El mes de noviembre ha sido negativo devolviendo los índices bursátiles a los mínimos del año
El inversor se encuentra, en cierta manera, en un estado de histeria, focalizado por la poca claridad política a la hora de gestionar la crisis de deuda soberana. La crisis financiera continúa desbordando cualquier previsión que se había hecho con anterioridad, y una de sus consecuencias ha sido que la Eurozona registre algunos meses de crecimiento negativo, según EDM. La necesidad de medidas radicales por parte de la Unión Europea es cada vez más exigente, fijando como principal obstáculo el tiempo, y sobre todo, si los mercados estarán dispuestos a concederlo.
Como detalla EDM, a un mes de cerrar el 2011, noviembre ha cerrado con índices bursátiles en mínimos desde el comienzo del año, cercanos a los obtenidos en el 2009. Algunos ejemplos son Europa, con una caída del 1,60 %, Estados Unidos, con una caída del 0,51% o los emergentes, con una caída del 3,29%. La misma prima de riesgo lleva también el tipo de interés exigido a los bonos europeos de cualquier plazo y país, a niveles que son insostenibles a largo plazo (rendimiento de Bonos Soberanos a 2 años: España 5,26%; Italia 6,88%; Bélgica 3,57%; Francia 1,24%). Ahora mismo, la situación se está convirtiendo en insoportable, como detallan en EDM, por lo que parece evidente que será en el mes de diciembre cuando se lleven a cabo la toma de decisiones, lo que permitiría una acción más decidida del BCE. Con este panorama, parece que la nota positiva del crecimiento del PIB mundial viene reflejada por las economías de los países emergentes.
Por su parte, la evolución macroeconómica, al elevar la prima de riesgo exigida, lleva las cotizaciones bursátiles a niveles que implican múltiplos (PER) objetivamente atractivos. En esta misma línea, los datos económicos que han presentado en el tercer trimestre de 2011, las empresas cotizadas han sido favorables, contradiciendo los problemas macroeconómicos. Si el inversor decide fijar su mirada más allá de la crisis, encontrará oportunidades a largo plazo, por ejemplo, en las acciones de calidad, que se encuentran a niveles históricamente atractivos. A la hora de decantarse por la inversión en renta variable, el inversor debe tener en cuenta que lo que esté barato puede, a corto plazo, estar más barato, y por otro lado, que no existe un calendario que augure una recuperación súbita, según explica EDM. Con respecto a España, el inversor debe tener una cautela máxima, ya que existen unas crecientes dificultades de las entidades bancarias que repercuten en un “credit crunch”.
En el ámbito de renta fija, en EDM siguen dando prioridad a la renta fija privada (IG y HY) más que a la deuda pública, si bien siguen apareciendo oportunidades en renta fija española durante noviembre que parecen irresistibles. En el mercado de crédito se observa un bajo nivel de impago, a pesar de lo cual los precios de los bonos IG y HY han vuelto a ceder. El largo periodo de desendeudamiento va a permitir invertir en una amplia gama de activos, ya que las entidades bancarias deberán desprenderse de títulos de renta variable y de renta fija en un entorno desfavorable para reducir sus balances.