Jim Cielinski (Janus Henderson): “Asumir que la inflación es mala para la renta fija es una simplificación”

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Firma: cedida (Janus Henderson).

Los inversores están preocupados por el impacto que la inflación pueda tener sobre sus carteras de renta fija. Que la inflación es mala para el mercado de bonos es una idea muy extendida. Pero, según Jim Cielinski, director global de renta fija en Janus Henderson Investors, asumir esto es una simplificación. “No cabe duda de que aquellos bonos con cupón fijo verán descender el valor real de dicho cupón. Pero el que esto se traduzca en una rentabilidad total positiva o negativa para el inversor dependerá de otros factores”, asegura.

Entre esos otros factores cita, por ejemplo, cuestiones como cuál es el rendimiento corriente, cuál es la duración del bono o qué rendimientos ofrecen otras inversiones alternativas. “Pero, sobre todo, la inflación se convierte en una preocupación cuando obliga a los responsables de los bancos centrales a reaccionar a ella muy en serio. El endurecimiento de la política monetaria suele ser el principal factor detonante de un cambio en el ciclo”, recuerda.

Sin embargo, a su juicio, unos niveles elevados de inflación y rendimientos reales no tienen por qué ser malos para el crédito. “Típicamente son indicativos de expansión económica. Un entorno de crédito en fase de mejora compatible con una contracción de los diferenciales puede actuar como amortiguador de la presión alcista sobre los rendimientos”.

Estudio

Para defender su teoría se apoya en un análisis realizado por Morgan Stanley. En él se compara el excedente de rentabilidad en el segmento investment grade y high yield estadounidense bajo diferentes condiciones.

La conclusión: unos niveles de inflación al alza son típicamente positivos para la rentabilidad, mientras producen resultados más ambiguos sobre los rendimientos reales.

Rentabilidad del crédito en los diferentes regímenes

Además, tampoco hay que pasar por alto el impacto que la inflación puede tener sobre los agentes económicos. De hecho, los mayores precios ya están empezando a afectar a los consumidores. Estos están empezando a ver los incrementos de precios con un prisma negativo en términos de intención de compra.

“La inflación puede ser perjudicial si lastra la demanda o hace que los responsables de política reaccionen agresivamente para combatirla. Los mercados están percibiendo el repunte de la inflación como transitorio y parecen estar viendo el gradualismo de la respuesta de los bancos centrales (reducciones del PEPP por el BCE, tapering por el Banco Federal de Australia y cambio de lenguaje por la Reserva Federal como una reacción adecuada ante una mejora de la economía. Esto representa un giro abismal respecto al discurso que suele provocar rabietas en los mercados”, concluye.