Kurt Feuerman y Anthony Nappo (AllianceBernstein): “Nos sorprende la magnitud de la divergencia entre los valores de crecimiento secular y todo lo demás”

Kurt Feuerman y Anthony Nappo. Foto cedida (AllianceBernstein)

A Kurt Feuerman y Anthony Nappo el entorno actual les recuerda mucho a los años 90. “Sorprende la magnitud de la divergencia entre los valores de crecimiento secular y todo lo demás”, reconocen los directores de Inversión y gestores del AB US Select US Equity Portfolio, fondo con Rating FundsPeople 2023.

En lo que va de 2023, hasta mayo, la rentabilidad total neta del S&P 500 Net Total Return es de un saludable 9,4%. Pero si ponderásemos por igual todas las posiciones del índice, esa rentabilidad se desploma al 0,9%.  Esa divergencia no es más que un reflejo de cómo, de nuevo, son los gigantes tecnológicos los que han liderado las subidas del mercado. “Las cifras son asombrosas, y la tendencia se aceleró a finales de mayo, cuando NVIDIA presentó unos beneficios extraordinarios que hicieron subir sus acciones un 24% en un día”, comentan Feuerman y Nappo.

Y es que no es solo la fabricante de chips. En lo que va de año, NVIDIA ha subido un 159%, Apple un 37%, Microsoft un 38%, Alphabet un 39%, Amazon un 44%, Meta un 120% y Tesla un 66%.  Como bien apuntan los gestores, estos siete valores representan ahora más del 27% del mercado. También ha sido un viento de cola para el AB US Select US Equity Portfolio ya que han tenido seis de estos siete valores en cartera durante años. Y recientemente han aumentado su exposición, cuentan Feuerman y Nappo.  “Sin embargo, al igual que en 2020, la rentabilidad relativa en 2023 ha sido un reto debido a la intensa concentración de valores con buenos resultados dentro del mercado general”, reconocen.

Valoraciones aún razonables

Los inversores se encuentran en una posición complicada. Por una parte, Feuerman y Nappo creen que las subidas de los valores tecnológicos de gran capitalización estén justificadas. “Estos valores fueron aplastados y se enfrentaron a importantes revisiones a la baja en 2022, pero todo esto ha cambiado”, defienden. No solo por el entusiasmo en torno a la IA. Estas empresas también están viendo revisiones al alza debido a los recortes de costes y a unas tendencias empresariales que oscilan entre la estabilidad y las mejoras.

Las valoraciones, además, son mucho más razonables. “En su mayor parte, estos valores se han disparado, pero no hasta máximos históricos”, resaltan los gestores. Un ejemplo que citan es el de Meta.  “Sí, la acción ha subido un 120% en lo que va de año, pero cotiza a 265 dólares, muy por debajo del máximo de 382 dólares alcanzado en 2021”, defienden. Dicho esto, los gestores creen que los beneficios de la empresa han vuelto a su cauce y ven probable que alcancen un máximo histórico el año que viene y que crezcan a partir de esa base. Además, al igual que otros gigantes tecnológicos, no hay deuda neta en el balance, lo que confiere a la empresa unas características defensivas que les gustan.  “Y el PER, incluso después de la subida de las acciones, es de sólo 22 veces”, insisten Feuerman y Nappo.

¿Se cerrará el diferencial de rentabilidad?

Pero es que, por otro lado, sorprende la magnitud de la divergencia entre los valores de crecimiento secular y todo lo demás. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: Si se cierra la divergencia, ¿se pondrán al día algunas partes del mercado?  ¿O se pondrá al día el Nasdaq?  “Esa es la pregunta de los 64 millones de dólares”, afirman. Y el problema es que ven argumentos convincentes en ambos lados. Lo que les gustaría ver, y creen que podría ocurrir, sería que el Nasdaq consolidara sus ganancias mientras al menos algunas otras partes del mercado se animan.

Una realidad alentadora, opinan, es que no sólo los valores cíclicos están sufriendo.  También son los valores de alta calidad y los defensivos.  “Esto significa que el mediocre comportamiento del mercado en general puede no ser una señal de que la recesión es inminente”, interpretan. “Es cierto que los valores industriales, energéticos y parte de los de consumo discrecional están débiles.  Pero también lo están los servicios públicos, la sanidad y los productos básicos”, apuntan.  Por ejemplo, mayo fue el tercer peor mes para los productos básicos frente al S&P en 20 años