Jean Jacques Durand, gestor del EdR Emerging Bonds, explica que invertir en los países con mejores fundamentales no implica más rentabilidad. Sus mayores convicciones están en Ucrania, Venezuela, Argentina, Indonesia y Turquía.
El fondo Edmond de Rothschild Emerging Bonds ha sido galardonado recientemente con el premio Lipper a mejor fondo de renta fija emergente global en divisa fuerte en la categoría de tres años, con una rentabilidad anualizada del 11% en este tiempo. Es exactamente el tiempo que lleva Jean-Jacques Durand al frente del fondo, que fue lanzado originalmente en 1998. Durand acumula casi 17 años de experiencia en los mercados de renta fija emergente, y responde a las preguntas de esta entrevista en un español con acento latinoamericano.
El gestor explica que, cuando empezó su carrera en los 90, “cada año había una crisis, eran años muy caóticos”. Estos 'años de plomo' le sirvieron para curtirse, y en cuanto asumió el mando del EdREmerging Bonds decidió cambiar la estrategia del fondo para adaptarla a su propia experiencia. De esta forma, el producto ahora destaca por su máxima flexibilidad a la hora de invertir en activos de deuda emergente, ya que puede incluir hasta situaciones especiales (deuda distressed) y no sigue un índice en particular, ya que el gestor cree que “no es la mejor manera para conseguir una rentabilidad óptima en el largo plazo”. Con una puntualización: “Si puedo llenar la cartera con convicciones, soy feliz. Si no, prefiero comprar el índice y no arriesgarme en un país donde no tengo convicciones”.
Durand subraya que, a la hora de seleccionar activos para la cartera, prefiere centrarse en sólo unos pocos temas que va renovando con una frecuencia de entre tres meses y un año, según sus inversiones vayan alcanzando un objetivo de rentabilidad que fija previamente. “Es difícil encontrar ideas que sobresalgan”, puntualiza. Por ello, prefiere centrarse en cinco ó siete nombres en los que deposita sus convicciones más elevadas, pero con el margen suficiente como para reducir la exposición rápidamente cuando cree que el mercado está sobrevalorado.
El experto aclara que el fondo no puede tener duraciones negativas, aunque sí puede variar su liquidez del 0 al 100%, y añade que entre enero y junio de 2013 estuvo en un mínimo del 45%, pero desde finales del año pasado ha ido incrementando gradualmente la exposición hasta alcanzar el 100%. La duración actual de la cartera se encuentra entre los 6,5 y 7 años; toda está invertida en renta fija en divisa fuerte (preferentemente dólar). El gestor afirma que donde ve más valor actualmente es en los diferenciales, tanto en estrategias de valor absoluto como relativo.
Asimismo, a la hora de construir la cartera, el gestor puede elegir entre tres tipos de posiciones con distinta ponderación en función de su grado de convicción. La posición de tipo 1 (máxima convicción) puede sobreponderarse hasta un 15% comparado con el índice de referencia y suele acapararla una idea exclusivamente, mientras que las de tipo 2 y tipo 3 dependen más de la liquidez del subyacente. En el caso del tipo 2 puede incluir entre 2 y 5 nombres con una sobreponderación entre el 5% y el 10%, y el tipo tres entre el 3% y el 5% y abarca entre 7 y 15 nombres.
Las cinco ideas macro que están actualmente en la cartera de este fondo no pueden ser más actuales (y polémicas): el gestor está invirtiendo en deuda de Venezuela, Argentina, Ucrania, Indonesia y Turquía, una decisión que no duda en calificar de contrarian y que, al emplear derivados (CDS incluidos), le quita preocupaciones: “Sé que puedo salir en media hora”, afirma, aunque al mismo tiempo señala que, cuando compra, es para alcanzar los objetivos que se ha fijado a medio o largo plazo. “Mi preparación es para llevar la posición hasta el final, no quiero ser un vendedor forzado”, afirma.
Durand compara su trabajo con la minería: de la misma manera que un minero excava la montaña en búsqueda de minerales, él tiene un universo de inversión compuesto por emisiones de más de 90 países en el que busca a diario las mejores oportunidades para generar valor para los partícipes del fondo. Busca la rentabilidad/riesgo más atractiva a través de la aplicación de dos filtros: uno que mide factores técnicos como los flujos de dinero de los inversores o el posicionamiento general de los gestores, y otro más centrado en los fundamentales, pero que también abarca datos macro y eventos políticos. “Tenemos experiencia y podemos comprar de forma oportunista en países cuando vemos que hay valor en el largo plazo”, resume el experto.
Durand afirma que posiciones como las que tiene actualmente en cartera tienen una correlación cero o negativa con el resto del mercado, ya que prefiere centrarse en países con un riesgo más específico. El experto mantiene una postura muy crítica con la visión del consenso del mercado de que cada vez es más necesario diferenciar entre países emergentes con buenos y malos fundamentales: “La idea de diferenciación es una caricatura simple que se escucha en la prensa y entre gestores. Invertir en emergentes no es tan simple, hay que ser selectivo pero invertir en los países con mejores fundamentales no implica necesariamente más rentabilidad porque se ignora el lado técnico”.
El gestor explica que el grupo de países que recientemente han sido denominados como “los cinco más frágiles” (India, Indonesia, Turquía, Sudáfrica y Brasil) han ofrecido en los últimos meses unas rentabilidades superiores a las de los países más robustos. Él particularmente lo que busca en estos países más vulnerables es participar de una forma oportunista en el punto de inflexión en el que se deja atrás el riesgo de impago y la economía comienza a recuperarse. Muchas veces, como son ahora los casos de Ucrania o Venezuela o el de Egipto (donde invirtió el año pasado) no paran de surgir noticias preocupantes durante un periodo de tiempo que tienen un efecto negativo sobre los mercados. Durand explica que la clave para él es mantener la mente fría “para distinguir entre las noticias y la capacidad para pagar la deuda, que es la pregunta central para mí”.