El co-director de Inversiones y Asset Allocation de ODDO BHF AM, Jan Viebig, destaca que el factor más relevante para los mercados en 2025 no es la política en EE. UU., sino la evolución de las tasas de interés. "Los movimientos en las tasas de interés tienen un impacto más profundo que cualquier decisión política en Estados Unidos", afirma.
Si bien las elecciones en EE.UU. generan incertidumbre, considera que el impacto de una posible reelección de Trump se centrará en tres frentes: política comercial, con el incremento de aranceles; política energética, con precios de energía más bajos en EE. UU. frente a Europa; y política fiscal, con la posible reducción del impuesto corporativo del 21 % al 15 %. "Si esto se concreta, los beneficios por acción en EE. UU. aumentarían, lo que respaldaría el valor intrínseco de las acciones", explica.
El impacto de los aranceles y la inflación
Viebig advierte que es prácticamente seguro que EE.UU. implemente aranceles más altos, lo que tendrá un impacto inflacionario. "Los aranceles funcionan como una forma de impuesto al consumidor. En un escenario extremo, donde se apliquen aranceles del 20 % a Europa y del 60 % a China, estimamos que la inflación en EE. UU. subiría un 1,8 %", detalla.
Sin embargo, los efectos más severos no se verán en EE.UU., sino en México y Canadá, economías altamente dependientes del comercio con su vecino del norte. "El PIB de estos países podría contraerse entre un 3 % y un 5 %, mientras que en EE. UU. la caída sería de solo un 0,3 %-0,5 %", indica.
A pesar de la posible presión inflacionaria por los aranceles, Viebig considera que la Fed aún podría realizar al menos un recorte de tasas en 2025, dado que las tasas actuales están muy por encima del nivel neutral. "Si no se produce un shock inflacionario, es probable que las tasas vuelvan gradualmente al nivel neutral", sostiene. En contraste, el BCE tiene más margen para reducir tasas. "En Europa, la situación económica es débil, por lo que es factible que veamos entre tres y cuatro recortes en 2025", señala.
Perspectivas para Europa: crecimiento débil, desafíos estructurales
Europa enfrenta dos grandes desafíos estructurales: la falta de crecimiento en Alemania y el elevado nivel de deuda en Francia. "El PIB de Alemania lleva tres años estancado debido a los altos costos energéticos, mientras que en Francia el déficit fiscal supera el 6 %, con una deuda pública por encima del 112 % del PIB", explica Viebig.
No obstante, considera que Alemania podría sorprender positivamente en el corto plazo gracias a un estímulo fiscal de entre 100.000 y 900.000 millones de euros, que actualmente está en discusión en el Parlamento. Viebig destaca que, debido a los altos costos energéticos, las inversiones en plantas industriales en Alemania se han detenido en los últimos años, lo que ha contribuido al estancamiento económico. "Actualmente, es demasiado caro construir plantas químicas o metalúrgicas en Alemania, lo que ha llevado a un desplazamiento de la producción hacia otros países", explica.
Además, subraya que uno de los principales problemas de Alemania es su falta de crecimiento, mientras que en Francia el reto principal es la elevada deuda pública. "Alemania enfrenta una crisis de productividad que se ha agravado en los últimos años. Desde 1990, la productividad en EE. UU. ha aumentado un 63 %, mientras que en Europa solo ha crecido un 26 %", señala. "Este paquete sería enorme, representando más del 20 % del PIB alemán. La clave será si se destina solo a defensa o también a infraestructura", detalla.
Impacto de la deuda y la curva de rendimientos
Otro factor clave que observa Viebig es la curva de rendimientos en EE. UU., que muestra señales de empinamiento. "El nivel de deuda estadounidense ha alcanzado niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial. Por primera vez, EE. UU. gasta más en intereses que en defensa", subraya.
Si los rendimientos de los bonos a largo plazo suben debido al alto endeudamiento, el costo de financiamiento para el gobierno de EE. UU. se encarecerá significativamente, lo que podría afectar la economía global.
¿Dónde invertir en este entorno? Sectores y estrategias clave
Ante este contexto, Viebig recomienda sectores con crecimiento estructural, como:
- Semiconductores y tecnología, enfocados en inteligencia artificial y automatización.
- Salud, con énfasis en empresas de equipamiento médico como Striker o Thermo Fisher.
- Industriales, priorizando compañías con alta generación de valor para los accionistas.
En términos de estrategia, ODDO BHF AM evita China debido a la crisis inmobiliaria, la intervención política y la desaceleración del PIB. "El sector inmobiliario chino enfrenta un problema sistémico, y la interferencia del gobierno en empresas privadas genera incertidumbre", comenta.
Oro, liquidez y estrategia de diversificación
El oro juega un papel clave en la diversificación de carteras. "Diversos estudios muestran que mantener alrededor del 6,4 % de la cartera en oro mejora la relación rentabilidad-riesgo", destaca Viebig.
En cuanto a la gestión de liquidez, el equipo de inversión de ODDO BHF AM se mantiene ligeramente sobreponderado en renta variable, pero sin asumir grandes riesgos. "Si las tasas suben, reduciremos la exposición a acciones. Pero si la volatilidad supera el 40 %, aumentaremos posiciones en renta variable", explica.
Desde una perspectiva de diversificación, Viebig es escéptico sobre el uso de ETF globales como el MSCI World en la actualidad. "Invertir en este índice significa tener un 74 % en acciones de EE. UU., lo que no es diversificación real", advierte. Por ello, prefieren seleccionar valores individualmente en lugar de depender de ETF de amplio espectro.