Expertos de Schroders y AXA IM analizan los contribuidores y lastres al crecimiento del PIB de EE.UU. en el primer trimestre y estudian cómo de endeble o de fuerte es la recuperación de la economía americana.
Frente al 1,1% esperado por el consenso de mercado, el dato del PIB de EE.UU. no pudo enfriar más las expectativas, al crecer sólo un 0,1% en el primer trimestre (datos anualizados). ¿Cómo debe interpretar esta cifra el inversor? Para Keith Wade, economista jefe de Schroders, ese 0,1% “significa virtualmente nada”, aunque apunta que no se descartaba del todo que el PIB creciera menos de lo esperado dado el mal invierno que ha azotado EE.UU. Wade señala que el duro invierno tuvo un impacto negativo en los siguientes sectores contribuidores al PIB: inversión en bienes residenciales, vehículos a motor y exportaciones. “Se espera que cada uno de esos sectores se recuperen en el trimestre actual y eleven el PIB real de vuelta a la senda del 3%”, apunta el economista.
Aclarado este punto, Wade se centra en los datos macro no relacionados con el clima que decepcionaron al mercado: la sorpresa negativa en la inversión en bienes de equipo y el tímido repunte en gasto público tras el cierre gubernamental que se vio en el cuarto trimestre de 2013. “La debilidad de la inversión es más problemática al esperarse que el capex realice una sana contribución al PIB este año, hasta ahora ha hecho un pésimo comienzo”, apunta el experto. Éste sugiere que podría haber detrás de este mal arranque del año un problema de manejo de tiempos, en el sentido de que en el cuarto trimestre del año pasado sí se vio un repunte tanto en el capex como en las órdenes de bienes duraderos. “Somos conscientes de que el capex fue una fuente de decepción en el año pasado y tiene la capacidad de decepcionar otra vez si los negocios siguen mostrando aversión al riesgo”, puntualiza el de Schroders.
Dentro de su análisis, Wade destaca como el dato más positivo del conjunto de referencias macro publicadas recientemente la recuperación del consumo, que se incrementó hasta el 3%, “un resultado conducido en gran parte por el programa Obamacare, que llevó a un aumento pronunciado del gasto en salud, un factor que continuará durante el segundo trimestre y posiblemente más allá al parecer que el nuevo sistema ha revelado una demanda reprimida en esta área”. Keith Wade resume sus observaciones con una última conclusión: “Vemos que las políticas estarán guiadas por el crecimiento y el desempleo, a no ser que la inflación cayera por debajo del 1%”.
Más optimista es la postura de Eric Chaney, economista jefe de AXA Group y responsable de análisis de AXA IM, que mantiene que el dato del PIB más débil de lo esperado “son buenas noticias, al menos en el corto plazo”. Chaney coincide con Wade en la tesis de que el duro invierno que ha quedado atrás ha lastrado sectores clave para la recuperación económica, pero no cree que ese 0,1% esté anticipando el regreso de la economía estadounidense a la recesión. “Yo iría más lejos al afirmar que este dato pavimenta el camino hacia sorpresas al alza todavía más grandes en los próximos meses”, señala. Para el responsable de análisis de AXA IM, el repunte del consumo – históricamente el principal contribuidor a la economía estadounidense- hasta el 3% “es consistente con la visión de que, en líneas generales, los consumidores estadounidenses han podido reparar sus balances y por tanto han vuelto a un estilo de vida más americano, en el que se gastan al menos lo que ganan”.
“Con las condiciones atmosféricas de vuelta a la normalidad, la construcción y la inversión corporativa deberían recuperarse rápidamente, como pronto en el segundo trimestre. Aunque al alza, el precio de la vivienda es bajo respecto a la media histórica y también desde el ángulo del poder adquisitivo, y la América empresarial es rentable como han testificado los beneficios, más elevados de lo esperado en las últimas semanas, y el bajo apalancamiento” continúa Chaney. Éste considera que el fin de la austeridad fiscal vista en trimestres anteriores y con la Fed todavía aplicando políticas acomodaticias, con el retorno de las condiciones para hacer negocios a la normalidad, “es difícil ver por qué el capex no debería recuperarse pronunciadamente en los próximos trimestres”. Otros factores positivos que esgrime a favor de la recuperación del crecimiento es la mejora de las condiciones de concesión de crédito y la predisposición de los mercados “a un alza de la fiebre por el M&A”.
El experto de AXA IM tiene un último argumento en la recámara para apoyar su visión positiva: “La casi estanflación de la economía de EE.UU. en el primer trimestre, incluso aunque fuera causada por factores temporales y reversibles, puede reforzar el bando acomodaticio dentro del FOMC (el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal) y por consiguiente crear condiciones financieras todavía más amigables”. “En el corto plazo, la paradoja de una estimación muy débil del PIB de EE.UU. es otro impulso tanto para la renta variable como la renta fija, un manifiesto de los mercados financieros que claramente no es sostenible en el medio plazo”, sentencia Chaney.