La Reserva Federal cumple y recorta tipos por primera vez desde 2008: primeras reacciones

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Más de 11 años, una crisis y una recuperación económica después, Estados Unidos vuelve a la senda de políticas monetarias acomodaticias. La Reserva Federal ha recortado los tipos de interés en 25 puntos básicos, lo que les sitúa en el rango del 2,00-2,25. La última vez que dio el paso, en 2008, la economía global se encontraba sumida en una gran crisis financiera. Hoy la institución monetaria busca escudar la expansión económica de las múltiples incertidumbres que acechan.

Los expertos hablaban de esta reunión como el “recorte obligatorio”. “La Fed está siendo prácticamente obligada a bajar los tipos por el mercado y, en cierta medida, también por el Presidente Trump. Básicamente, una bajada de tipos no es necesaria, pero la Fed casi nunca suele decepcionar al mercado cuando las expectativas de un recorte se encuentran tan arraigadas", explica Aaron Anderson, Vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments. También han anunciado que en agosto dan por finalizado la reducción de su balance. Dos meses antes de lo esperado. La gran sorpresa habría sido que no hiciera nada.

Es un recorte tímido, dicho todo esto. Porque había actores del mercado, como Franck Dixmier, director global de renta fija en Allianz Global Investors, que incluso barajaban un movimiento más agresivo de 50 puntos básicos. Quizás es lo que explica la primera reacción del mercado. Como se aprecia en los gráficos que aportan desde Unigestión, la bolsa caía ante el anuncio mientras que los bonos subían.

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En cualquier paso, Dixmier tiene claro que ha sido un paso más preventivo que para curar. Como bien señala, los datos económicos de EE. UU., como la creación de empleo, las ventas minoristas, la producción y la inflación, aumentaron sorprendentemente en junio y mostraron una economía que aún es sólida. “Sin embargo, la Fed ya no parece basar su formulación de políticas en los datos”, afirma. En su lugar, parece centrarse en frenar el crecimiento económico mundial, lo que lleva a una disminución de la demanda, y un entorno de alto riesgo derivado de las tensiones comerciales y la perspectiva de un “Brexit” duro.

Lo de curarse en salud no termina de convencer a los expertos. “Generalmente los bancos centrales bajan tipos cuanto en entorno ya está nublado”, incide Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, parte de Natixis IM. “Una de las razones es que no conocemos el futuro. Ni la Fed ni nosotros”. Por eso teme por el riesgo de credibilidad de la Fed si hay un rebote en la actividad económica que no tenga relación con el recorte de tipos. Claro que también le preocupa las presiones que llegan desde la Casa Blanca. Aunque no sería la primera vez que a la entidad monetaria le sale bien la jugada. “Los recortes preventivos tuvieron éxito en 1995-1996, cuando la Fed decretó tres bajadas en un plazo de siete meses, llevando los tipos del 6% al 5,25%, y consiguió prolongar el ciclo alcista en la economía otros seis años, hasta comienzos de 2001”, recuerda Rick Patel, gestor de fondos de Fidelity International.

¿Y ahora qué? Pues para Paul Brain, gestor de renta fija en Newton, parte de BNY Mellon Investment Management, la verdadera historia empieza ahora. “La atención pasará a centrarse en si la Fed se ha mostrado más o menos acomodaticia y qué factores tendrá en cuenta antes de confirmar nuevas rebajas de tipos, en su caso. De momento, la autoridad monetaria estadounidense se está centrando en la debilidad de la economía mundial y en la escasa inflación (menos del 2%). Si pasa a centrarse en la economía nacional, la evolución del dólar será la gran protagonista”, analiza.

En opinión de Antoine Lesné, jefe de estrategia y análisis de State Street Global Advisors SPDR ETFs, la Fed está claramente lista para tomar medidas adicionales en línea con las expectativas del mercado, “ya que la pérdida continua de impulso del crecimiento global justificaría mayor apoyo”. Ve un impacto en la renta fija y el las divisas: “En el escenario de tipos a la baja en bonos de mercados desarrollados, la renta fija estadounidense sigue siendo atractiva por su rendimiento positivo. Con respecto a la dirección del dólar estadounidense, una posición dovish puede apoyar una excesiva apreciación de la moneda y esto a su vez apoyaría la  deuda emergentes en moneda local”, detalla.

Pensando en términos más generales, desde Unigestion favorecen jugadas relativas antes que exposiciones largas a la beta. Se justifican en que la mayoría de los activos están caros a consecuencia de los bancos centrales. Como bien apuntan, los costes de cobertura son más caros que los activos de riesgo, lo que podría desencadenar una distorsión de la correlación y limitar su capacidad defensiva.

Tras este recorte, la pregunta a responder es: ¿Será uno y hecho? ¿O habrá nuevo recorte en la reunión de septiembre? Patel no descarta un bis en la próxima reunión a menos que los próximos datos económicos mejoren considerablemente durante los próximos meses. “La Fed indicó que seguirá basándose en los datos para determinar los plazos y la magnitud de los ajustes futuros de los tipos; en este sentido, la referencia a la magnitud indica que el próximo paso podría ser un ajuste de más de 25 puntos básicos”, razona. Más allá de eso, dependerá de los efectos deseados y las expectativas de inflación se acerquen a la horquilla objetivo. “Cabe esperar que la Fed se muestre reacia a gastar más munición antes de que se desate la próxima recesión”, añade.