La inflación americana sorprende al alza: primeros análisis de las gestoras internacionales

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Foto: Alexandru Tugui on Unsplash

El IPC de Estados Unidos de junio sorprendió al alza con una cifra anual del 9,1%, frente al 8,8% esperado por el consenso. Esto representa un nuevo récord desde noviembre de 1981. La energía continúa siendo un motor clave de la inflación total dado que la gasolina subió un 60% y el gas un 38%. Sin embargo, la cifra de inflación subyacente del 5,9% también es bastante sólida y está por encima de la previsión de los economistas del 5,7%.

Con respecto al mes pasado, los precios totales al consumidor aumentaron 1,3% (frente al 1% en mayo y el 1,1% esperado por el consenso). Si bien la energía y los alimentos contribuyeron significativamente (7,5% y 1%, respectivamente), el aumento de los precios fue generalizado. El IPC subyacente subió de 0,7% y también fue superior al previsto por el consenso de Bloomberg de 0,5%.

Las categorías que más aumentaron fueron los servicios de transporte +2,1%, los automóviles y camiones usados ​​+1,6% y la vestimenta +0,8%. Los componentes que tienden a ser más duraderos, como la vivienda y la atención médica, continúan la tendencia al alza de los últimos meses con +0,7%. Dentro de los componentes básicos de la canasta, solo las tarifas aéreas cayeron -1,8% después de aumentar un 12,6% el mes pasado; los hoteles también disminuyeron.

Posibles consecuencias: una política monetaria más agresiva…

“Los tipos nominales aumentaron tras esta cifra de inflación más fuerte de lo esperado y los breakevens de inflación subieron. Con la inflación sorprendiendo al alza, la Reserva Federal podría verse obligada a reforzar la agresividad de su política monetaria, aumentando la probabilidad de un escenario de estanflación”, indica Ana Otalvaro, gestora de renta fija de AXA Investment Managers. Tiffany Wilding va aún más allá. Según la economista de PIMCO para Estados Unidos, para la Reserva Federal, estos datos de inflación equivalen a un incendio de consecuencias desastrosas.

“La inflación subyacente parece ampliamente afianzada en todas las categorías de bienes y servicios y, por consiguiente, elevamos nuestra previsión de inflación del IPC subyacente, y ahora esperamos que la inflación del IPC subyacente termine el año 2022 en el 5,5%. Como mínimo, esperamos que el FOMC anuncie otra subida de 75 puntos básicos en julio y septiembre, y contemplamos la probabilidad de una subida de 100 puntos básicos”, revela.

Lale Akoner, economista senior en BNY Mellon IM, observa que cada vez está más claro que las presiones inflacionistas se están extendiendo a elementos centrales (ex-alimentos, energía) del índice, siendo persistentes en salarios, alquileres, atención médica y educación. “Las interrupciones en el suministro han contribuido en gran medida a las altas cifras de inflación, pero está claro que la demanda también debe bajar, lo que se verá reflejado en las subidas de la Reserva Federal”.

A su juicio, en última instancia, la Fed tendrá que controlar la inflación generando un crecimiento suficiente para reducir el crecimiento de los salarios. “No espere buenos datos de empleo hacia fines de este año. La autoridad monetaria necesitará mover las tasas a un territorio totalmente restrictivo mucho antes de lo que había pensado anteriormente. De ahí la subida de 75 puntos básicos de julio, y dos subidas de tipos más de 50 puntos básicos para final de año parecen plausibles”.

… mayor probabilidad de recesión…

A su juicio, los datos conocidos ayer aumentarán la confianza de los funcionarios de la Fed en que la política monetaria restrictiva es adecuada. “Al mismo tiempo, la lectura de la inflación también debería aumentar las probabilidades de recesión, que ahora estimamos que es probable que se produzca más pronto que tarde y que sea más grave de lo anticipado”, advierte.

Para Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes, las cifras de inflación publicadas en EE.UU. refuerzan su opinión de que ésta se mantendrá en niveles elevados durante el resto del año, ya que las presiones de los precios externos e internos siguen repercutiendo en los precios al consumo. “Aunque la mayoría de los precios de las materias primas se han moderado en el último mes siguen siendo elevados y todavía son vulnerables a las perturbaciones de la oferta derivadas de acontecimientos geopolíticos adversos”, afirma.

En la entidad siguen pensando que la demanda se enfriará en el transcurso del segundo semestre del año e incluso de forma más significativa en 2023, debido a que la inflación impulsada por los costes está comprimiendo los ingresos reales y a la restricción fiscal y monetaria. “Esto, junto con la estabilización de los precios de la energía y la relajación de las restricciones de la oferta mundial, debería hacer que la inflación baje rápidamente el año que viene, aunque se mantendrá por encima del objetivo de la Fed, dado el elevado punto de partida”, señala.

En cuanto a las implicaciones de la política monetaria, coincide con PIMCO en que el dato no hace sino reforzar los argumentos a favor de una subida de tipos de 75 puntos básicos en la próxima reunión de política monetaria de finales de este mes. “El sólido informe sobre el empleo de junio, publicado el viernes, ya apuntaba en esa dirección. Una inflación elevada y un mercado laboral ajustado pueden ser ingredientes explosivos, que podrían provocar efectos de segunda ronda y que la alta inflación se consolide. Es probable que la Fed recurra a una retórica agresiva y a un mayor endurecimiento de la política monetaria al menos hasta finales de otoño, en su lucha por mantener su credibilidad”, concluye.

… y un mercado de renta variable que no toca fondo

De acuerdo con Craig Burelle, “hasta que la inflación no tienda a bajar, es improbable que el mercado de renta variable toque fondo de forma duradera y se consolide una tendencia alcista”. En opinión del analista senior de estrategias macro de Loomis Sayles, gestora de Natixis Investment Managers, tras los pésimos resultados del mercado de renta variable en el primer semestre, la incertidumbre en torno a la inflación y a la voluntad de la Reserva Federal de seguir endureciendo la política monetaria hasta que se produzca una recesión probablemente siga alimentando la volatilidad en los mercados de acciones.

“A nivel mundial, las estimaciones de beneficios del consenso se han mantenido hasta ahora, pero es probable que se vean presionadas si la actividad económica se ralentiza. Si las estimaciones de beneficios comienzan a disminuir, los mercados podrían no estar tan baratos como parecen actualmente, lo que podría ser un riesgo importante para el rendimiento futuro de los mercados de renta variable mundiales”, explica el experto de Loomis Sayles. No obstante, Burelle también cree que hay cierto margen para el optimismo: “existe un importante potencial alcista en la renta variable mundial si la inflación se enfría y se evita la recesión”.