La reforma fiscal británica añade atractivo a sus fondos más potentes de cara a los inversores extranjeros

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Richard Carter, Flickr, Creative Commons

Novedades sobre la Estrategia de Inversión y Gestión de Reino Unido (UK Investment Management Strategy), el documento publicado por el Gobierno en marzo de 2013 que incluye las principales líneas de las reformas fiscales que implementará el país en los próximos meses. El próximo 5 de diciembre, el ministro George Osborne hará pública la Declaración de Otoño, el segundo evento económico más importante del país después de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y en la que se revelan las últimas actualizaciones de las políticas económicas que se están implementando en el país, basadas en las predicciones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria. 

Como aperitivo, la agencia tributaria británica (HMRC) ha publicado las últimas modificaciones del régimen fiscal por las que se simplifican los requisitos para que los fondos autorizados y comercializados en el extranjero puedan distribuir intereses brutos. 

Esta medida da una ventaja competitiva a los fondos de inversión británicos de cara a los inversores de otros países, que previamente habían sufrido retenciones fiscales y habían tenido que lidiar con normas complejas para reclamar esos impuestos e intentar recibir el importe. Julie Patterson, directora del departamento legal de IMA, la Asociación de Gestión Financiera, ha declarado al respecto que “los cambios introducidos hoy aseguran que un fondo británico pueda ser comercializado y vendido más fácilmente a los inversores de fuera de Reino Unido, y hacerlos más atractivos para que los distribuidores promuevan fondos domiciliados en Reino Unido”.