Joaquín Casasús (Abante Asesores): "Estamos en un buen momento para entrar en mercado"

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Abante Asesores cree que, después de un año bastante inusual con caídas en prácticamente todas las clases de activo, 2019 ha arrancado con un cambio de sentimiento y cierta recuperación de las bolsas, aunque persiste el temor a una desaceleración económica global.

En 2018 no ha habido donde esconderse”, opina Joaquín Casasús, director general de la gestora de Abante, que explica que “no es fácil encontrar una explicación sobre lo que ha sucedido en los últimos meses en los mercados”, dado que los datos económicos son buenos (fuertes en Estados Unidos y razonables en Europa) y hay, en estos momentos, muy pocos países en recesión. “En términos de crecimiento, el mundo ha tenido un comportamiento razonable”, señala Casasús.

Y añade que esta evolución macro se ha trasladado a los beneficios empresariales -a falta de conocer el cierre de la temporada, que se conocerá en las próximas semanas-. “La incógnita es cómo serán los resultados corporativos este año”, comenta, “seguramente, crecerán menos, pero no parece que se vayan a desplomar”. Así, habiendo tenido una evolución positiva la economía y los beneficios, el mal comportamiento del mercado en 2018 se explica porque “ha habido bastante ruido en el año”.

Este ruido ha venido del ámbito político y las cuestiones en las que tuvieron puesta la mirada los inversores el año pasado continúan siendo el foco de atención en este inicio de 2019: como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Brexit, la unidad europea o el precio de activos como el petróleo, entre otros temas.

Otra cuestión que también ha influido y continuará haciéndolo este año según la firma tiene que ver con las expectativas sobre las políticas monetarias. El hecho de que no haya en estos momentos presiones inflacionistas ha generado en el mercado la sensación de que la Reserva Federal de Estados Unidos frenará el ritmo de subidas de tipos, mientras que en Europa podríamos ver las primeras subidas en 2019. En cualquier caso, se esperan políticas todavía bastante acomodaticias, lo que ha contribuido a calmar en parte a los inversores.

Previsión de mercados

Nos encontramos en un momento en el que “tras las caídas de diciembre las valoraciones son bastante atractivas, con la vista puesta en el largo plazo”, destaca Casasús, que explica que, no obstante, hay que tener en cuenta que “el comportamiento de los mercados a corto plazo no tiene por qué ver, necesariamente, con las valoraciones, aunque estas son un buen indicativo de la rentabilidad que puedes obtener a largo plazo”, señala Casasús.

“No tenemos la bola de cristal”, dice el director de Abante Asesores Gestión. “Puede quedar todavía algún coletazo, pero estamos en muy buen momento para entrar, estamos en un momento en el que podemos generar la rentabilidad de los próximos años”, destaca. 

Los expertos de la gestora no esperan que vaya a haber una recesión, al menos este año. En este sentido, Ángel Olea, director de Inversiones de Abante, dice que no sabe “si estamos poniéndonos la venda antes de la herida”, una consecuencia de que los inversores todavía tienen vivo el recuerdo de la crisis de 2008. “La economía estadounidense tiene todavía mucha tracción, aunque elimines el efecto fiscal, y en Europa crecer un 1,9% como señala el consenso de mercado es hacerlo, incluso, por encima de nuestro potencial”, asegura Olea.

“Sí es probable, y de hecho el consenso está prácticamente en eso, que veamos una cierta desaceleración del crecimiento económico de forma generalizada. Pero, por otro lado, esperamos que haya una cierta acomodación de las políticas de los bancos centrales. Es probable que la Reserva Federal no suba los tipos tanto como los mercados estaban temiendo y, además, no vemos tantas presiones inflacionistas porque durante el año pasado se produjo una caída importante del precio del petróleo”, explica Marta Campello, asset manager de Abante.

“Si esto es así, el entorno no es malo para los resultados empresariales. No esperamos un colapso de los mismos y cuando eso lo comparamos con la caída de los precios nos parece que esta ha sido excesiva”, añade Campello.

Posicionamiento de las carteras

Su visión respecto al comportamiento de los activos de riesgo para este año es muy positiva, aunque creen que seguirán existiendo muchas incógnitas. Los niveles de valoración actuales, producto de la sobrerreacción que se ha producido, ofrecen una protección única en estos momentos a las personas que ya están invertidas o a aquellas que estén pensando aumentar el riesgo en sus posiciones.

Olea explica que para aprovechar las oportunidades de inversión que puedan surgir en este entorno, hay que alejarse del ruido e intentar ver los fundamentales y tratar de hacer una estimación razonable de dónde creemos que va a ir el mundo y ver qué es lo que ya está puesto en precio.

Desde el punto de vista de nuestras carteras, nuestra preferencia en este comienzo de año ha sido mantener la renta variable sobreponderada. En general, tenemos una cartera global y diversificada, pero hay dos zonas geográficas que queremos favorecer en este arranque de año: Europa y los emergentes.

En el caso de Europa, por poner un ejemplo de la infravaloración, estamos viendo rentabilidades por dividendo que están cerca del 4,4%, mientras que el bono alemán a cinco años sigue en negativo. “Encontrar un diferencial tan amplio es bastante inusual”, subraya Campello.

Y en el caso de los emergentes, “donde hemos sido muy cautos hasta ahora, estamos viendo en términos de valoración oportunidades que no veíamos desde 2008 y eso nos ha animado a empezar el año sobreponderando esta región”, añade Campello. En concreto, “vemos más valor en Asia que en América Latina, donde no estamos tan tranquilos con el plano político”, explica Olea.

Sin abandonar la renta variable, su segunda apuesta para este año es la gestión activa. “El 2018 fue brutal en términos de destrucción de alfa. Nosotros pensamos que un entorno de mayor dispersión en las valoraciones es un caldo de cultivo fantástico para que la gestión activa vuelva a brillar y nos devuelva parte del alfa que se perdió el año pasado”, señala Campello. “El entorno actual es bueno para la gestión activa”, añade Olea.

En renta fija, mantienen un posicionamiento muy cauto. “El activo sigue sin gustarnos”, comenta Campello, “a pesar de que podamos encontrar alguna oportunidad puntual”. En este sentido, César Ozaeta, responsable del activo dentro del equipo de la gestora, explica que las dos o tres últimas décadas han sido espectaculares para la renta fija, dado que los tipos no han parado de bajar.

Ozaeta considera que la relación entre rentabilidad y riesgo del activo no es buena, razón por la cual desde la gestora se muestran “precavidos” respecto al mismo. Y añade: “Asumir riesgo de duración en este momento es peligroso. A los niveles actuales, la cobertura que puede ofrecer la renta fija es baja”. Donde sí ven algo de valor es en la deuda subordinada financiera, que puede resultar una oportunidad interesante en un mundo en el que las rentabilidades son mínimas. En general, Ozaeta cree que “en renta fija no vamos a tener grandes sustos, pero las rentabilidades que podemos esperar son muy reducidas”.