“La corrección sufrida por el mercado de renta fija emergente ha sido exagerada”

Luc
Foto cedida

Que el mercado de renta fija emergente ha despertado muchas dudas entre los inversores tras la tormenta del pasado verano no es ningún secreto. Solo la velada intención de la Reserva Federal estadounidense de comenzar a reducir paulatinamente su programa de estímulos fue suficiente para provocar una violenta sacudida en una clase de activo que hoy genera muchos recelos. Sin embargo, Luc D’Hooge, jefe de mercados emergentes de Vontobel, se muestra convencido de que la corrección sufrida por el mercado de renta fija emergente “supone un buen punto de entrada para el inversor”, ya que ésta “ha sido exagerada”.

En una entrevista concedida a Funds People, D’Hooge reconoce haber aprovechado las caídas de los precios de los bonos para aumentar el riesgo de la cartera en el Vontobel Emerging Market Debt Fund, uno de los productos estrellas de la entidad. Pone, como ejemplo, las compras realizadas en mercados que se han visto excesivamente penalizados, como es el caso de la deuda pública de países como Indonesia. Es un modo de gestionar curtido a base de la propia experiencia. Aunque se incorporó a Vontobel en el mes abril, D’Hooge cuenta con más de 20 años de experiencia en mercados emergentes, periodo en el que ha conseguido hacerse con el rating 5 estrellas por parte de Morningstar.

En su dilatada trayectoria, el gestor ha aprendido que los mercados de renta fija emergente son ineficientes y que la mejor manera de aprovecharse de esto es seguir un proceso de inversión ‘bottom-up’. Dichas ineficiencias las evidenciaría, a su juicio, el comportamiento registrado por esta clase de activo. “El inversor no debe entrar en pánico. No estamos en la situación de 1997. Los países emergentes se encuentran en una situación fiscal mucho más sólida que entonces. Hay que poner las cosas en contexto: las tires de los bonos se han incrementado después de la fuerte contracción que habían experimentado en los últimos años. Lo que sucede es que el dinero caliente que ha entrado a lo largo del último año ha creado volatilidad”, explica.   

Pese al mal comportamiento del mercado, el experto está convencido de que la historia de los emergentes sigue vigente. “En términos generales, los países emergentes se encuentran en una posición muy favorable, con un ratio de deuda frente al PIB muy bajo. Esto es muy importante a la hora de invertir, ya que esa mejor situación fiscal es lo que te ofrece garantías de que estos países se van a hacer cargo de sus obligaciones de deuda. Es cierto que el crecimiento económico que se ha visto este año en los emergentes ha decepcionado, pero éste continúa siendo fuerte. El crecimiento de China se ha ralentizado, sí, pero a largo plazo esto es bueno para el país. Pekín necesita tiempo para resolver los desequilibrios de los que adolece su economía”.

En su opinión, se ha producido una clara sobrerreacción en el mercado que ha destapado importantes oportunidades de inversión. “Actualmente, veo más valor en el mercado de renta fija emergente denominada en moneda local. Es una clase de activo que tras la corrección vivida durante el verano lo está haciendo bien. No obstante, es una clase de activo menos predecible, más volátil en la que, a la hora de invertir, tienes que ser consciente de que asumes un mayor riesgo”, afirma. Por ese motivo, para minimizar el riesgo, en estos momentos desde la entidad ven más interesante la deuda ‘hard currency’. En lo que respecta al mercado de divisas, D’Hooge muestra su predilección por la rupia india, el peso filipino y el rublo ruso. Por el contrario, ha desecho posiciones en el real brasileño.

En términos generales, el experto ve más valor en la deuda soberana. El gestor sobrepondera deuda pública de países como Rusia o Indonesia. “Brasil, por el contrario, es un claro candidato para seguir corrigiendo”, indica. A D’Hooge le gusta mirar fuera del índice de referencia. De hecho, entre las primeras posiciones del Vontobel Emerging Market Debt Fund están bonos del gobierno uruguayo (3,75%), deuda del Banco Central de Chile (3,3%), deuda coreana (3,2%), bonos del Estado tailandés (3%) o deuda pública turca (2,9%). “Se trata de un fondo con una cartera muy diversificada en la que vamos allí donde esté la oportunidad”. Sobreponderan, por ejemplo, deuda de Oriente Medio (la deuda catarí cotiza al mismo nivel que el spread de Angola) e infraponderan los mercados frontera.

Aunque el peso en la cartera es mucho menor, el gestor también fija su atención en el mercado de deuda corporativa. Para identificar las oportunidades y tratar de ser consciente de los riesgos, el equipo visita a los directivos de las compañías. “No prestamos atención a los ratings de las agencias de calificación de riesgos. No tratamos de predecir lo que van a hacer. Nosotros nos servimos de nuestros propios análisis. Lo único para lo que nos sirven las agencias de rating es para ver la tendencia en la nota del emisor”. El objetivo que persigue con su fondo es batir al JP Morgan EMBI Global Diversified en 125 puntos básicos en periodos rolling de tres años, siempre buscando una rentabilidad ajustada al riesgo. En estos momentos, la duración modificada de la cartera es de siete años.