absolute Return Bond está aprovechando. Sin olvidar la importancia de gestionar eficazmente el riesgo.
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Las curvas de tipos de interés han empezado a normalizarse y, con ello, el efectivo ha comenzado a perder parte de su atractivo. Este contexto incentiva al inversor conservador a abandonar los mercados monetarios en favor de estrategias más sofisticadas que permitan aprovechar las posibilidades emergentes en renta fija derivadas de la elevada dispersión de rentabilidades entre países y segmentos que hay en el actual entorno de incertidumbre.
Según explica James McAlevey, director de Renta Fija Global y Rentabilidad Absoluta y gestor del BNP Paribas Global Absolute Return Bond desde enero de 2022, en estos momentos el mercado de renta fija “ofrece oportunidades a estrategias de valor relativo long/short que no siempre pueden aprovechar los fondos direccionales”. El BNP Paribas Global Absolute Return Bond lo hace “mediante una cartera estructurada que pueda adaptarse de manera efectiva a los distintos ciclos del mercado”, explica McAlevey.
El equipo combina diversas fuentes de rendimiento. Entre estas, incluyen bonos ligados a la inflación, crédito estructurado, mercados emergentes, uso dinámico de la duración (-3 a +3 años) y posicionamiento en la curva de tipos. Esto reduce la dependencia a un único factor de mercado. “No apostamos por una única dirección del mercado, sino que diversificamos estratégicamente para mitigar riesgos y optimizar la rentabilidad”, señala el gestor. Añade que, tras un periodo de curvas extremadamente invertidas, y siendo conscientes de que en algún momento comenzarían a normalizarse, “identificamos oportunidades de la curva y posiciones de duración neutra para aprovechar esta transición sin asumir un riesgo excesivo”.
La ventaja de no estar atado a un índice
El gestor del BNP Paribas Global Absolute Return Bond también destaca lo que aporta la flexibilidad operativa del fondo. “No estar atados a un índice de referencia nos otorga una ventaja significativa para identificar y capitalizar oportunidades a las que otras estrategias no pueden acceder”, recalca McAlevey. No obstante, “el éxito de un fondo de rentabilidad absoluta no depende solo de identificar buenas oportunidades, sino de gestionar eficazmente la volatilidad y la correlación entre activos”, explica. Por eso insiste en la importancia de gestionar activamente el riesgo para evitar grandes pérdidas en momentos de incertidumbre. Esto es crucial en momentos como los de 2022 (ver gráfico más abajo), cuando la mayoría de los índices de renta fija registraron caídas importantes. “Se trata de demostrar que gestionar renta fija no es solo capturar las alzas del mercado, sino también proteger en las caídas”, enfatiza el gestor.
En la gestión del riesgo uno de los elementos diferenciadores del fondo es el uso de derivados. “No los utilizamos para apalancarnos, sino para mejorar la eficiencia y ajustar nuestra exposición al riesgo de manera ágil”, destaca McAlevey. “Buscamos maximizar la resiliencia de la cartera combinando exposición a renta fija tradicional con estrategias diferenciadas. Estas incluyen posiciones en derivados para optimizar la asignación del riesgo”, añade.
Fuente: BNP Paribas AM
El fondo, que el 28 de febrero cambió su nombre del BNP Paribas Global Enhanced 36M al BNP Paribas Global Absolute Return Bond, tiene como objetivo generar retornos consistentes. Esto quiere decir superar la tasa de efectivo en euros en un 2,5% por año. Además, la estrategia es sin movimientos bruscos, limitando las caídas de 12 meses a menos del -2,5%.
Las fuentes de rentabilidad
Bonos ligados a la inflación (TIPS), crédito estructurado y mercados emergentes son las principales fuentes de rentabilidad del fondo, pero no son las únicas. En emergentes, McAlevey destaca el atractivo de la deuda en moneda local, ya que las posiciones de larga duración tienen una prima o carry positivo. “Los países emergentes actuaron con rapidez ante la inflación y hoy presentan políticas monetarias más equilibradas que muchas economías desarrolladas. Esto los convierte en una opción atractiva tanto en términos de rendimiento real como de diversificación”, señala.
Asimismo, y con independencia del actual entorno, el fondo también pone el foco en los mercados estructurados de EE.UU. Aproximadamente el 35% de la cartera del fondo está invertida en bonos hipotecarios con cupones (MBS). “Estos activos ofrecen una combinación de rentabilidad atractiva y calidad crediticia superior a la de mucha deuda corporativa. Esto los convierte en una alternativa eficiente en términos de retorno ajustado al riesgo”, afirma McAlevey.