La hoja de ruta de Mapfre para impulsar su negocio de alternativos

José Luis Jiménez, Mapfre
Cedida

Mapfre avanza en el negocio de la inversión alternativa. Recientemente anunciaba el lanzamiento del fondo de biometano, MAPFRE Energías Renovables II FCR, junto a Abante y bajo el asesoramiento de IAM Carbonzero, empresa especializada en el sector energético. Con motivo de este lanzamiento en FundsPeople entrevistamos a José Luis Jiménez, director general de inversiones de la entidad. "El fondo está abierto a cualquier inversor institucional que quiera coinvertir con Mapfre, pero también a los inversores de banca privada que puedan acceder a través de sus entidades", añade.

"Poco a poco empezamos a construir una red de asociaciones con entidades de primer", explica Jiménez, siempre de la mano de su socio estratégico Abante. Con ellos, lanzaron en 2020 un fondo de infraestructuras gestionado por Macquarie. Le seguía, ese mismo año, otro vehículo de fondos de fondos de private equity respaldado por Altamar. Y además del fondo de biometano, este año diseñaron un fondo de fondos de deuda privada bajo estructura FIL.

En todos sus vehículos, Mapfre es el inversor ancla, convirtiéndose en el mayor inversor de ellos. En el caso de fondo de infraestructuras, su participación fue del 50%, mientras que en el de biometano, tendrá un mínimo de 10 millones de los 100 millones de patrimonio que aspiran a registrar.

Estas inversiones contribuyen a que la inversión en mercados privados de Mapfre alcance los 1.350 millones de euros el año que viene. De esta cartera, un 60% es inmobiliario, "un activo seguro, muy predecible y que ofrece protección contra la inflación", explica Jiménez, y que representa el 5% del balance de la entidad. En los últimos años, y a medida que iban cerrando operaciones estratégicas, han abierto y diversificado su cartera invirtiendo en infraestructuras, deuda privada y private equity.

Detrás de este movimiento está la necesidad de conseguir yield de los últimos años. "Nos ha tocado una época de tipos de interés negativos donde era muy difícil conseguir rentabilidad para el dinero que nos entraba en primas", explica. "En esta situación empezamos a diversificar el balance". Jiménez destaca la situación favorable de la que partía su entidad ante el margen de crecimiento que tenía en mercados privados: "comparados con la mayoría de las aseguradoras europeas, que tenían ya posiciones significativas en alternativos, nosotros solo teníamos cubierta la parte de inmuebles".

Nueva estrategia ligada a la sostenibilidad

Volviendo al fondo de energías renovables, Jiménez defiende que es el momento para este tipo de estrategia. “Cumple una labor social, medioambiental y financiera”, señala. "En Mapfre buscamos no solo la rentabilidad financiera, también la no financiera. Invertir en biogás biometano es apostar por el medio rural, por la agricultura y por la ganadería. Los residuos que se generan pueden ser muy tóxicos: el metano es 25 veces más contaminante que el CO2, pero la alternativa no es no consumir carne, sino transformar los residuos tóxicos en energía renovable", explica. Este impulso al medio rural pasa por contribuir a la creación de puestos de trabajos en estas zonas vinculado a la innovación que posibiliten la retención de talento.

En materia de rentabilidad, la TIR a la que pueden acceder, "de forma conservadora" es un 12% en un plazo de 10 años. "El nivel de incertidumbre es bajo, ya que se conoce de antemano los kilovatios que se van a producir y el precio al que se vende".

Su oferta de productos en alternativos se mantendrá limitada. "Montar un vehículo es complejo. A nosotros nos ha llevado dos años lanzar el fondo de biometano", afirma. Se centrarán en "lo que vamos hacer muy bien y donde podemos competir", y manteniendo el modelo de trabajar con socios especialistas en cada una de las áreas.