JPM Europe Dynamic Technologies: análisis del fondo tecnológico que ha batido al índice en 17 de sus 20 años de historia

Gestores JPM Europe Dynamic Technologies
Fotos cedidas

El JPMorgan Funds- Europe Dynamic Technologies es el fondo más importante del que dispone J.P.Morgan AM para invertir en el sector tecnológico de Europa. El producto ha batido a su índice de referencia en un 5,4% anual desde su lanzamiento en 1999, generando una rentabilidad total anualizada del 13,2% anual en un decenio (tras descontar las comisiones de la clase de acciones C, en euros). En 17 de los 20 años que tiene de historia ha superado al índice. Está dirigido por un equipo de gestión de carteras experto que lleva aplicando el mismo enfoque de inversión desde el lanzamiento del producto en noviembre de 1999. Los tres gestores que trabajan en la estrategia, John Baker, Jon Ingram y Alexander Whyte, forman parte de un equipo más amplio compuesto por 49 profesionales de inversión que cuentan de media con 16 años de experiencia.

El fondo, que este año disfruta de Sello FundsPeople con la calificación Blockbuster, se gestiona mediante un proceso de inversión inductivo que busca las mejores ideas sobre tecnología, con preferencia por empresas de alta calidad que presentan un valor atractivo y sólidas características de momentum. “Nuestra baza de inversión se basa en nuestras competencias en análisis fundamental y cuantitativo bottom-up, que nos sirven para identificar a las compañías de tecnología más atractivas dentro de un universo de inversión formado por 1.800 valores, de todas las capitalizaciones bursátiles. Nuestro objetivo es garantizar que el valor que generamos se capta del modo más eficiente posible, para lo cual se utiliza un enfoque sumamente disciplinado basado en equipos”.

A la hora de examinar un valor, quieren comprender sus características en cuanto a estilos de inversión. Otro de sus objetivos es determinar si el título posee las características de momentum, valor atractivo y calidad que están buscando. “La cartera que construyamos tendrá un valor más atractivo y será de mayor calidad que las del mercado, además de presentar mejores características de momentum. Para lograr este objetivo, formulamos distintas preguntas al evaluar cada título”. La primera que se hacen es si la empresa es un buen negocio.

“Para determinar la calidad de una empresa, analizamos principalmente su calidad operativa, la calidad de sus beneficios y la calidad del equipo directivo. Buscamos empresas que sean capaces de mantener la rentabilidad durante mucho tiempo y que obtengan beneficios sustentados por los flujos de caja operativos que genere su actividad subyacente. También esperamos que el equipo directivo sea prudente y no despilfarre los fondos de los accionistas. En particular, desconfiamos de las empresas que se han dedicado a captar capital para acometer adquisiciones, ya que preferimos invertir en aquellas que pueden financiar su crecimiento mediante los flujos de tesorería que han generado internamente. Esto lo hacemos porque creemos que los equipos directivos con exceso de confianza pueden tratar de expandir sus negocios más allá de su tamaño óptimo. Las empresas que ejercen una mayor disciplina del capital deberían lograr mejores resultados. En ausencia de oportunidades para reinvertir el capital de manera rentable, también nos gustan los gestores que reparten fondos a los accionistas, los cuales pueden desplegarse luego en otras áreas”, explican.

La segunda cuestión que se plantean es si la empresa presenta un valor atractivo. “Las valoraciones a menudo se basan en lo que está de moda, y no únicamente en los fundamentales. Por lo tanto, los analistas e inversores tienden a extrapolar las tasas de crecimiento históricas hasta periodos futuros demasiado lejanos, lo que crea anomalías de valoración en el mercado. El buen comportamiento de las acciones de valor a largo plazo obedece a reajustes en los ratings del emisor, dadas las sorpresas positivas que ofrecen estas acciones relativamente baratas en un mercado excesivamente pesimista. Cuando hallamos acciones valoradas a precios atractivos vemos cómo cotizan con respecto al mercado y sus homólogas del sector. También queremos asegurarnos de que la compañía emisora es solvente desde la perspectiva de los fundamentales, es decir, que la acción no sea barata por motivos fundados. Evitamos a las acciones de moda y con éxito pasajero, y elegimos con cuidado el momento de comprar, ya que queremos estar seguros de que no pagamos de más por ellas”.

La tercera cuestión se preguntan es si la compañía está mejorando las perspectivas. “Podemos determinar el mejor momento de invertir evaluando el momentum que presenta una acción. El momentum de precios y beneficios nos permite identificar un crecimiento inesperado del valor de mercado y los beneficios, dado el buen comportamiento que suelen exhibir las empresas que se han mostrado sólidas en estas áreas. El momentum abarca tanto las tendencias persistentes que siguen las cotizaciones como las estimaciones de los analistas basadas en los sesgos de comportamiento que presentan los participantes del mercado”.

Según indican, las acciones que han registrado buenos resultados históricamente tienden a continuar en esa línea. “Los inversores pueden tener muchas ganas de vender una acción que se ha revalorizado, aun cuando las noticias respalden su apreciación. Análogamente, desde la perspectiva de la demanda, los inversores también podrían ser reacios a invertir en una acción que ha subido bruscamente, al creer que se han perdido lo mejor del recorrido alcista, aun cuando se haya producido un cambio fundamental en el valor. Los cambios de las estimaciones sobre beneficios son informativos porque una revisión de los beneficios esperados suele venir acompañada de otra revisión en la misma dirección. Los analistas tienden a anclarse en sus viejas predicciones y no suelen reaccionar mucho ante la nueva información cuando revisan sus estimaciones”, señalan.

En cada uno de los tres estilos que estudian (valor, calidad y momentum) identifican acciones que registran mejores resultados que el mercado a lo largo del tiempo. “Nuestro objetivo es generar rentabilidades más sólidas y regulares mediante la creación de una cartera de valores que presente una combinación de estas características, es decir, que sea más barata en su conjunto, que exhiba una mayor calidad y que tenga características de momentum mejores que el mercado”.

Cambios introducidos en la cartera debido a la crisis del mercado

A pesar del panorama macroeconómico deslucido y a la expectativa de una mayor volatilidad a corto plazo, en el equipo gestor siguen observando un crecimiento estructural en el sector de la tecnología. “En el ámbito del consumo, la norma de quedarse en casa durante la crisis ha acelerado la adopción de plataformas online, como la distribución de alimentos, el comercio electrónico y los videojuegos. Por otro lado, los cambios en el comportamiento de las empresas y el aumento del teletrabajo están fomentando una transformación digital y la migración hacia la computación en la nube, reemplazando así el enfoque más convencional de aplicaciones e infraestructura”.

A su juicio, esto también crea una mayor necesidad de soluciones novedosas (por ejemplo, software basado en la colaboración), al tiempo que se realza la importancia de las áreas ya cubiertas, como la ciberseguridad, al haber ahora más puntos de conexión que nunca fuera de la red corporativa. “A más largo plazo, cuando la economía se recupere, probablemente esta crisis dará lugar a un aumento del gasto en tecnología superior a las tasas de tendencia durante los próximos 5-10 años, algo que ya presenciábamos antes de la crisis”, auguran.

En su opinión, muchas de las implicaciones a largo plazo de la COVID-19 descritas antes no suponen sino una mera aceleración de tendencias estructurales que ya existían en el sector. “Se trata de tendencias a las que nuestros inversores llevan tiempo accediendo a través del fondo gracias a nuestro análisis y enfoque de inversión exclusivos a largo plazo. Así pues, hemos aprovechado las ventas masivas para aumentar nuestras posiciones en valores de alta convicción que se benefician del confinamiento o que son relativamente inmunes a sus efectos. Esto también ha brindado oportunidades para invertir en empresas atractivas con planes de negocio sólidos a niveles de valoración más atrayentes”, revelan.

Más concretamente, entre las empresas que han adquirido figuran compañías de comercio electrónico y distribución a domicilio (como por ejemplo HelloFresh), de videojuegos (Embracer), Software, y plataformas en la nube (Computacenter), servicios médicos y farmacias online (Shop Apotheke), plataformas de pago (Nexi), brokers online (Swissquote); empresas que se beneficiarían del regreso a la normalidad, como las compañías de semiconductores y de equipos de semiconductores (como por ejemplo STMicroelectronics) y empresas que deberían registrar ingresos estables en cualquier escenario: proveedores de energías renovables (Neste, Falck), redes de telecomunicaciones (Deutsche Telekom) y compañías dedicadas a 5G (Spirent Communications). Por el contrario, las áreas que siguen infraponderando son el software costoso y las tecnológicas de la información convencionales.