La prima de complejidad es la nueva prima de iliquidez en los mercados privados

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Grant Lemons on Unsplash

La prima de iliquidez ha muerto. La búsqueda de rentabilidad ha empujado al inversor a bucear en nuevos mercados, lo que ha desencadenado una entrada histórica de capital en mercados privados. En capital riesgo (private equity) los niveles de captación de fondos están por encima de su tendencia a largo plazo. En otras palabras, el dinero que ha entrado al segmento es superior al crecimiento que se esperaba.

Los vemos bien en el siguiente gráfico, que Nils Rode, director de Inversiones de Schroders Capital, compartió en un webinar reciente. En el caso de los fondos buyout, el crecimiento a largo plazo es de un 6,4% anualizado. Pero en los últimos años las cifras de captaciones han sido superiores.

Claro que en el caso de este tipo de productos el flujo no ha sido tan dramático como en el periodo 2005-2008, por lo que Rode no se muestra muy preocupado. Pero no podemos decir lo mismo de los fondos de venture capital y growth. Aquí la tendencia del crecimiento ha sido del 4,3%. Hasta ahora. Porque el fundraising de 2021, incluso ajustado a la inflación, ha estado muy por encima de la tendencia.

La complejidad es la nueva prima

Con tanto capital en el mercado, se abre un nuevo debate. ¿Realmente hay que compensar a los inversores por invertir en activos privados? Es justo lo que se preguntaba Rode en un artículo el año pasado. “La idea de la prima de falta de liquidez implica que, a menos que se pague a los inversores por aceptar la falta de liquidez, no lo harían. Sin embargo, el rendimiento superior esperado no es el único beneficio que brindan los activos privados. También hay una menor volatilidad real, oportunidades de diversificación y la posibilidad de alcanzar objetivos de sostenibilidad e impacto”, argumenta. Así que contestando a la pregunta: no.

En su lugar, Rode ve el nacimiento de una nueva prima: la prima de complejidad (complexity premium). Es la rentabilidad adicional que se logra cuando se aplica un set especial de habilidades que solo unos pocos inversores tienen. Pensemos, por ejemplo, en la compra de un artículo. Se paga más por un producto que se percibe de mayor calidad o más desarrollado. Lo mismo ocurre en la inversión en mercados privados.

Y esa prima se puede obtener en toda la cadena de valor de la inversión. En la fase de acceso, por ejemplo, puede ser tener proximidad o una red y reputación trabajada para entrar en determinados mercados. En la selección, puede ser experiencia con la estructuración de acuerdos. Y la fase de transformación del negocio, puede ser experiencia en la incubación de compañías o en la reestructuración de negocios. Se requieren habilidades especiales incluso en la fase de venta. Por ejemplo, tener las puertas abiertas a potenciales compradores.

Esta prima de habilidad, nota Rode, se hace más evidente en operaciones medianas o pequeñas, lo que se denomina la cola larga del mercado.  Son transacciones en mercados de acceso más difícil, donde la habilidad especial del gestor cuenta más.

Los mercados privados 4.0

Esta nueva prima es tan solo una pequeña parte de la gran transformación por la que está pasando la industria. Estamos ante la evolución del mercado: el mercado privado 4.0, como lo llama Rode. Están cambiando las fuentes de retornos con la desaparición de la prima de iliquidez. Pero también la noción del riesgo. Ahora los activos privados se están usando como fuente de diversificación. La ASG, que antes era una novedad, ahora se está comodificando y evolucionando a requisitos de sostenibilidad e impacto.

Y por último, el experto de Schroders ve un nuevo bloque: la democratización del mercado privado. Las tradicionales estructuras o fondos de capital privado trabajaban con un horizonte cerrado de 10 años. Ahora están emergiendo dos nuevos tipos de vehículo. Por un lado, fondos open-ended con suscripciones mensuales y reembolsos trimestrales. Por otro lado, un producto muy popular en Reino Unido, los investment trusts. Son compañías cotizadas que a su vez invierten en otras compañías. En opinión de Rode, estos dos vehículos van a ganar terreno en los próximos años. Sobre todo por el acceso que dan al inversor más minorista.