JPMorgan IF Global Income Conservative Fund: cuatro décadas de experiencia

Michael Schoenhaut y Eric Bernbaum
Fotos: Cedidas por J.P.Morgan AM.

Con un enfoque flexible y centrado en la generación de rentas el JPMorgan IF Global Income Conservative Fund busca crear un flujo consistente y atractivo de income a través de una cartera multiactivos construida con un enfoque conservador. La estrategia, capitaneada por Michael Schoenhaut y Eric Bernbaum, puede beber de un amplio abanico: bonos de gobierno, corporativos de grado de inversión o high yield, renta variable de alto dividendo, así como reits (inmobiliario) y deuda de países emergentes.

Este fondo con Sello Funds People 2020 por su doble calificación de Blockbuster y Consistente, se nutre de las más de cuatro décadas de experiencia de J.P. Morgan AM en gestión de carteras multiactivos. Por lo que es un equipo con experiencia real al frente de un fondo lo largo de varios ciclos económicos.

El proceso de inversión se estructura en tres pasos:

1. Una mirada histórica y futura del riesgo, retorno y yield a lo largo de los mercados.

Para el equipo gestor, una buena estrategia de rentas parte de un análisis de riesgo, retorno y yield en todos los mercados tanto históricamente como mirando hacia el futuro. De esta manera, los gestores se aseguran de determinar aquellas clases de activos que deben ser centrales en su búsqueda de rentas. Aunque dinámicamente ajustarán la asignación por peso, los activos anteriormente mencionados serán los focos del fondo a largo plazo.

2. Valoración y selección de especialistas por clase de activos.

El segundo paso es evaluar y seleccionar equipos de inversión para supervisar las asignaciones de clases de activos individuales en el fondo. El equipo de Multi Asset Solutions subcontrata grupos de activos a estos equipos especializados, a quienes se les da flexibilidad para buscar ideas de generación de rentas de alta convicción sobre una base de selección de activos individual.

3. Proceso de toma de decisiones.

El paso final es ajustar dinámicamente la asignación de activos y monitorizar a los especialistas en clases de activos. “A medida que las oportunidades de rendimiento cambian en los mercados, una estrategia de rentas flexible debe ser capaz de navegar por el paisaje y mantener la conciencia de la potencial volatilidad a la baja”, defienden.

Actualización de la cartera

Entrar en 2020 con una cartera posicionada de manera más conservadora ha dado sus frutos. En este primer trimestre los gestores mantuvieron su foco en gestionar una cartera conservadora de generación de rentas. En la práctica, esto supuso gestionar la duración y reducir su exposición a renta variable, lo que ayudó a mitigar la volatilidad. Pero aun con una postura cauta, los gestores sienten que la pandemia tiene un impacto significativo en la actividad económica a corto plazo, aún mayor que la que esperaban, por lo que han reducido riesgo de manera más significativa en febrero y marzo.

En marzo su movimiento más notable fue el 9% de peso que redujeron en cédulas hipotecarias. Reemplazaron esa duración al añadirlo vía deuda gubernamental estadounidense. Así, la duración de la cartera se situó en 4,7 años. También redujeron marginalmente su exposición a renta variable al recortar un 0,5% de la cartera en bolsa europea. A cierre de ese mes, mantenían un 19,5% en liquidez, lo que en ese momento suponía su mayor posición por activos.

Y es que el gran riesgo para la cartera sigue siendo la pandemia global y la volatilidad que se mantendrá a medida que se aclare el impacto en el crecimiento. Para navegar estos tiempos, el equipo sigue apostando por una construcción diversificada, conservadora y multiactivos, aunque reconocen que si la correlación negativa entre bonos y bolsa se rompe podría ser un reto a corto plazo. Dicho lo cual, defienden el papel de la duración en las carteras dada su capacidad para ejercer de cobertura en tiempos de alta incertidumbre.