El encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole que tiene lugar de forma telemática ayer y hoy ya tiene su primer titular: Jerome Powell, presidente de la Fed, confirmó un cambio en la definición de sus objetivos de inflación y empleo lo que a la postre implica una alargar la ya larga era de los tipos bajos en la que es la primera economía del mundo.
"Como era de esperar, la Reserva Federal se mueve hacia un objetivo de inflación promedio. No hay una fórmula aquí, así que esto le da a la Reserva Federal cierto margen de maniobra en términos de interpretación y algo para que los mercados se preocupen”, afirma Jack Janasiewicz, estratega de carteras de Natixis IM. En concreto, lo que anunció Powell no fue un cambio en el objetivo de inflación sino en los plazos para alcanzar ese 2%. “En el objetivo actual, la meta de inflación se definió como inflación PCE a una tasa del 2% a largo plazo. Powell anunció hoy que la estabilidad de precios se definirá como la búsqueda de lograr una inflación promedio del 2 % en el largo plazo”, afirma Rikkert Scholten, estratega del equipo de macro de renta fija global de la gestora holandesa Robeco.
Sin embargo, en las primeras valoraciones que han publicado las gestoras también se encuentra alguna que otra duda. “Un objetivo de inflación media se describe como una "política de recuperación", pero el enfoque flexible de la Reserva Federal no nos dice cuánto se propone recuperar el terreno perdido ni con qué rapidez”, afirma David Page, responsable de macro en Axa IM. Y da algunos ejemplos. “Por ejemplo, en la última década la inflación de la PCE ha promediado 1,75%, con una inflación por debajo del objetivo durante el 63% del tiempo. Si la Reserva Federal lograra un promedio del 2% en 15 años, requeriría que la inflación promediara el 2,5% en los próximos 5 años. Sin embargo, si la Reserva Federal tuviera como objetivo una inflación promedio del 2% en un plazo más corto, por ejemplo cuatro años, sólo requeriría que la inflación se superara en un 2,25% durante dos años. Esto crea una gran ambigüedad sobre la perspectiva de la inflación en el horizonte de tiempo relevante para la política” afirma este experto.
Y eso teniendo en cuenta que no parece fácil que se alcance un nivel de inflación cercano al 2%. “Un exceso de inflación sostenida puede ser algo muy optimista para esperar. De hecho, no habrá ningún aumento significativo ni sostenido de la inflación sin la restricción del mercado laboral y la creación de crédito”, afirma Samy Char, economista Jefe de Lombard Odier.
De hecho, además de modificar la estrategia en cuanto a la inflación, Powell también ha anunciado cambios con respecto al mandato de empleo ya que según explicó ahora se centrará en evaluar las reducciones de empleo con respecto a su nivel máximo en lugar de las desviaciones respecto a nivel máximo. Anna Stupnytska, economista global de Fidelity explica la diferencia. “Esto significa que la reacción de la Fed ante el desempleo será asimétrica, de tal modo que el instituto emisor será más proclive a flexibilizar su política cuando se perciba que el desempleo es superior al nivel óptimo. Tras la experiencia de la última década, la Fed ha concluido que la curva de Phillips se ha aplanado, lo que da al banco central más confianza de que el empleo puede situarse en su nivel máximo o por encima de él sin provocar presiones inflacionistas”, afirma. De ahí que desde PIMCO subrayen “la política fiscal, no la política monetaria, será el determinante clave del éxito de la Fed para alcanzar su objetivo de inflación durante los próximos años”. "El comunicado de prensa ahora se refiere a un objetivo inclusivo sobre el empleo, lo que significa que la Fed prestará más atención al tema de las desigualdades sociales y étnicas, incluyendo cada vez más una referencia a la evolución del empleo en comunidades afro y latinoamericanas", apunta Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM.
Queda por ver si como ha sucedido en el pasado, el resto de bancos centrales sigue el ejemplo de la Fed y anuncia modificaciones en el corto plazo que impliquen una ampliación de la era de tipos bajos y por tanto el mantenimiento de las condiciones monetarias flexibles que permitan impulsar la economía post COVID- 19. “Es probable que otros bancos centrales sigan el ejemplo e introduzcan un objetivo de inflación promedio en el futuro próximo. Esto allana el camino para mantener las condiciones monetarias flexibles para que duren tanto como sea necesario”, afirma Samy Char.