“La deuda corporativa emergente supera ya a la deuda soberana emergente en divisa fuerte”

Eduardo_Alhadeff_2
Cedida

La búsqueda de mayores rentabilidades sigue guiando a los mercados en un entorno de tipos de interés oficiales en mínimos. En opinión de Eduardo Alhadeff, gestor del equipo de renta fija emergente de J,P.Morgan AM, el entorno macro actual va a seguir impulsando el interés por la renta fija corporativa emergente. A pesar de la reducción de diferenciales, entre los diversos escenarios contemplados por el equipo de renta fija emergente de la gestora, el que tiene una mayor probabilidad (60%) es el de la continuación del “nuevo normal” con bajo crecimiento y baja inflación, por lo que “es importante centrarse más en la selección de cada título y en el carry trade”.

Esta clase de activo ha generado retornos muy atractivos en los últimos 10 años (cerca de un 100% para el segmento con grado de inversión y cerca de un 180% para el segmento de alto rendimiento). Si bien ha pasado por algún momento difícil durante la crisis, su mal comportamiento se debió más a la ampliación de diferenciales que a que hubiera más impagos. Con la recuperación los impagos aumentaron ligeramente pero esto fue compensado por la reducción de diferenciales, por lo que en conjunto, el rendimiento total ha sido muy positivo.

Razones para invertir

En opinión de Alhadeff hay tres razones principales para seguir siendo positivos sobre esta clase de activo. La primera es que las políticas monetarias expansivas van a seguir sosteniendo la afluencia de  inversores en búsqueda de mayores retornos. La segunda es que por el lado de la oferta, la actividad va a seguir siendo significativa, si bien podría ser algo más baja que en 2012, año récord. Y la tercera es que las valoraciones siguen siendo atractivas frente a otros activos de renta fija. Además, si se compara la deuda corporativa emergente con la deuda corporativa estadounidense con calificación media BBB, los fundamentales de la deuda emergentes son mejores,  con mejores ratios de cash-deuda, con niveles de endeudamiento neto sobre EBITDA menores y con unos vencimientos más largos. Y aún así, todavía mantienen un diferencial de 89 p.b. Lo mismo ocurre al comparar la deuda corporativa emergente de alto rendimiento con la renta fija de alto rendimiento estadounidense.

Lo que es indudable es que es una clase de activo en expansión. El mercado está creciendo muchísimo. En 2012 se emitieron 329.000 millones de dólares, un 56% más que en 2010, lo que llevó al total de activos a superar el trillón de dólares. La deuda corporativa emergente ya ha superado en volumen a la deuda soberana emergente en divisa fuerte y además hay un mayor grado de diversificación entre el tipo de compañías que emiten. El mercado se divide entre un 80% con grado de inversión y un 20% de alto rendimiento.

Para Alhadeff es fundamental tener un equipo de análisis muy potente en el terreno para poder . detectar las oportunidades. Además el equipo de JP Morgan cuenta con un trader exclusivo para esta clase de activo, lo que resulta crítico en mercados en los que es fundamental conocer la situación de la liquidez.