La nueva oferta de ETF sostenible, ¿demasiado restrictiva?

Kamil Molendys, Unsplash

ETF y sostenibilidad, ambos triunfaron en 2020; y ambos elementos se han aunado en los ETF sostenibles, productos cada vez más numerosos (ya hay más de 200 tipos) y hacia los que se dirigieron el pasado año una cantidad de flujos relevante. ¿Cómo enfrentarse a esta nueva oferta desde el punto de vista del análisis y la gestión? Varios gestores y selectores debaten sobre ello en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por UBS AM.

"A nivel global, los activos gestionados en ETF sostenibles se han triplicado entre 2019 y 2020, un dato que nos indica la importante demanda que hay detrás”, afirma Nina Petrini, responsable de ETF para Iberia en UBS AM. Se trata de una tendencia que, además, se está acelerando y que, según afirma, se verá beneficiada en un mundo pospandemia. “Los inversores han podido ver los beneficios de apostar por estas estrategias; soluciones que, a día de hoy, son ya muy numerosas. Hay ETF sostenibles de renta variable y renta fija, y con diferentes grados de sostenibilidad en función de lo que se esté buscando”.

En el caso de la gestora, Nina Petrini explica que la gama ISR en renta variable aplica los filtros más estrictos de MSCI, “incluyendo no solo un enfoque general de ASG, sino también un enfoque climático para que sea una solución sostenible en todos los aspectos”. Llama la atención sobre el UBS ETF S&P 500 ESG UCITS, que “superó en 2020 los 1.000 millones de euros bajo gestión en tiempo récord”. Respecto a la oferta de renta fija, destaca que “cubren toda la parte corporativa y la de soberanos y son exposiciones únicas e innovadoras”. 

Muchas gamas sostenibles

Luis González, coordinador de sostenibilidad en selección de fondos y ETF de BBVA Quality Funds, también pone el acento en la relevancia que tiene el incremento de la gama de productos, “que es ya muy amplia y granular, sobre todo en renta variable”. Categoriza los ETF sostenibles en tres grandes grupos: "Primero, las gamas ASG e ISR, que abarcan un espectro muy amplio, desde las soluciones menos restrictivas, que simplemente excluyen algunas industrias poco éticas, hasta las gamas más restrictivas, las ISR, que se focalizan en las empresas con mejores puntuaciones y, además, tienen en cuenta el impacto de la huella de carbono”.

Segundo, los CTB (Climate Transition Benchmark) y los PAB (Paris-Aligned Benchmark), creadas a iniciativa de los legisladores y que, a su juicio, podrían tener un interesante recorrido. Y, por último, en el tercer grupo se encuentran los fondos centrados en temáticas concretas sostenibles, tanto dentro del ámbito medioambiental como social: energías renovables, agua, diversidad de género… "En la primera gama hay producto en las distintas regiones core importantes: world, USA, Europa, Japón y emergentes", destaca.

En renta fija, Luis González percibe que “la parte que está más relacionada con la renta variable, como el crédito investment grade, está, por lo general, bastante desarrollada. Y dentro de este crédito, la mayor evolución la encontramos en Europa y a continuación en Estados Unidos”. Además, están los bonos verdes, ámbito en el que también empieza a haber productos, “y ya en un nivel menor de desarrollo encontraríamos gobiernos, mercados emergentes, high yield y, por último, los gobiernos de países desarrollados”.

Efecto en el mercado

A Óscar del Diego, director de Inversiones de Ibercaja Gestión, le han sorprendido los nuevos benchmark fruto de la regulación, los CTB y PAB. Le preocupa el efecto que puedan tener en el comportamiento futuro de la bolsa porque son índices, a su juicio, bastante restrictivos, sobre todo el PAB: “Estos nuevos índices introducen parámetros muy agresivos. Si tú excluyes, al final no consigues que las compañías cambien. En estos índices la exclusión de todas las empresas que tengan un 10% de producción de petróleo deja fuera, por ejemplo, a todas las petroleras”.

No obstante, está convencido de que los ETF que siguen criterios ASG van a seguir recibiendo muchos flujos este año, entre otras cosas porque han tenido muy buenos resultados en 2020, sobre todo los que han puesto énfasis en los criterios climáticos: “Dejan fuera a las petroleras y juegan temas relacionados con la transición energética, y al final la gente dedica flujos a las cosas que han ido bien. Es mucho más difícil ver flujos contrarios”. Por lo tanto, “es muy importante ver cómo evolucionan todos estos ETF y estas normas porque va a tener influencia en el comportamiento del mercado”, explica Óscar del Diego.

Aumento de la calidad

Emilio Barberá, gestor de Fondos ASG de Bankinter Gestión de Activos, también ahonda en las repercusiones de las estrategias de exclusión: "Es importante subrayar que no solo ha crecido significativamente el número de productos, sino que, además, se ha incrementado la calidad de los productos en el sentido de que el análisis y las estrategias de integración de riesgos ASG que llevan detrás son mucho más elaborados de lo que lo eran inicialmente". "Es un análisis que ya no solo lleva a una mera exclusión. De lo que se trata es de modificar el comportamiento de las compañías, no de excluirlas ni de apartarlas, y que se reafirmen en ese comportamiento”.

En definitiva, Emilio Barberá insiste en que “es un enfoque holístico con el que se pretende que todo el mundo, poco a poco, vaya adquiriendo buenas prácticas, implementando las inversiones necesarias para minimizar los impactos negativos de su actividad”. Y todas estas nuevas estrategias que se implementan precisamente van enfocadas a permitir eso, “a que los inversores inviertan no solo en compañías con muy buena puntuación, sino también en aquellas cuya nota está evolucionando bien. Por tanto, ese binomio de cantidad, pero sobre todo de calidad, está mejorando de forma significativa”.

Oferta de productos

"Es sobre todo en renta variable donde más cantidad de productos ETF sostenibles podemos encontrar, gracias a que casi todos los grandes índices ya están incorporando su versión ISR", indica Miguel Benítez, selector sénior de fondos de Bankia AM. "Compañías como MSCI están sacando una cantidad ingente de índices sostenibles con distintos grados de compromiso ASG, lo que permite la creación de ETF que repliquen esos índices y, por tanto, que la oferta sea cada vez mayor”. Apunta que “para los gestores tener esa amplitud de índices, y por tanto de productos, es algo que nos facilita la labor para tomar exposición".

Sobre el debate de exclusión sí o exclusión no, Miguel Benítez es de la opinión de que si las compañías se ven excluidas de determinados índices “es probable que alguna de ellas pueda verlo como una oportunidad de aplicarse, de hacer las cosas mejor, de intentar contaminar menos, de mejorar la relación con empleados y stakeholders… Puede ser una oportunidad, por tanto, para que las empresas se perfeccionen y así, que no se queden rezagadas”.  

“Es cierto que es complejo encontrar ese equilibrio entre cuánto excluyes y cuánto integras, por eso funcionan los filtros; y es muy importante luego el engagement y cómo te implicas con las compañías que tienes en cartera. En el fondo se trata de ir haciendo un mundo más sostenible”, aporta Nina Petrini, quien insiste en que “la oferta es cada vez más amplia y puedes encontrar la intensidad de restricción que estás buscando."