La subida de tipos en Europa tendrá que esperar a 2020: reacciones de las gestoras internacionales

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European Central Bank, Flickr, Creative Commons

Mario Draghi va de camino a ser el primer banquero central en terminar su mandato sin haber subido los tipos ni una sola vez. Los mercados no esperaban nada de la última reunión del Banco Central Europeo, una cita más de transición y confirmación de su postura más acomodaticia. Pero el diablo está en los detalles. El BCE volvió a insistir en que los tipos se mantendrán a los niveles actuales hasta al menos finales de 2019. Esto es, que habrá que esperar hasta por lo menos principios de 2020 para ver la primera subida de tipos en Europa desde la gran crisis financiera.

En palabras de Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM, el BCE ha proporcionado a la comunidad inversora una posición de respaldo frente a la de debilidad tan extendida, especialmente si las proyecciones económicas de junio no se estabilizan. Por un lado, Draghi ha vuelto a afirmar que la caja de herramientas del BCE sigue teniendo muchas opciones, incluidos los posibles programas de compra de acciones.  "En este contexto, nos ha recordado que el BCE no toleraría un régimen de inflación más bajo durante tiempo, teniendo en cuenta los efectos secundarios negativos que ese entorno traería a la economía", apunta Bettaieb.

El mensaje de apoyo a los mercados llega horas después de que el Fondo Monetario Internacional recortase por segunda vez en el año sus previsiones de crecimiento mundial para 2019. Del 3,7% que esperaban en octubre de 2018 cayó al 3,5% en enero y ahora se sitúa en el 3,3%. En Europa, a la entidad monetaria le preocupa la caída en el sentimiento del consumidor y de los negocios, así como la incertidumbre política en Italia, Reino Unido y Francia.

Por ahora el BCE sigue intentando inclinar la balanza lejos de los temores de una recesión. Y los expertos coinciden en esa postura. “Nuestra hipótesis de partida es que el momento de crecimiento se estabilizará y repuntará modestamente a lo largo del año, aunque probablemente sea demasiado pronto para declarar panorama despejado”, explica Anna Stupnytska, directora de Macro Global y Estrategia de Inversión en Fidelity International. A medida que las perspectivas de crecimiento e inflación mejoren en los próximos meses, la experta ve probable que el BCE comience a considerar volver a llevar los tipos de interés a cero. “Pero esta es una historia para 2020”, sentencia.

Un respiro para la banca que no llega

Aunque las bolsas celebran este giro acomodaticio de los bancos centrales, los grandes perdedores son las entidades financieras. Como recuerda Axel Botte, estratega en Ostrum Asset Management (Natixis IM), desde junio de 2014 el BCE mantiene una tasa negativa en las reservas que guarda de los bancos. Desde marzo de 2016 la facilidad de depósito está en el -0,4%, una tasa negativa que afecta a unos 600.000 millones de euros. Además, la regulación sobre la liquidez de la banca y los programas de compras de deuda han contribuido al crecimiento de las reservas. Por eso, Botte defiende que va haciendo falta una reforma de la facilidad de depósito por parte del BCE. Por ejemplo, plantea mover a cero el tipo aplicado a una parte de las reservas, especialmente a aquellas obligatorias por regulación. Es un movimiento hacia un sistema two-tiered que han dado bancos centrales como el de Japón.

El problema es que el acta de la última reunión mostró que algunos miembros no están del todo convencidos. El propio Draghi mostró sus dudas en la reunión del miércoles. Si bien reconoció la importante de mitigar posibles daños colaterales de los tipos de interés en negativo, matizó al defender que su efecto en la rentabilidad difería entre bancos.

En conjunto, los tipos negativos cuestan al sistema bancario de la Eurozona unos 8 000 millones de euros al año, según cifras que maneja Mondher Bettaieb y, al utilizar un tipo de depósito escalonado, estos costes reducirían sin duda alguna y beneficiarían la solidez de los bancos. "Creemos que estos tipos diferenciados se harán realidad y que al final serán positivos para los bancos del Espacio Europeo", afirma el experto. . 

El BCE opta por no dar cerrarse puertas aún. Bart Hordijk, analista de MONEX EUROPE, entiende por qué Draghi insiste en que hace falta mayor discusión y análisis sobre este tema. Eso permite que en junio y septiembre se discutan políticas como el TLTRO. Si los riesgos verdaderamente se materializan, eso permitiría al BCE aumentar su postura acomodaticia. “Es una buena jugada ya que pueden fácilmente ignorar estas discusiones si las perspectivas de la eurozona mejoran en este tiempo”, opina.