La entrada en vigor de MiCA en Europa, un responsable de la SEC procriptodivisas y un peso cercano al 1% del mercado invertible hacen inevitable la necesidad de tener una conversación objetiva sobre el papel que dar a las criptodivisas en una asignación de activos general.
Durante una cena de trabajo en Madrid, el CEO de Europa de WisdomTree, Alexis Marinof, hacía la siguiente observación: “Si las criptodivisas ya suponen un 1% del mercado invertible, no tener exposición a ellas en cartera es tomar la decisión activa de estar infraponderados”. O lo que es lo mismo, no tener una visión más pragmática sobre las criptomonedas, ya sea positiva o negativa, no es una opción.
Es una reflexión que comparten cada vez más las grandes gestoras internacionales, especialmente las estadounidenses. Aunque reconocen que aún estamos en una fase temprana de su expansión, observan que la polarización entre los actores institucionales sobre la conveniencia de su uso se está reduciendo progresivamente.
El propio Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, la mayor gestora del mundo, reconoció en el último Foro de Davos que ha pasado de ser un escéptico a mantener conversaciones con fondos soberanos que están estudiando activamente la posibilidad de asignar entre el 2% y el 5% de sus carteras al bitcóin.
Más exposición, menos riesgo
Para Roger Bayston, responsable de Digital Assets en Franklin Templeton, una mayor adopción institucional, una regulación más clara y una infraestructura tecnológica mejorada han reducido colectivamente algunos de los riesgos asociados con los activos digitales, “lo que presenta una excelente oportunidad para gestionar y explorar activamente esta clase de activos”, defiende.
Respecto al uso institucional, un motor clave que identifica Bayston es la introducción de productos y servicios de inversión registrados, como los ETP físicos de bitcóin, que han permitido por primera vez a las grandes instituciones participar en la adopción de activos digitales. La expectativa a futuro de Franklin Templeton es que, a medida que el mercado siga madurando y más inversores obtengan exposición a esta clase de activos, la visión especulativa disminuirá gradualmente.
Este giro hacia las cripto es algo que ya se observa a nivel global. El Houston Firefighters Relief & Retirement Fund añadió exposición a bitcóin y ethereum a través de una firma de inversión en criptomonedas en octubre de 2021. Más recientemente, entre enero y abril de 2024, el State of Wisconsin Investment Board invirtió en ETF de bitcóin. Y en agosto de 2024, el South Korean National Pension Service aumentó su exposición indirecta a esta criptomoneda mediante una inversión en acciones de MicroStrategy, la empresa cotizada que posee la mayor cantidad de bitcoines.
Valioso complemento
También se está viendo más aceptación por parte de las propias gestoras internacionales desde el punto de vista de la asignación de activos. Hay más grandes entidades que abiertamente defienden el papel de las divisas digitales estables (bitcóin o ethereum, principalmente) dentro de una cartera diversificada. Emma Pecenicic, responsable de Propuestas Digitales en Fidelity International, cree que el bitcóin podría ser un valioso complemento como inversión alternativa en una cartera moderna para aquellos que consideren exponerse a esta criptomoneda, aunque insiste en que siempre y cuando los inversores tengan muy claros sus objetivos y tolerancia al riesgo.
Según el análisis fundamental de la entidad, el bitcóin ofrece potencial para generar mejores rendimientos ajustados al riesgo, mayores beneficios de diversificación y más liquidez, diferenciándose de otros activos alternativos por su naturaleza global y negociación 24/7.
Activos deflacionarios
Al igual que Fidelity International, otras firmas internacionales como DWS, Van Eck, BlackRock o AllianceBernstein también han llevado a cabo su propio análisis académico del valor que pueden aportar los criptoactivos a una cartera tradicional. Por destacar uno de los ejemplos más recientes, AB publicó en febrero el whitepaper Tokens, Power, Non-Jobs and Debasement: The Case for Strategic Allocation to Tokens. Entre las principales conclusiones a favor de una asignación a activos digitales destaca la menor correlación con la inflación y, especialmente, su rol como cobertura ante la depreciación de las divisas tradicionales. En contraste con el dinero fiduciario, las criptodivisas son deflacionarias debido a su oferta fija y limitada. Por lo tanto, podría volverse más atractivo para los inversores que se preocupan por la devaluación, siempre que haya claridad regulatoria.
De hecho, en su informe sobre las cinco principales temáticas para 2025, Inigo Fraser-Jenkins, Co-Head de Institutional Solutions de AllianceBernstein, destaca entre ellas la inversión en monedas digitales, especialmente en bitcoines. “Nuestra visión sobre la tenencia institucional de cripto ha evolucionado. Antes de la pandemia de COVID-19 no considerábamos que tuviera un papel en la asignación de activos”, reconoce el experto.
EE.UU., un regulador procripto
Como ocurre con todas las grandes tendencias en la industria de la gestión de activos, el apetito por las criptomonedas a nivel institucional nace en EE.UU., y con el nombramiento de un presidente de la SEC marcadamente procripto, Mark Uyeda, la tendencia se acelera. A principios de año el regulador estadounidense puso en marcha un grupo de trabajo sobre este tipo de activos digitales dedicado a desarrollar un marco normativo completo y claro para ellos, y ya se han empezado a tomar medidas. A principios de marzo EE.UU. anunció la creación de un Reserva Estratégica de Criptomonedas que incluirá activos digitales como el bitcóin, el ethereum, el ripple, la solana y el cardano.
Una novedad importante que destaca Carlos Navarro, EMEA Blockchain & Digital Assets Leader de Deloitte, es la decisión de la SEC, a finales del pasado mes de enero, de anular la norma contable 121, que establecía que las empresas que custodiaban criptomonedas en nombre de sus clientes debían registrar estos activos como pasivos en sus balances financieros. Entre otros impactos en la industria financiera, hacía muy poco atractivo que las entidades estadounidenses ofreciesen custodia de criptoactivos, explica Navarro. En respuesta a esta derogación, las instituciones financieras de EE.UU. han empezado a mover ficha. Según la prensa norteamericana, jugadores con una importante trayectoria en el negocio de depositaría, como BNY, State Street o Citi, entre otros, están preparando su estructura para ofertar la custodia de criptoactivos tan pronto como en 2026.
MiCA, la regulación como impulso de las monedas digitales en Europa
En Europa, el principal motor del aumento del interés por los activos digitales ha sido la entrada en vigor en 2025 del Markets in Crypto-Assets Regulation, más conocida como MiCA. Para Pablo Urbiola, responsable de Regulación Digital de BBVA, esta regulación va a ayudar a aportar madurez al ecosistema cripto, depurando el mercado de jugadores o proyectos que no cumplan ciertos estándares, y abriendo las puertas a una mayor involucración de actores confiables y regulados, como las entidades financieras.
Que los criptoactivos ahora pasen a estar bajo un marco regulatorio es importante para el sector también por la estabilidad que otorga al minorista. “La regulación va a ofrecer mayor protección a los inversores, asegurando, por ejemplo, que los stablecoins son realmente estables o que los criptoactivos que custodia una empresa para un cliente están adecuadamente protegidos. Va a mejorar la gobernanza, la transparencia y a generar mayor confianza en estos mercados, que hasta ahora no estaban prácticamente regulados”, vaticina Urbiola. Así lo percibe también Carlos Navarro, EMEA Blockchain & Digital Assets Leader de Deloitte: “Esto es algo que impacta tremendamente en la percepción de esta tipología de activos por parte de la ciudadanía, ya que pronto no será necesario acudir a empresas criptonativas para tener exposición a estos activos”.
Aunque de manera menos intensa que en EE.UU., los expertos coinciden en que tras MiCA la industria ha empezado a moverse para ofrecer estos nuevos servicios a sus clientes. “Sin duda, desde la perspectiva europea, ya es público que las principales entidades están trabajando en ello, no solo en España. Están desarrollando tanto fondos cuyo subyacente son criptomonedas como proyectos de implantación de la tecnología y los procesos operativos necesarios para ofrecer acceso directo a los criptoactivos”, afirma Navarro.
El supervisor europeo del sector asegurador no ve pruebas del efecto diversificador
No todos los actores de la industria han adoptado una postura favorable frente a los criptoactivos. La Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (Eiopa) ha propuesto en el marco de Solvencia II que para calcular los requisitos de capital de las aseguradoras (en la fórmula estándar) se clasifiquen los criptoactivos en el módulo de intangibles y se les asigne un stress del 100% sobre el valor de todas las exposiciones (sean directas o indirectas), sin reconocimiento de diversificación.
Según Eiopa, “no hay indicios de que las exposiciones a criptoactivos diversifiquen frente a otros riesgos”; y sí de que conllevan una volatilidad extrema y la posibilidad de pérdidas muy elevadas. Según el análisis realizado por el supervisor del comportamiento histórico del bitcóin y el ethereum hasta el 20 de junio de 2024, el VaR al 99,5% en un año fue del 75% para el primero y del 89% para el segundo. Las mayores caídas anuales van del -82% al -91%.
Eiopa cree que el interés del sector por estos activos podría incrementarse en los próximos tres años (de hecho, ya se ha identificado algún caso de aceptación de primas en criptoactivos, en su mayoría fuera de la UE), aunque, de momento, es mínimo. El volumen de activos financieros reportados por las aseguradoras europeas ascendía a 9,6 billones de euros a finales de 2023, de los cuales Eiopa identificó 655 millones invertidos en criptoactivos, el 0,0068% de los activos totales. Más del 90% de la exposición se localiza en Luxemburgo y Suecia, y en la mayoría de los casos las inversiones se estructuran a través de fondos (ETF o ETC) y están vinculadas a unit linked.