En el mercado existe un principio fundamental básico que dice que los resultados de las compañías tienden a regresar a su media histórica. Una gestora comercializa en España un producto con una cartera que contradice ese precepto.
Liontrust Asset Management es una boutique inglesa independiente, fundada en 1994 y que lleva cotizando en la Bolsa de Londres desde 1999. Las áreas de especialización de esta entidad son la renta variable británica, europea, asiática y global, renta fija corporativa global y multiactivos, la mayoría con un enfoque long only. En España cuenta con un fondo de bolsa británica cinco estrellas Morningstar distinguido este año con sello Funds People, calificación Consistente, el Liontrust GF Special Situations, producto de renta variable británica gestionado por Anthony Cross y Julian Fosh que invierte en empresas con sede en el Reino Unido en todo el espectro de capitalización de mercado basándose en lo que ellos denominan Economic Advantage.
El proceso comienza sobre la idea de un principio fundamental de los mercados competitivos: que los beneficios regresan a la media. Esto es algo que los gestores desafían con su estrategia. “Creemos que el secreto para una inversión exitosa es identificar el puñado de empresas (actualmente tienen 51 en cartera) que cuentan con una ventaja económica duradera que les permite desafiar este principio y mantener un nivel de rentabilidad superior a la media por más tiempo de lo esperado. Esto sorprende al mercado y puede llevar a una fuerte apreciación del precio de las acciones”, explican los gestores a Funds People.
Su trabajo es evaluar a las empresas por el hecho de presentar una ventaja competitiva duradera, que ellos definen como el conjunto de rasgos idiosincrásicos de la compañía que sus competidores tienen dificultades para reproducir, incluso aún habiendo entendido los beneficios que se derivan de poseer esas caulidades tan singulares. De acuerdo con la experiencia de Cross y Fosh, las características más difíciles de replicar se encuentran en tres categorías de activos intangibles: propiedad intelectual, sólidos canales de distribución y el hecho de contar con un negocio recurrente significativo.
Otras fortalezas intangibles menos potentes pero también importantes incluyen franquicias y licencias; buenas bases de datos y relaciones con los clientes; procedimientos y formatos efectivos; solidez de la marca y cultura empresarial. Estos activos intangibles producen barreras a la competencia, protegen los márgenes y son capaces, en opinión de los gestores del fondo, de obtener una ventaja financiera en forma de rendimientos de flujos de efectivo que superan el coste del capital. “El mercado recompensa el exceso de rentabilidad, particularmente cuando es más alto que las expectativas de consenso”, subrayan.
Los gestores no tienen una visión basada en las expectativas macroeconómicas y la exposición sectorial del fondo es el resultado del proceso de selección de valores. Dicho esto, las características de “ventaja económica” que el proceso de inversión busca identificar en las empresas se encuentran más comúnmente en ciertos sectores. Por ejemplo, es poco probable que el equipo invierta en compañías de industrias muy reguladas debido a la dificultad de generar crecimiento y mantener elevados beneficios. En este sentido, consideran que la clave de la capacidad de una empresa para traducir las barreras a la competencia en rendimientos financieros es la posesión del poder de fijación de precios.
Por lo tanto, el fondo no mantiene exposición al sector de servicios públicos. Tampoco tienen bancos ni empresas mineras. Actualmente, pone un énfasis en la empresas manufacturas con tecnología IP, farmacéuticas, bienes de consumo globales, compañías de servicios y de tecnología de la información. Para las empresas más pequeñas (el fondo invierte un 10% en micro caps), Cross y Fosh ponen como requisito que al menos el 3% del capital de la compañía esté en manos de sus directivos.
Históricamente, el fondo ha mostrado una baja volatilidad y mantenido una beta defensiva, que en los últimos tres años ha estado, de media, en el 0,88. “Esto significa que a veces el fondo puede quedarse por detrás del mercado británico durante fases de fuertes subidas impulsadas por el sentimiento en períodos relativamente cortos, pero esperamos que el producto bata al mercado a lo largo de un ciclo. Consideramos que el grado de protección a la baja que ofrecen las empresas que integran la cartera compensa el hecho de que quede rezagado durante los repuntes, lo que conduce a una asimetría positiva del riesgo”, concluyen.